sábado, 5 de mayo de 2018

INADMISIBLE ATENTADO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO BUENOS AIRES 2018



Los organizadores de la Feria Internacional Del Libro 2018 al censurar la exhibición del documental Será Venganza!! Atentaron contra ¡LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN!


Vaya paradoja lo hicieron en el mismo día que se conmemorarba el DÍA INTERNACIONAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA!


Es hora de acabar con la impunidad de los terroristas de la organizaciones políticos-militares-subversivas... Cómo testigos de la época recordamos perfectamente sus innumerables crímenes que dejaron miles de víctimas inocentes. Asesinatos, secuestros, robos, atentados con bombas, tomas de ciudades como Garín y La Calera.


La mayoría de la sociedad argentina deseaba y exigía que se terminara la violencia de esa guerra desatada unilateralmente por el terrorismo y durante un gobierno democráticamente elegido con el mayor porcentaje de votos de toda la historia argentina. Tarea que les fue impuesta a las Fuerzas Armadas al ser superadas las Fuerzas de Seguridad Policiales de todo el país.

En forma paralela a la violencia terrorista corría la corrupción de los funcionarios y aumentaban la pobreza de la población... Imperaba el caos y un desgobierno total, en ese entonces gobernaba el partido Justicialista.

Algunas víctimas  de atentado contra la Policía Federal Argentina el 2 de julio de 1976,  en el comedor de comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal (también conocida como Coordinación Federal)

La sociedad reclamó a sus Fuerzas Armadas que se hicieran cargo del poder estatal y restauraran el orden.

El grave error de estado fue que a falta de una doctrina militar propia para combatir en ese tipo de guerra, agravado por la falta de un organismo jurídico adecuado a las circunstancias[1]... decidiera combatir al terrorismo con sus mismas tácticas.

Las necesidad imperiosa de terminar la guerra en el menor tiempo posible a los fines de salvar muchas vidas inocentes, obligó a copiar los mismos métodos del enemigo y ese fue un error fatal que hoy están pagando los Soldados de la Patria más jóvenes y de menor jerarquía en la pirámide de mando estructural de cada fuerza.


Restablecida la democracia se juzgó y condenó a los miembros de las distintas Juntas Militares que gobernaron el país desde 1976 a 1983. Ningún comandante fue condenado por genocida o delito de lesa humanidad.

Hoy los soldados, militares, gendarme, prefectos, policías y miembros de otros organismos del estado están presos y algunos han sido condenados, por haber cumplidos las órdenes emanadas de los altos niveles de conducción del estado.

Calificados gratuitamente como "genocidas", “represores” y condenados por delitos inexistentes en la oportunidad del conflicto armado interno mencionado como tal por el tribunal que juzgara a las Juntas Militares

Hemos visto el documental censurado y en ningún momento aparece una sola escena en la cual se haga apología del delito, se pida algún indulto o amnistía... Solo se pide que se cumpla la ley y que sea igual para todos.

En nuestra modesta opinión y ante la gravedad de los hechos jurídicos denunciados por Sera Venganza!! Correspondería disponer la ejecución de una "auditoría jurídica", basada en nuestra constitución y tratados internacionales incorporados a la misma, y se revise todo lo actuado en esos juicios "mal llamados de lesa humanidad y si de su resultado se comprueba que el estado ha incumplido su obligación de garantizar un juicio justo… se anule todo lo actuado.

Será Justicia!



[1] La Cámara Federal en lo Penal creada para el juzgamiento de casos de terrorismo en todo el ámbito de la Nación, fue disuelta en 1973 por orden del presidente de la Nación Héctor J. Cámpora (a) el Tío. Y después del asesinato del ex integrante de esa cámara juez Jorge Vicente Quiroga, vilmente asesinado por activistas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) el 28 de abril de 1974., no había jueces voluntarios de integrar un tribunal para el mismo fin que tenía la CaFePeNa.

lunes, 30 de abril de 2018

NI MEMORIA, NI VERDAD, NI JUSTICIA


Un documental refleja cómo el “relato” sobre los '70 amañó leyes y magistrados para condenar a militares y civiles. El filme de Andrés Paternostro expone los atropellos que se cometen contra los detenidos y cómo se vulneran sus derechos humanos. Un ex juez, abogados, médicos y familiares muestran el uso de la historia con fines ideológicos.

Agustín De Beitia
@agustindebeitia


















El uso interesado de la memoria histórica terminó decidiendo quiénes eran buenos y malos.

El cineasta Andrés Paternostro pensó primero abordar la década del 70 desde un ángulo menos transitado: la realidad de los conscriptos de aquella época. “Me interesaba indagar por qué la "juventud maravillosa" decidió tomarlos como blanco, si no tenían mucho que ver con la dictadura”, cuenta hoy en una entrevista con La Prensa. En eso estaba cuando un amigo lo acercó al Centro de Estudios en Historia, Política y Derechos Humanos de Salta, quienes buscaban un director para un documental sobre aquellos años.

La propuesta de ese centro, creado en 2004 por un grupo de salteños de profesiones, edades y pensamientos dispares, y que trabaja para dar a conocer la verdad histórica, le alumbró otro camino: reflejar cómo se están vulnerando los derechos humanos de los condenados por hechos de entonces, muchos de ellas de avanzada edad, y sobre todo ilegalmente. En plena época kirchnerista, con la cuestión de los derechos humanos al tope de la agenda, a Paternostro le cautivó la idea. “Enseguida me puse a investigar y armar el guión”, comenta.

El resultado es un documental titulado Será venganza!!!, que se presentará en la Feria del Libro el próximo jueves 3 de mayo, a las 20.30, en la sala Jorge Luis Borges, y al que este diario tuvo acceso por adelantado.

- La estructura del guión está muy bien pensada. ¿Cómo lo planeó?

- Había pensado otro nombre para el documental. Iba a ser Memoria, verdad, injusticia. Por eso lo estructuré en tres capítulos. El primero recuerda el surgimiento de las guerrillas en la Argentina y lo que pasó después del 76, para romper esa idea que tienen sobre todo los más jóvenes de que esto empezó con la dictadura. El segundo capítulo, “verdad”, está dedicado a recordar cómo Néstor Kirchner, para legitimar su poder, se llevó puesta a la Justicia, y con ello se armaron todos los juicios a las Fuerzas Armadas, se reabrieron juicios, se volvió a juzgar a personas que ya habían sido declaradas inocentes... Y el último, “injusticia”, está dedicado a las historias de los familiares que vivieron todo ese proceso. El título, después, fue otro.

- ¿Busca entonces dirigirse al público joven y a quienes no están tan embebidos del tema?­

- Claro. Durante mucho tiempo escuchamos eso que se llamó “el relato”. Hay mucha gente, en particular los jóvenes, que se quedaron con una parte de la historia. Me pareció oportuno plantear que aquello que nos dijeron no fue tan así, sin exculpar a nadie.

- Esos tres capítulos van desmontando el relato...

- Esa es la idea.

RELATOS

- El uso interesado de la memoria histórica terminó decidiendo quiénes eran buenos y malos. En el documental, el doctor Guillermo Fanego recuerda cómo Alfonsín exceptuó de todo proceso a peronistas y ministros radicales del gobierno militar, y cómo su ministro del Interior, Antonio Trócoli, prometió un “Nunca más” sobre la guerrilla que finalmente nunca se hizo. Esto es muy revelador sobre cómo se fue recortando la realidad.

- Lo que ocurre es que una vez recuperada la democracia, todos los partidos políticos buscaron volver a tener protagonismo, olvidándose de lo que había pasado en los siete años previos. Como si ellos no hubiesen tenido nada que ver. Como si hubiera sido la obra de unos locos que salieron a matar gente. Hubiera sido necesario reflexionar sobre lo que nos pasó, sobre por qué llegamos a tener ese grado de violencia, a esa dictadura que fue una cosa tremenda para el país, como también había sido tremenda la violencia anterior.

- Esa restricción de culpables terminó garantizando la impunidad de los guerrilleros. Y no sólo la impunidad sino que, como muestra el documental, con el tiempo se llegó a una mayor osadía: a la reivindicación.

- Es tremendo. En el documental, al final hay un acto que tuvo lugar el año pasado, donde se reivindica en la Plaza de Mayo a las organizaciones guerrilleras. Parece que no aprendimos nada en estos años.

- En cambio, hay personas que merecen otra suerte. El ex juez de la Corte Suprema Adolfo Vázquez, el consitucionalista Gregorio Badeni y otros repasan ante las cámaras todas las reformas legales y jurídicas que se hicieron para garantizar sus condenas.­

- Para mí, lo increíble es que todo esto no se hizo para legitimar el poco poder que tenía Néstor Kirchner cuando asume en el 2003. Sino que además se transformó en un gran negocio. No sólo por las indemnizaciones que se pagaron a las víctimas, algo que ahora sale a la luz porque empiezan a aparecer los desaparecidos. Sino porque hay un gran negocio en la Justicia. Porque no se unifican las causas y hay personas que son juzgadas una y otra vez. Y todo eso es dinero. El doctor Vázquez cuenta cómo lo apretaron a él y cuántos jueces tuvieron que renunciar o fueron extorsionados. Ya el hecho de que haya gente inocente que sufre es muy grave. Pero más grave aún es que, como país, nos estamos suicidando. Porque no hay garantías. Se puede crear una ley, hacerla retroactiva, poner jueces amigos...

- Hay un caso conmovedor, el de la familia del coronel Delmé, que alega que ni siquiera estaba en el país cuando ocurrieron los hechos que se le imputan. No le permitieron presentar documentos para corroborarlo, como su pasaporte, y lo condenaron igual. Su familia habla de juicios estalinistas. Y eso es lo que parece...

- Fijate que durante mucho tiempo escuchamos la frase “Juicio y castigo”. Habrás visto la gorra con esa frase. Lo lógico, en realidad, sería abrir un juicio para ver si corresponde el castigo. Acá no hay distinción entre inocentes y culpables. Hay una frase pronunciada por Cabandié durante una entrevista, que incluí en el documental, que dice algo así como: “Para nosotros, vengarnos es ser felices”. Una vez que alguien cae en el circuito de los juicios es muy difícil que salga. Yo, a medida que iba haciendo entrevistas, llegué a pensar: Me estoy metiendo en algo que es siniestro.

INTOCABLES

- Muchos consideran que los detenidos son culpables, sin distinción, y otros prefieren no hablar, no meterse. Y en el camino ya murieron más de 400 en prisión. ¿Su situación no le importa a nadie?

- Parece que es mejor dejar todo así hasta que se mueran todos. Yo no defiendo a los que cometieron atrocidades. Defiendo que haya juicios justos.

- El documental tiene un contenido histórico pero también tiene una faceta actual, que es la alteración que se hizo de las leyes y la justicia con fines ideológicos. Cambios en la Corte, limpieza de jueces, fiscales y defensores oficiales, cambios en la Constitución, leyes retroactivas... La lista es enorme. Todos asistimos a esas reformas pero verlas todas juntas impacta. Lo que han logrado los organismos de derechos humanos es alucinante.­

- Ganaron la guerra cultural, en la que vienen trabajando desde 1978 o 1979. Han hecho un trabajo extraordinario. Yo trato de no hablar de estos temas entre amigos porque la gente no sabe lo que pasó o confunde.

- Es el triunfo del relato.

- Sí. Todos nos llenamos la boca con los derechos humanos. A mí me hubiera gustado que los organismos de derechos humanos se hubiese preocupado por la situación de estas personas. Sería la prueba de que su preocupación es legítima. Pero está tan claro que no se van a ocupar...



NOTA: Los destacados no corresponden a la nota original.

¿QUIÉN ES VERÓNICA MAGARIO?



Video producido y editado por la FUERZAS DE LOS DIGNOS.

Verónica María Magario (26 de mayo de 1969) es una técnica química y política argentina que pertenece al Frente para la Victoria (FPV)[i]. Desde el 12 de diciembre de 2015 es la intendenta del partido de La Matanza.


[i] Ahora se presenta como Unidad Ciudadana.

domingo, 29 de abril de 2018

¡LOS REYES MAGOS SON LOS PADRES!



"Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentiras".
Joaquín Sabina

Los argentinos en general, y quienes vivimos en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores en particular, seguimos sufriendo y discutiendo los nuevos valores de la energía en todas sus formas, que golpean sin piedad los presupuestos familiares, afectados por una inflación que no cede con la velocidad prometida. Con la natural hipocresía que siempre caracteriza a los opositores a cualquier gobierno, nuestros políticos en el llano aprovechan la coyuntura para sumarse al coro de quejosos, tratando de llevar agua a sus propios molinos, sin explicar nunca a qué solución recurrirían si se encontraran en el poder.

El peronismo, en su penúltimo disfraz (el duhaldismo), después de contribuir con su innegable capacidad de movilización a derrocar a Fernando de la Rúa, rápidamente pudo salir de la crisis por algunas razones que, de tan elementales, no debiera ser necesario recordar. La caída de la convertibilidad, causada por el desenfreno de su anterior máscara (el menemismo) para perpetuarse en el poder, llevó a que el país tuviera una enorme capacidad ociosa, tanto en materia de energía -exportábamos los excedentes de gas a Chile, Brasil y Uruguay y de electricidad a los dos últimos- cuanto industrial, y a ello se sumó la fuerte devaluación que orquestó el Ministro Jorge Remes Lenicov; al ponerse nuevamente en marcha la economía, se llamó a elecciones generales, en las cuales el Partido Justicialista dirimió su interna.

Con la deserción de quien saliera primero, llegó una nueva mutación del peronismo (el kirchnerismo) a la Casa Rosada, ahora de la mano de un matrimonio que creyó haber encontrado la fórmula mágica para permanecer en ella por décadas, con el simple método de alternar en el sillón de Rivadavia las posaderas de los cónyuges y, desde allí robar todo lo posible, sin parar mientes en los costos que tuviera el saqueo para el país entero.

Como el pater familæ venía escaso de votos propios, salió a la conquista de la clase media y media-alta urbana, siempre reacia a sumarse a los fieles del gigantesco mito inventado para sostener esa fenomenal y aceitada maquinaria electoral que Juan Domingo Perón amasó sesenta años antes. Y lo hizo con un caramelo irresistible: regaló la energía que entonces sobraba; el precio de tamaño disparate fue la creación de la cultura del despilfarro, a la cual muchísimos se acostumbraron rápidamente.

Evidentemente, no se puede negar que tuvo un éxito fulminante ya que, desde el magro 6% propio que lo acompañó en 2003, su cónyuge supérstite se alzó nada menos que con el 54% en 2011. Tal fue el suceso que acompañó al desaforado populismo, que la votaron incluso los vilipendiados productores rurales, pese a que ella misma les había declarado la guerra en 2008.

Pero, como bien se dice en la economía, no hay almuerzo gratis, y llegó la hora de pagar la cuenta de una fiesta que todos los argentinos vivimos con la cortedad de miras que se ha transformado en nuestro raro distintivo nacional. Mientras Brasil, por ejemplo y a pesar de todos los nubarrones actuales que cubren sus cielos, tiene un Ministerio de Planeamiento que establece planes a tres décadas adelante, que se ajustan finamente cada año, nuestro nac&pop Julio de Vido dedicó sus mejores esfuerzos a destruir el futuro para robar en todas las formas posibles mientras durara el efímero presente que, cuando se esfumó hoy lo tiene tras las rejas.

Pero la cultura del despilfarro, con sólidas bases en tarifas de energía que eran absolutamente ridículas (la luz eléctrica costaba mensualmente el equivalía a una pizza chica, y el gas, a un café) además de socialmente injustas, perduró hasta que el déficit fiscal se transformó en una bestia tan ardua de domeñar que requiere, para evitar una crisis gigantesca, pedir prestado la friolera de US$ 30 mil millones por año. El kirchnerismo, que no podía hacerlo porque los mercados internacionales no le atendían el teléfono a la Argentina desde que una mutación peronista anterior (el rodriguezsaaísmo) se diera el lujo de decretar el default más grande de la historia en una asamblea legislativa que aplaudió de pie tamaño suicidio, le daba a la máquina de fabricar pesos las 24 horas del día, fuera en la Casa de la Moneda, en Ciccone Calcográfica o en Brasil.

La natural contrapartida del regalo indiscriminado de la energía fue la pérdida del autoabastecimiento, la indispensable inversión del sentido de gasoductos y líneas de alta tensión (comenzaron a traer lo que antes llevaban) y un subproducto ideal para la voracidad delictiva de los muchachos encaramados en el poder: la importación de gas licuado, con monstruosos sobreprecios y negocios non sanctos de toda índole. Y la inevitable consecuencia fue la monumental pérdida de divisas que todo ello trajo aparejada, que derivó en la famosa inflación, aún incontrolada.

El equipo que se hizo con el triunfo electoral en 2015 cometió, y aún lo hace graves torpezas: al inicio, no informó seria y detalladamente a la sociedad la magnitud de la venenosa herencia recibida (su informe "El estado del Estado" no fue difundido como debía) y continúa explicando muy mal -cuando lo hace- las medidas que se ve obligado a adoptar. No aprendió con la reforma previsional, y tampoco parece haberlo hecho con el tema de las tarifas.

Porque debió recordar que, enfrente, no sólo tiene a verdaderos buitres ("vamo a volver, vamo a volver") que viven el llano como una maldición, sino a una sociedad muy especial que, mientras llora por los aumentos de tarifas de los servicios, no deja de consumir comunicaciones móviles y televisión paga y viaja batiendo records de turismo local y externo.

Pero la pregunta que todos debemos hacernos, entre muchas otras, es: ¿quién debe pagar la energía que consumimos? ¿Los Reyes Magos? Recordemos que todos los subsidios que el Estado otorga salen de nuestros impuestos, es decir, todos -incluidos los que intentan economizar luz y gas- pagan por ese despilfarro al que tantos años de falsa bonanza nos acostumbraron. Y también hagámoslo pensando en la cantidad enorme que, por carecer de medios para afrontar los aumentos, continúan recibiendo subsidios a través de la tarifa social.

¿A qué se debe que el Gobierno no lo explique con claridad?, que no se tome el trabajo de utilizar, por una vez, la cadena nacional de la que tanto abusara la predecesora para dar a conocer cuántos y a quiénes se está subsidiando, identificando el lugar de residencia de los mismos y, sobre todo, exhibiendo cuadros comparativos del precio de la luz y del gas en cada provincia y ciudad. Tal vez, contra toda esperanza, consiga que la vergüenza por los enormes privilegios de los que hemos gozado hasta ahora en desmedro de muchos de nuestros conciudadanos, nos haga llamar a silencio.

Para terminar, un brevísimo comentario acerca de lo sucedido en la inauguración de la Feria del Libro, cuando cien jóvenes imbéciles, que se oponen inexplicadamente a que los institutos de formación docente capitalinos se transformen en una universidad (como lo hacen los gremios de los "trabajadores de la educación en la Provincia de Buenos Aires frente a los premios por presentismo), con vistas a aumentar la calidad de la enseñanza, impidieron patoterilmente hablar a los ministros de Cultura de la Nación (Pablo Avelluto) y de la Ciudad (Enrique Avogadro). Simplemente, que agradezcan haberse encontrado con ellos y no conmigo; otro hubiera sido el cantar entonces.

Bs.As., 28 Abr 18

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado