sábado, 14 de noviembre de 2015

ESTÁN CONDENANDO A MUERTE ENCUBIERTA AL SEÑOR ALMIRANTE VAÑEK

Ayer comentábamos los dichos de SS Francisco sobre: que debe “existir justicia, no venganza” y que “hay que sanar la herida, sin dejar de mirar las cicatrices”. Pero el poder de turno, junto a jueces cómplices y prevaricadores, continúa su política de “condenar a muerte” en forma encubierta a los ancianos soldados de la Patria.

Por ejemplo el señor Alte. (R) Antonio Vañek, de 92 años de edad, de la promoción N° 73 de la Escuela Naval Militar, hace unos pocos día fue sentenciado a 25 años de prisión -que se suma a otras sentencias- por el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que preside el polémico y denunciado juez  Carlos Rozanski. El señor Alte. Vañek gozaba del derecho a la prisión domiciliaria, otorgado debido a su avanzada edad y enfermedades que padece.

También ayer en horas próximas al anochecer las FF.SS. cumpliendo órdenes del tribunal -o vaya a saber uno, impartidas por quién-, lo fueron a buscar a su casa para trasladarlo a prisión. Dado lo ya mencionado -edad y enfermedades- el señor Almirante Vañek sufrió una descompensación y tuvo un síncope, razón por la cual fue trasladado al Hospital Pirovano.

Aproximadamente a las 5 de la mañana fue trasladado en ambulancia al HNPM, nosocomio que brinda todos los servicios de sanidad y seguridad que necesita el señor Almirante Vañek.

Si en vez de sanar la herida, la estorbamos, la exacerbamos y tratamos que se amplíe la grieta abierta por el gobierno que termina… en la República Argentina, por no cumplirse la Ley y los Acuerdo Internacionales firmados por el país, seremos cómplices del poder de turno al no alzar nuestra voz. En el vídeo que les dejamos podrán apreciar que tanto el señor Almirante Vañek y otros Oficiales Almirantes no están en capacidad de ser juzgados, así lo dispone la ley, sin embargo ya llegamos a la triste cifra de 328 ancianos fallecidos en prisión:


Señores es hora de abandonar la venganza y sus odios, es necesario curar las heridas abierta durante el conflicto interno de baja intensidad que padecimos hace más de 40 años… sin ello no lograremos la unión y concordia que necesita el país para transitar un mejor camino y poder dejar un país digno de ser heredado a las generaciones futuras.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

viernes, 13 de noviembre de 2015

HAY QUE CURAR LA HERIDA, PERO SIN DEJAR DE MIRAR LAS CICATRICES


Si a una herida se le aplica azúcar actúa como desbridante, antibacteriano, antiséptico, desodorante, regenerador del tejido vascular perilesional y, en resumen, como cicatrizante. Es como dar amor.

En cambio sí a una herida la pinchamos, le arrojamos ácido o cualquier otro elemento que la irrite; esa herida se convertirá en una llaga que no cicatrizará nunca. Es el fruto de odio.

Nuestro país decidió juzgar a las Juntas Militares que gobernaron durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional, ese gobierno de las cúpulas de las FF.AA. tuvo características que lo hacen único:
  • Las FF.AA. en 1976 asumieron el gobierno de un país sumido en la violencia del terrorismo y en el caos de un gobierno incapaz de cumplir su rol. Contó con el apoyo de la amplia mayoría de la sociedad argentina.
  • Durante su corta historia (1976 – 1983) solo 7 años, -pensar que el actual poder de turno lleva 12 años en el gobierno y nos deja en una situación deplorable, que nos debe hacer recapacitar- las FF.AA., las FF.SS., las FF.PP. y de otros organismos del estado derrotaron y aniquilaron al terrorismo en cumplimiento de órdenes impartidas por el máximo nivel político del país.
  • En 1984 fueron juzgados y condenados los miembros de las Juntas Militares y cúpulas de organizaciones terroristas, algunos de ellos resultaron absueltos. El presidente Menem dictó los famosos indultos -tenía la facultad para hacerlo- que beneficiaron tanto a militares como terroristas que se encontraban cumpliendo una sentencia y quedaron todos en libertad. El país terminaba con sanar sus heridas y se había ingresado en una nueva etapa de concordia y convivencia política pacífica.
  • En 1982 la Junta Militar integrada por: Galtieri, Anaya y Lami Dozo decidió la recuperación de nuestras Islas Malvinas. El desigual conflicto se convirtió en una épica batalla librada por los argentinos contras fuerzas militares británicas que los superaban en varios aspectos… sufrimos una desgarradora derrota.
  • En 1983 con su poder político licuado, la Junta Militar de turno convocó a elecciones libres y democráticas. Devolviendo el poder a la ciudadanía. Fue el último gobierno militar de facto que terminó el 10 de diciembre de 1983.

En 2003 el poder de turno toma la decisión política de derogar las leyes dictadas por el Congreso Nacional y promulgadas por el gobierno de Raúl Alfonsín, nos referimos a las “Leyes de Obediencia Debida y Punto Final”. También anuló los indultos que beneficiaron a los militares, los ex terroristas continúan aún en libertad y el relato oficial pretende hacerlos pasar por “jóvenes idealistas”. En cambio se decidió la caza de brujas y la justicia -olvidando el estado de derecho- persiguió, investigó, encarceló, juzgó y sentenció a unos pocos; manteniendo a la mayoría a irregulares prisiones preventivas. La herida se abrió nuevamente y aún sangra, al día de la fecha han muerto en prisión 328 miembros del estado que derrotó al gobierno.

Desde nuestra humilde posición reclamamos justicia, que se cumpla la ley para todos y como dice su SS Francisco en la entrevista que le concedió a la señora Fernández Meijide: "hay que curar las heridas, pero sin dejar de mirar las cicatrices". El Papa está diciendo a todos los argentinos que sanemos el pasado, que haya nuevamente concordia y que escarmentemos  de nuestros errores, siempre se aprende de las experiencias sean ellas buenas o malas.


Cualquiera sea el gobierno que asuma el próximo 10 de diciembre del corriente año, tiene el desafío de curar esa herida abierta nuevamente, lograr la unión y bienestar del pueblo argentino en paz y concordia, bajo el imperio de la ley.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre 



GRACIELA FERNÁNDEZ MEIJIDE CUENTA SU ENCUENTRO "A SOLAS CON EL PAPA"

La ex diputada y militante de los Derechos Humanos visitó a Francisco en el Vaticano y dejó un conmovedor relato de su experiencia

La sala es pequeña y sencilla. Estamos en Santa Marta, el sitio donde Francisco ha decidido vivir junto a un centenar de religiosos con los que suele cruzarse e intercambiar saludos como si fueran parte de una gran familia. Son las 17 del miércoles 11 de noviembre y estoy apunto de concretar una de las entrevistas más importantes de mi vida. Conocí presidentes, ministros, secretarios de estado. La vida fue generosa conmigo. Sin embargo, este es un encuentro muy particular. Estoy en un momento especial de mi existencia. Siento que el tiempo vale más que nunca, necesito aprovecharlo, no desperdiciar un segundo. Quizá todavía pueda hacer cosas que sirvan a mi país, para unirlo, para cerrar algunas de las heridas que nos han dolido tanto. Encontrarme con Francisco me resulta una tarea estimulante. Lo conozco de cuando era simplemente monseñor Jorge Bergoglio y transitaba por los subtes y los cafés de Buenos Aires como un ciudadano más. Pero ahora es distinto, ahora es el jefe de los católicos del mundo, un jefe de Estado con enorme peso en la política mundial. No hago otra cosa que pensar cómo sacarle el máximo provecho al encuentro. Quiero irme del Vaticano y recordar cada detalle de esta cita. Quiero llevar a mi país su voz, su mensaje. Lo hago a título personal, pero soy conciente que represento a mucha gente de distintas formas de pensar y de sentir. Soy Graciela Fernánez Meijide , claro. Pero soy también parte del Club Político Argentino y de Argentina Debate. Soy una ciudadana argentina más, pero mi voz también puede expresar otras voces. Me acompaña mi amigo y compañero de mil batallas, Carlos Porroni.


El Papa conoce muy bien mi historia. A poco de iniciada la charla me dice: "hay que curar las heridas, pero sin dejar de mirar las cicatrices". Me parece una síntesis extraordinaria de lo que hemos tratado de aprender durante tantos años de lucha. Ante mi consulta sobre los traumas pendientes de los años '70, Francisco se muestra convencido de que el camino es la justicia y afirma: "el que está probado que cometió crímenes tiene que cumplir su condena". Al mismo tiempo expresa su enorme preocupación por aquellas personas detenidas por delitos de lesa humanidad que pasan muchos años de prisión sin procesos ni condenas. Todas las herramientas que posee el Código Procesal, explica, deben ser cumplidas estrictamente para evitar cualquier tipo de tentación de venganza.

Con Bergoglio es fácil sentirse cómodo, romper solemnidades y protocolos. Le muestro un mensaje de mi sobrino Lucas, de 6 años, en el que me dice: "El Papa es un gigante, te vas a enamorar de él".

Nos estuvimos riendo de la ocurrencia durante varios minutos.

Pero así como ríe, Francisco muestra una enorme firmeza cuando habla de los importantes desafíos que enfrenta la iglesia en ésta, una hora de profundas transformaciones. Cuando le consulto por el reciente escándalo de las filtraciones de secretos vaticanos, no se incomoda. Simplemente, contesta: "no me detendré pase lo que pase".

Al hablar de la situación de nuestro país, se muestra muy informado y convencido de que es necesario superar los niveles de violencia y confrontación que opacan la convivencia argentina. Más institucionalización, coincide, es la manera de superar los viejos traumas. También elogia las iniciativas que estamos promoviendo desde distintas entidades de la sociedad civil como el Club Político Argentino, Argentina Debate y otras entidades. "Así debe ser -dice- de abajo hacia arriba". Aunque sin estridencias, también se muestra confiado en que el camino de la justicia es el indicado para avanzar en el saneamiento de la vida pública. La corrupción es, sin dudas, una de sus mayores preocupaciones. Quiere predicar sencillez para cambiar los vicios de las cúpulas gobernantes.

Estamos llegando al final del encuentro. Fueron cincuenta minutos de una charla fascinante.

El Papa tiene preparados dos rosarios bendecidos para entregarnos a Carlos y a mí. Tomo coraje y le digo: "Uy, hay muchos amigos que me van a reclamar por qué no les llevé uno."

Se pone de pie, sale de la pequeña salita y vuelve a los pocos minutos con una bolsa repleta de crucifijos. Ni secretarios, ni asistentes, él mismo se encarga de la pequeña misión.

Con una bella sonrisa me dice finalmente que se siente feliz de haber conversado con nosotros.

Mientras subíamos las escaleras de Santa Marta, me doy vuelta para dar una última mirada a ese hombre gentil que me había permitido vivir uno de los acontecimientos más importantes de mi vida.

Ahí estaba Francisco, levantando su mano derecha. Diciendo, simplemente, chau. Como si estuviéramos saliendo de casa.


NOTA: Los destacados no corresponden a la nota original.

QUIERO VIVIR DE PIE...

El 11 de noviembre del presente año se realizó la asamblea anual de la Asociados de Abogados por la Justicia y la Concordia, en ella las palabras más destacadas fueron las pronunciadas por el Dr. Ricardo Saint Jean, las que dejamos a continuación:


Si me disculpan, voy a traer por unos momentos la memoria de mi padre.  General del Ejército argentino, del arma de Infantería, y abogado recibido en la Universidad del Litoral.

Detenido en el domicilio a sus 85 años, a los 90 fue llevado a juicio oral pese a contar con diez informes médico forenses que lo declaraban incapaz para estar en juicio. Con Alzhaimer, cardíaco, y sin movilidad en sus piernas, fue subido en silla de ruedas, esposado, al escenario de un teatro alquilado por el Poder Judicial, para ser exhibido como un esclavo en el circo, para deleite de un público vociferante.

No estaba solo.  En el juicio, detenidos y procesados como él, estaban oficiales y suboficiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, entre ellos un suboficial de más de 80 años, el Cabo Primero Patrau.  Y uno de sus más admirados colaboradores en la administración provincial, ex Juez que había condenado a guerrilleros terroristas, el Dr. Jaime Smart.

Como ustedes saben, cuando había transcurrido un año de juicio oral, les revocaron la detención domiciliaria por “peligro de fuga”.  Enterados de la orden, los abogados de Justicia y Concordia se ofrecieron a bloquear ellos mismos, con sus cuerpos, la entrada de la Policía en su domicilio.  Pero mis padres, agradecidos, no quisieron.  Smart fue enviado a Marcos Paz y mi padre y el Cabo Patrau al Hospital Penitenciario de Ezeiza donde otro Cabo, Norberto Cozzani, lo cuidaría paternalmente.  Los médicos no quisieron recibirlo en el estado en que se encontraba y se lo hicieron saber al Tribunal. Los jueces los convocaron para amedrentarlos, pero ellos resistieron.  A los cinco días tuvo una descompensación cardíaca y después de interminables idas y vueltas, fue enviado al hospital militar.  Cinco días después concurrieron allí los Jueces a ampliarle la declaración indagatoria.  Mi padre, cuando le avisé que venían, y pese a estar en tan lamentable estado, corrió las sábanas e intentó ponerse de pié: “no quiero que me vean así” me dijo.  Lo convencí para que permaneciera acostado.  Y me obedeció.  Cinco días después agonizaba, mientras una monja le tomaba la mano y le rezaba al oído, un rosario.  Murió en mis brazos y los de uno de mis hermanos.

Cuando en los 70 el comunismo internacional inició su ofensiva invadiendo los territorios desnuclearizados del mundo, para someter a los hombres a su doctrina de esclavitud,  Castro, Guevara, Santucho, y los que ellos sedujeron con sus ideas o con sus métodos, como Verbisky, Firmenich, Perdía, Bonasso y tantos otros, se equivocaron con la República Argentina.  Aquí había hombres a los que no iban a poder doblegar, porque habían sido formados bajo el grito sagrado fundacional de nuestra Patria: “libertad, libertad, libertad”.  Aquí había mujeres que nunca iban a permitir que un Estado ateo les arrebatara sus hijos para educarlos a su antojo, odiando a Dios.

A varios de ustedes les tocó enfrentarlos con la palabra, con la pluma, o en la cátedra.  En las cárceles hoy yacen aquellos a quienes les tocó enfrentarlos con las armas. No existió un sustento ético en la orden de batalla contra la guerrilla terrorista, pero eso no es ni puede ser nunca responsabilidad del subordinado; no obstante, ¿cómo hacer nosotros una crítica objetiva cuando tantos, en esas horas trágicas, se escondían por temor a perder la vida?; ¿cómo criticar los males producidos, cuando el Poder Judicial hoy día, con absoluta impunidad, los reprime aplicándoles retroactivamente la ley penal?; ¿cómo hacerlo cuando encarcelan a los ex Jueces y Fiscales que juzgaron a los terroristas que hoy nos gobiernan, y a los militares y policías que los combatieron en el período democrático?. ¿Cómo hacerlo si aprovechando la ilegalidad consagrada en estos procesos, se persigue a sindicalistas, sacerdotes, empresarios y dueños de medios de prensa considerados enemigos del gobierno? ¿Cómo detenernos a criticar si a todos ellos se los juzga con tipos penales no escritos, desconociendo esa y otras garantías constitucionales que rigen para el resto de los ciudadanos del mundo civilizado?; si sólo a ellos no les conceden excarcelaciones, libertades condicionales, salidas transitorias, se les niega el 2x1, se les prohíbe estudiar y se les niegan a los ancianos las detenciones domiciliarias? y sobre todo, cómo hacerlo cuando se los encierra y asesina en las prisiones como animales, en nombre de una política de derechos humanos?

Una política de Estado que se ha transformado en un plan criminal de persecución especialmente perverso, porque no lo protagonizan los enemigos de ayer, muchos de ellos autocríticos con sus ideas o sus métodos de entonces.  Lo hacen a través de parodias de juicios dirigidos por los corruptos o los que prefieren ignorar el Derecho para conservar el amenazado beneficio de la jubilación privilegiada.  Son Judas, traicionando aquello que debieran servir, vendiendo por 30 monedas, al que no debiera ser condenado.

Formamos esta Asociación para salir en auxilio de la Justicia y de la necesaria concordia entre los argentinos. Denunciamos aquí y en el exterior, una y otra vez, el camino de la ilegalidad y de la destrucción del Derecho que están realizando con y a través de ellos. Y adoptamos a su vez la conducta del Cireneo, visitándolos en Marcos Paz, en Ezeiza y en Villa Devoto  todas las semanas, sin falta, desde nuestro nacimiento como Asociación, visitando cuando podemos el interior del país.  Nuestra tarea no sólo es denunciar lo que ocurre sino acompañarlos, escucharlos, hacernos presentes, brindarles el agradecimiento y el reconocimiento por haber combatido por la libertad.  Somos para ellos, los únicos sonidos amigos que escuchan en su camino de cruz.

Se abre ahora una luz de esperanza, luego de doce años de una discriminación inédita en la historia judicial de nuestro país.  Pero mucho de la victoria, y a veces temo que casi toda ella, depende de nuestra insistencia, de nuestra fuerza, de nuestra porfía. Yo, con el inmenso agradecimiento que siento por todos ustedes, por el ejemplo de coraje que me dan especialmente algunos de los que veo esta noche, los exhorto a levantar otra vez la guardia, a embestir nuevamente, a que no cesemos en nuestra lucha hasta lograr la victoria, que es el restablecimiento del Derecho para todos los argentinos.  
Las denuncias internacionales que hacemos, los pedidos de juicio político que estamos preparando, los petitorios urgentes a las Comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales de ambas Cámaras y nuestros llamados a los organismos humanitarios del exterior, entre ellos la Cruz Roja Internacional, debieran llevar la firma de cien o doscientos de nosotros. 

Ya sé que algunos habrán imaginado y querido que esta etapa de la vida fuera más tranquila, más pacífica.  O que otros se encarguen de la tarea.  Pero como dice Victor Frankl, no somos nosotros los que debemos hacerle preguntas a la vida, es la vida la que nos interpela a cada momento. A nosotros nos cabe solamente dar la respuesta adecuada.

¿Quién ha dicho que íbamos a tener una vejez tranquila? El cabo Patrau, mi padre, y más de 2.000 hombres fueron asesinados o están siendo atormentados hoy día por quienes dicen servir a la Justicia, aquella a la cual nos consagramos cuando abrazamos esta profesión. ¿Cómo permanecer impasibles ante esto? ¿Quién ha dicho que existe un momento en la vida en el cual debemos renunciar a lo que amamos? Aquí, en este recinto, no hay uno solo que haya nacido para ser esclavo.  Ni hay uno solo que quiera vivir indiferente al dolor de tantos, ni que quiera ceder ante el empuje de los perversos, los cobardes y los traidores.

Los que hace tiempo hicimos el servicio militar, que aquí debemos ser mayoría, juramos una vez solemnemente a la Patria, seguir constantemente su bandera, y defenderla, hasta perder la vida.  Que sepan los equivocados, que aquí… aquí nadie ha muerto todavía. 

“En esa noche en la que El se hizo débil y capaz de sufrir, me hizo a mí valiente y me revistió con sus armas. Desde ese momento no fui vencida en ningún combate.  Por el contrario, marché de victoria en victoria y comencé una carrera de gigante…”.  Esta frase no la pronunció ningún General victorioso.  Pertenece a Sta. Teresita del Niño Jesús, una mujer que ganó el mayor de los combates… se venció a sí misma.  Los invito, los invitamos, a renovar nuestros ideales.  A volver a ser jóvenes.  Jóvenes de todas las edades.  A desangrar nuestros nudillos golpeando las puertas de lo que hasta ahora ha parecido ser una inexpugnable fortaleza; a embestir contra sus anchos muros. A librar todas las batallas, las grandes y las pequeñas, a incomodarnos, a viajar hasta la cárcel, a consolar a los que están sufriendo. Los invitamos a no quejarnos más de la inacción de otros, a no sentarnos en el sillón para nuestra lectura preferida o al almuerzo familiar, a no sumergirnos en nuestras limpias sábanas para dormir en la noche, sin pensar previamente en estos hombres y, al que crea, a rezar por ellos. Y al que no tenga tiempo, a que done dinero para los gastos de la Asociación, que van directo a la lucha por la libertad y la Justicia, que la caridad, como ha dicho San Pedro, “cubre la multitud de nuestros pecados”.


Estamos, señores, ante la batalla final. O triunfan los postulados de nuestra Constitución, en la que Dios sigue siendo reconocido como fuente de toda razón y justicia, y por su intermedio, el diálogo fraterno, la unión y la reconciliación de los argentinos, o continuará triunfando el odio, la ilegalidad, el Mal.

Ahora hay Jueces y políticos que vuelven a decirnos que esta calamidad va tener una solución política. No podemos aceptar promesas cuando, casi todas las semanas, se agrega un prisionero más a la siniestra lista de más de 300 detenidos muertos.  La nueva Corte debe abandonar el criterio de la mayoría kirchnerista en “Arancibia Clavel”, y reestablecer los criterios sentados por los Dres. Fayt, Belluscio y Vázquez en ese fallo, como modo de reestablecer las garantías constitucionales avasalladas y la igualdad ante la ley para todos los ciudadanos, o declarar -a 40 años de los hechos- la insubsistencia de las acciones, y terminar con estos juicios ilegales y vergonzosos.

Personalmente no quiero que esta etapa crucial del combate, al igual que la muerte, me sorprenda en una cama, paralizado, inactivo. Y no hablo del modo en que quisiera morir, lo que digo es que quiero vivir de tal forma que los que quieran vencerme me encuentren, como quiso mi padre, de pié.  Como hicieron los suboficiales y oficiales de todas las Policías del país, de la Gendarmería, la Prefectura o los agentes penitenciarios presos, hombres de la Argentina profunda, que sacaron sus machetes cuando la Patria los llamó al sacrificio. Porque quiero vivir como los Dres. Julio Alfonso y Jorge Halperín, que no faltan un solo día de la semana en la visita a los presos políticos. Como Oscar Vigliani y Alfredo Solari, dando la vida por los demás. Como Jaime Smart y tantos otros presos que ejercen virtudes heroicas consolando y asistiendo a otros en medio de la desolación y la desgracia. Quiero vivir con la disposición de estos abogados que se ofrecieron a ser murallas humanas contra las fuerzas del mal.  Quiero vivir como esa monja que en lugar tomarse un respiro, prefirió rezar al oído de mi padre agonizante, o como esos médicos que se mantuvieron firmes, dispuestos a mantener los principios de su profesión, afrontando las presiones, los odios, la propia conveniencia inmediata. Quiero descansar sólo después de haber luchado con todas mis fuerzas, porque ya he vivido lo suficiente como para saber que no es lo mismo la tranquilidad, que la paz…y que a ella no se llega sino después de haberlo entregado todo.

Finalmente, quiero que cuando llegue la ley y la concordia nuevamente a gobernar la Patria, que no lleve la victoria nuestro nombre, el de ninguno de nosotros. Que a otros les agradezcan.  Nuestra conquista habrá sido la más modesta, la de haber mantenido la llama prendida en momentos en que parecía apagarse definitivamente.  Nuestro valor habrá sido el de uno solo de nosotros, un solo abogado frente al Poder, clamando por una misma ley para todos.  Nuestro triunfo habrá sido el grito que nadie quería escuchar, el paño frío sobre la herida, el consuelo para el afligido, los momentos de calvario compartidos. En la hora de la victoria, la magnitud del gozo, dependerá siempre del modo en que hayamos sabido comportarnos en los momentos más difíciles. 

Que los mártires argentinos de uno y otro bando, que transitan ahora juntos, hermanados, los nuevos senderos de la Luz y de la Vida, que es eterna, nos iluminen en este tramo crucial de la batalla, para que seamos, todos nosotros, dignos de perseverar sosteniendo las banderas de la Justicia y la Concordia hasta el final.    


Ricardo Saint Jean      

INVITACIÓN - CONFERENCIA - ENTRADA LIBRE CON CONFIRMACIÓN

Centro de Estudios en
Historia, Política y Derechos Humanos de Salta


 
Salta - República Argentina

DECISIÓN HISTÓRICA


 Buenos Aires, 12 de noviembre de 2015

Estimado Camarada / Conciudadano: 

Conforme a nuestras previsiones, las elecciones generales de Octubre condujeron a un balotaje en que se pondrá en juego la posibilidad de un cambio o la continuidad del actual modelo autoritario, que tanto daño ha causado a los valores republicanos, en general, y a la Defensa Nacional y a la Seguridad Interior, en particular. 

Nuestra Mesa de Convergencia Republicana, que agrupa a 18 organizaciones y ha merecido un amplio consenso expresado a través de múltiples adhesiones recibidas desde los más variados lugares del país y del extranjero, entiende que la mejor opción para nuestra nación está en la posibilidad de acceder a un cambio que renueve las esperanzas de reconstrucción de la ética y los valores democráticos que presentamos oportunamente como nuestros objetivos consensuados. 

Despojados de intereses personales, sin haber firmado compromiso con sector alguno, pero convencidos de que nada podemos esperar de quienes tanto han castigado a nuestra nación en los últimos 12 años, invitamos a todos aquellos que se referencian en esta Mesa de Convergencia Republicana a apoyar con el voto a la esperanza que representa el frente CAMBIEMOS. 

Aprovechamos esta oportunidad para agradecer a los hombres y mujeres que han depositado su confianza en nuestro Proyecto e invocamos la protección de Dios nuestro Señor para que ilumine el camino de nuestros nuevos gobernantes hacia el bien común y proteja a nuestra querida Patria. Por nuestra parte, nos comprometemos a seguir trabajando firmemente por nuestros objetivos después de que el pueblo argentino haya expresado su voluntad soberana a través de las urnas.

Juan Carlos Neves                         Francisco Verna


Alberto Solanet

jueves, 12 de noviembre de 2015

CADA VEZ MUEREN MÁS PRESOS POLÍTICOS


Estimados Amigos:

A través de la Unión de Promociones hemos tomado conocimiento que lamentablemente fallecieron tres cuatro  camaradas más, acaecido en las fechas que para cada caso se especifican, quienes se encontraban injustamente detenidos como  Presos Políticos:
  • Martes 06 de octubre de 2015 15: señor Coronel (R) Jorge Oscar Félix Riu.  (Infantería - Promoción 84 - CMN): Estuvo Procesado. Se le había dictado la Falta de Mérito.

  • Lunes 26 Oct 15: señor Coronel (R) Osvaldo Ciro Oliveira. (Infantería - Promoción 81 - CMN).
  •  Sábado 07 Nov 15: señor Comisario Inspector (R) Ernesto Orosco. (Policía de la Provincia de Buenos Aires).
  • Jueves 12 Nov 15: señor Suboficial Principal (R) Luis Alberto Manzanelli. (EA).

Con ellos, 328 (trescientos veintiocho) los Camaradas fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales, Penitenciarias y civiles; en el marco de este proceso de persecución, teñido de incontables irregularidades jurídicas y sistemática venganza, propias de una justicia prevaricadora.

Expresamos nuestras sentidas condolencias a todos sus familiares, allegados, compañeros y amigos, rogándole al Señor, les conceda pronta y cristiana resignación.

Dadas las avanzadas edades y estados de salud de los Presos Políticos en la Argentina, estas lamentables noticias son cada vez más seguidas. Una vez más levantamos nuestra voz hacia el poder de turno, no pueden continuar con esta matanza selectiva… es su obligación como presidente de todos los argentinos garantizar el debido proceso, la igualdad ante la ley, brindar asistencia sanitaria adecuada y por sobre todo lograr la unión de la sociedad para superar las antinomias que después de casi 205 años aún nos mantienen divididos. Es hora de sin odios, ni venganzas, es hora de una mirada superadora. ¡BASTA!

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

miércoles, 11 de noviembre de 2015

MÁS HISTORIA IDEOLOGIZADA

EDITORIAL

Las represalias contra docentes que quisieron reivindicar a las víctimas del terrorismo resultan inadmisibles y propias de un sistema totalitario

LUNES 09 DE NOVIEMBRE DE 2015

Desde hace un mes se está dando un debate en la provincia de La Rioja respecto de la libertad de cátedra que tienen los docentes para brindar contenidos a sus alumnos que no están incluidos en los contemplados por el Ministerio de Educación de la Nación.

Fernanda Megías

El 5 del mes pasado, la docente Fernanda Megías, con la autorización de la rectora del Colegio Joaquín V. González de La Rioja, pretendió dar una charla a sus alumnos sobre las víctimas del terrorismo, es decir, aquellos ciudadanos inocentes que fueron victimizados por organizaciones armadas, como Montoneros o el ERP, responsables de la comisión de miles de atentados terroristas durante la década del setenta.


La fecha elegida no fue caprichosa porque ese día, en Formosa, se conmemoraba el Día Provincial del Soldado Formoseño en recuerdo y homenaje a los 10 soldados conscriptos que fueron asesinados por Montoneros el 5 de octubre de 1975, cuando fue atacado el Regimiento 29 de Monte de Formosa en el que estaban destinados. Los soldados, junto con un policía, un teniente y un suboficial, perdieron la vida cuando fueron agredidos con alevosía por los terroristas. Esa fecha, a su vez, fue la elegida por las víctimas para conmemorar el Día Nacional de las Víctimas del Terrorismo.

10 conscriptos y 3 policías asesinados

Por estas razones, Megías solicitó a sus superiores brindar una charla a sus alumnos en la que pudieran ver los rostros de las víctimas y conocer la etapa previa al gobierno de facto iniciado en 1976. Asimismo, contaría con el testimonio en vivo de la hija de un civil asesinado en Tucumán en 1975 y con el asesoramiento de la Asociación Civil del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), que nuclea a las víctimas en la Argentina y brinda este tipo de charlas en distintos colegios del país.

Délfor Brizuela

Ese día iba a iniciar la charla cuando otra docente y madre de una alumna la interrumpió aduciendo ser familiar de un detenido desaparecido y denunciando a Megías en la Secretaría de Derechos Humanos de esa provincia. Su titular, Délfor Brizuela, y la denunciante comenzaron una caza de brujas al acusar a Megías de apología del terrorismo de Estado e insultando la memoria de los 13 muertos de Formosa tildándolos de represores.

Luego de este escándalo suscitado frente a los alumnos, Megías y la rectora fueron separadas de sus cargos y se les ha iniciado un sumario para averiguar si cometieron una falta administrativa.

Se ha configurado así un nuevo hecho de censura preventiva, en el cual ni la docente ni la rectora han realizado acción alguna, siendo penalizadas por lo que podrían haber dicho y no por lo que efectivamente hicieron.


La libertad de cátedra es uno de los derechos humanos que surge de la libertad de expresión y si bien se encuentra consagrado dentro del nivel superior de la educación, no por ello es ajeno al nivel secundario, en el cual desde el Estado se hace profundo hincapié en la construcción de la memoria y el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, estos propósitos parecen estar restringidos con exclusividad a lo ocurrido luego del 24 de marzo de 1976, cercenando la historia, desapareciendo a las víctimas del terrorismo de la misma y ensalzando a quienes fueron sus agresores, justificando sus acciones delictivas y eliminando cualquier rastro de culpabilidad y responsabilidad en la tragedia que todo el pueblo argentino vivió en los años 70.

Mientras miles de adolescentes absorben una historia parcial, en la cual como en un rompecabezas faltan importantes piezas que le den coherencia al conjunto, el Estado argentino se dedica a sumariar a docentes que intentan brindar una visión completa e integradora de uno de los momentos más relevantes de nuestro pasado como país.


Es lamentable que un gobierno democrático ejerza la censura y use el aparato estatal para perseguir a trabajadores por el simple hecho de pretender relatar los atentados terroristas que ocurrían en democracia en el país, y más preocupante aún es el mensaje que se les da a las nuevas generaciones, indicándoles que la violencia y el terrorismo son métodos válidos para la conquista del poder, como propugnaban Montoneros y el ERP.

La memoria de las 13 personas de Formosa y de las miles que fueron asesinadas, heridas y secuestradas clama por un espacio en la historia. Esperemos que pronto se inicie una etapa donde haya lugar para todo el dolor y no sólo para una parte.



NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

FALLECIÓ EL CORONEL ROBERTO ADOLFO GARCIA


Hemos tomado conocimiento que falleció el señor Coronel (R) Roberto Adolfo García, ingeniero militar del Ejército Argentino.

El señor Coronel García no estaba procesado en los actuales juicios de persecución al personal de las FF.AA. de esa época. Se lo  recuerda como víctima del  terrorismo, ya que fue herido en el copamiento de la Fábrica Militar de Villa María -10 de agosto de 1974-  y fue secuestrado al igual que el señor Coronel Argentino del Valle Larrabure, durante la retirada de los terroristas, apreciaron que las heridas que presentaba eran graves y fue abandonado a la vera del camino dándolo por muerto, milagrosamente fue salvado y continuó su carrera militar.

Nunca se sobrepuso al shock postraumático y actualmente estaba internado en un Instituto psiquiátrico donde falleció.

Pedimos una oración en su memoria, deseamos que descanse en paz y hacemos un llamado de reflexión a la necesidad de “concordia”, unión nacional y respeto irrestricto de la ley.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva

por una Nueva Década en Paz y para Siempre

lunes, 9 de noviembre de 2015

HALLOWEEN EN LA HABANA

por Ricardo Angoso
@ricardoangoso
La celebración de Haloween en La Habana adquiere un tinte muy peculiar. Mientras en el resto del mundo se celebra el día de las brujas, en que la gente se disfraza, baila alegremente y sale de rumba, en Cuba se celebra, con arteros planes, una caza de brujas despiadada de disidentes y opositores políticos. La represión policial el pasado fin de semana ha sido brutal, violenta y sin ningún miramiento. La naturaleza militar del régimen comunista cubano le obliga a actuar por la fuerza frente a cualquier signo de disidencia. Está claro que los Castro que no van a bajar la guardia y que están dispuestos a morir matando, sin dejar ninguna esperanza para una transición hacia la democracia y el cambio. Los Castro tiene más que ver con Gadafi, que acabó sus días ejecutado tras haber iniciado una escalada represiva sin control, que con Jaruzelski, el hombre que lideró la transición política en Polonia y abrió las puertas a la libertad en el país.


Este fin de semana, mientras el mundo se divertía ajeno a lo que ocurría en la ergástula cubana, en La Habana se desarrollaba un auténtico aquelarre represivo. Más de dos centenares de activistas pro derechos humanos fueron detenidos y encarcelados en condiciones muy duras, sin apenas garantías jurídicas y procesales. Las protestas de las Damas de Blanco también fueron acalladas por la fuerza, algunas de las componentes de este grupo incluso fueron agredidas y detenidas y el aparato policial se mostró implacable pese a la naturaleza pacífica y no violenta del grupo. Muchas Damas de Blanco, indefensas y algunas de avanzada  edad, han sido también apaleadas por las turbas que envía el régimen para que acallen toda forma de protesta. Ni que decir tiene que esa chusma que ataca a las Damas no se organiza de forma espontánea, sino que tras estas "expresiones" de ira popular está el servicio secreto cubano: el tristemente conocido como G2.


A medida que crece la presión popular en las calles cubanas a favor del cambio político, la represión se incrementa y las detenciones aumentan. Según fuentes bien informadas de la isla, en los últimos dos meses el número de detenidos podría llegar hasta los dos millares y es más que seguro que de aquí a las Navidades -fechas que la dictadura castrista detesta por su carácter religioso- la persecución crecerá. Nada induce a pensar que vaya a a cesar, más bien lo contrario, como la historia demuestra; sino que a mayor presión a favor del cambio más dureza policiaca.

Increíblemente, esta nueva oleada represiva en la mayor cárcel mundo coincide con el acercamiento de los Estados Unidos a la isla y el proceso de recomposición de las relaciones políticas, diplomáticas y económicas entre los dos países. Nada parece detener a la dictadura de los hermanos Castro, ni siquiera los gestos aperturistas del presidente norteamericano, Barack Obama, hacia la segunda tiranía comunista más larga de la historia de la humanidad, tras la de Corea del Norte, han servido para aplacar a los esbirros del régimen.

VERGONZOSO SILENCIO DE LOS ESTADOS UNIDOS Y DE AMÉRICA LATINA

Pero si la actitud de los Estados Unidos de haber hecho concesiones a los Castro y otorgarles una suerte de legitimidad política, sin haber obtenido nada a cambio ni anuncios de reformas, hay que denunciar el silencio y la complacencia de todas las naciones de América Latina hacia el régimen más tiránico, criminal y opresivo que haya existido nunca en la historia del continente. Unos le apoyan descaradamente, como el idolatrado Pepe Múgica, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el de Bolivia, Evo Morales, el de Ecuador, Rafael Correa, la de Brasil, Dilma Rousseff, y también la de Argentina, Cristina Kirchner, mientras que otros, como en los casos de Chile y Perú, prefieren mirar para otro lado y tampoco se manifiestan. Mención aparte es el caso de Nicolás Maduro, ya que Venezuela se convirtió en una colonia cubana y no viceversa y el máximo líder venezolano fue elevado a la condición de cipayo mayor del régimen castrista. Un gran honor para un tipo execrable, burdo, violento, tiránico, autoritario e inhumano.

Casi seis décadas de represión en Cuba han conseguido destruir a la sociedad civil cubana y crear un mundo político monolítico, cerrado, intolerante y ajeno a cualquier demanda de cambio, mostrando a las claras la incapacidad que tiene el régimen comunista para adaptarse a las nuevas realidades y democratizarse. A diferencia de lo que ocurrió en los países comunistas bajo la órbita soviética, en Cuba nunca hubo reformas políticas y económicas, algo que ha generado un retraso en todos los órdenes muy notable.


El país se quedó detenido en el año 1959, tal como podemos apreciar en su parque móvil, y hoy se podría decir que es uno de los países más atrasados del mundo, por mucho que se empeñen los Castro en alardear de unos deportistas que cada vez que tienen ocasión se les largan y una supuesta educación de alta calidad. Cuba es una suerte de parque jurásico político y económico anclado en un pasado idealizado y mitificado tras una gesta revolucionaria de dudosa entidad moral y ética, sobre todo si tenemos en cuenta que se desarrolló a sangre y fuego sin ningún miramiento. Mientras se hablaba del "hombre nuevo" llamado a vivir en el paraíso socialista, el Che Guevara y los hermanos Castro hacían correr la sangre en los paredones de fusilamiento. Miles de ejecutados, millones de exiliados y huidos en condiciones terribles y once millones de presos todavía viviendo en la isla-prisión de Cuba, por no hablar de las torturas, el hambre y la miseria generalizada, es el balance del sistema político creado por los hermanos Castro y que al día de hoy mantiene intacta su estructura represiva y policial. ¡Qué tristeza de Haloween!

CARLOS ROBBIO


En la playa oscura de Malvinas se distinguía una pequeña luz: era el señor Teniente de Fragata Carlos María Robbio, un buzo táctico que con su linterna marcaba el lugar para el desembarco de la tropa.

Según los registros oficiales de la “Operación Rosario”, la vanguardia tocó tierra malvinense exactamente a la Hora Hotel [las 6.30]...

Recibió la Medalla La Nación Argentina al Valor en Combate,  la segunda más alta condecoración militar propuesta por la República Argentina.

La misma expresa: "Reconócese la actuación en la Guerra del Atlántico Sur por sus relevantes méritos, valor y heroísmo en defensa de la Patria."

El 2 de noviembre de 2015 fue sacado preso de su lugar de trabajo civil en Salta, como si fuese el más peligroso de los delincuentes, acusado por lesa humanidad.

Preguntas para pensar ¿Qué responsabilidad de mando le podía caber a un oficial subalterno[1] para ser acusado de semejante aberración? ¿Este es el reconocimiento para quienes con valor expusieron su vida por la Patria?
Esto pasa mientras la Justicia no les llega a los responsables de saquear la República.

SE RUEGA DIFUNDIR




[1] Carlos María Robbio nació en 1954 y terminó sus estudios en la Escuela Naval en 1974… en 1976 era Teniente de Corbeta en el primer año.

PUNTO FINAL Y OBEDIENCIA DEBIDA K


El  decreto 196/2015 -típicamente K-, dice que el funcionario no tiene responsabilidad y que el Estado le garantiza INDEMNIDAD (Punto Final).
 
Y, por si fuera poco, establece que EL ESTADO LO VA A DEFENDER, aún si violó la ley, cuando la actuación cuestionada del ex funcionario obedezca a “recomendaciones u órdenes emanadas de la autoridad…”. /OBEDIENCIA DEBIDA/
 
O sea: si cometió delitos o perjudicó al Estado, no tiene responsabilidad… y si los hizo cumpliendo órdenes, el Estado Nacional se va a ocupar de defenderlo, o sea… punto final y obediencia debida K.
 
Evidentemente los K se están preparando para evitar ir presos cuando pierdan el gobierno y para tratar de conservar la tropa, pensando que el próximo Gobierno, con la herencia que le  van a dejar, obligadamente ha de  perder el apoyo popular.

Pero presiento que este Decreto va a durar poco, es una de las tantas “barrabasadas” que el próximo gobierno deberá arreglar y debe contar con el apoyo del pueblo de la República Argentina.

Puedes leer el Decreto l96/2015 en:


Allí encontrarán abundante información que deberíamos hacerla llegar a todos los argentinos.

Con renovadas esperanzas de que nuestro pueblo no se vuelva a equivocar al votar en las próximas elecciones en el balotaje.

#22NOV a las 19:00 horas todos a las plazas del país
para evitar el fraude electoral de

La Cámpora en retirada

¿MÁS CLARO?... ¡ECHÁLE AGUA!


CARTA ABIERTA DE UN OFICIAL (R) A LOS ALTOS MANDOS INSTITUCIONALES DE CHILE

A los señores Generales y Almirantes de las FF.AA. y de Orden:

Soy un hombre de Honor y como tal no puedo seguir guardando silencio. Pido a Dios que estas palabras lleguen a las personas a quienes están dirigidas, a los mandos Superiores de las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile, entiéndase mejor, a todos los señores Generales y Almirantes de la República de Chile.

Siempre pensé que escribir en forma anónima era de cobardes, y a pesar de ello había decidido no dar mi nombre por una razón bien clara, ¡porque me obligan a no darlo! Pertenezco y perteneceré por siempre a la Gran Familia Uniformada chilena, y como se están dando las cosas en Chile y en nuestro entorno, mi identidad podría afectar a los de mi sangre que aún visten el uniforme, sea cual sea el parentesco, a mi padre, a mi hermano, a mi hijo, a mi sobrino o a mi nieto.

Pero recapacité, porque estoy seguro de que los conceptos que expondré, representan en forma fidedigna, no a todos, pero sí a la inmensa mayoría de los uniformados en retiro de Chile. Entonces mi nombre los representa a todos ellos.

Soy un Oficial en retiro, del Arma de Infantería, del Ejército de Chile, pero podría ser cualquier Oficial de las Fuerzas Armadas y de Orden, de cualquier Institución.

Y como todos los que un día vestimos el Uniforme de la Patria, hoy estoy profundamente amargado, tanto así que quisiera no estar viviendo todo esto. Increíble pero cierto, preferiría no estar, antes de seguir siendo testigo de toda la barbarie que viven tantos uniformados en retiro, de cualquier grado o Institución, por el sólo hecho de haber cumplido con su deber.

Exacto, por el sólo hecho de cumplir absoluta y cabalmente con el Juramento que un día hicimos ante Dios y la Bandera. Entiéndanlo, señores Generales y Almirantes de la República, por el sólo hecho de haber actuado conforme a nuestras conciencias y por nuestra Patria, de acuerdo a nuestra formación profesional. Porque actuamos profesionalmente, aplicando todo lo que alguien nos enseñó un día en las aulas de nuestras Escuelas Matrices o en los campos de instrucción.

Van a tener que perdonar, señores Generales y Almirantes, los conceptos que debo expresar. Lo que pasa es que hoy no estoy desilusionado del actual Gobierno. La verdad es que de esa lacra política nunca he esperado nada.

Pero de ustedes sí que siempre lo esperé todo, porque entendía que eran “Hombres de Honor”. Pero el concepto verdaderamente es muy grande para ustedes. Triste decirlo, pero es verdad. No se imaginan la desilusión que siento.

Me duele tener que encontrarlos muchas veces porque la formalidad me obliga a saludarlos. No se imaginan lo que pasa por mi mente cuando cínicamente les tiendo la mano. Es una verdadera amargura haber llegado a esto.

Yo fui Oficial. No importa el grado en que terminó mi carrera. Llegué a Teniente o Mayor, a Capitán de Navío o a General, eso no importa. Pero fui un Hombre Digno, un Caballero.

Ahora ya retirado de mi Institución vivo en cualquier parte, en Santiago o Valparaíso, en Arica o en Coyhaique, eso tampoco importa.

Pero me duele mucho cuando otras personas, que nunca usaron el Uniforme de la Patria, civiles ciudadanos de nuestro país, se acercan y me preguntan amable o impacientemente: ¿Qué está pasando?, ¿Hasta cuándo?, ¿Cómo es posible?, etc.

En un principio les daba cualquier respuesta, tratando de justificar lo injustificable. Pero ya no. No puedo seguir así.

No quiero ser cómplice de actos impropios de un uniformado. No quiero volver a ser parte de la desidia de ustedes señores Generales y Almirantes de la República. ¡Ya no más!

Yo algún día fui superior de ustedes, o fui su compañero, o su subalterno. Me sentí muy dichoso al ver coronadas sus carreras en el Generalato. Qué alegría más grande sentí cuando mi profesor, o mi amigo o mi alumno llegaron a la cúspide de su carrera. ¿Cuándo me iba a imaginar que hoy sentiría vergüenza de ustedes?

¿Cómo es posible que personas que recibieron una formación basada en valores, puedan vivir tan tranquilos ante la crudeza de las circunstancias?

No quisiera pensar que las bondades “muy temporales” de sus altos grados, sean más importantes que los valores de toda una vida.

¿Qué está pasando con ustedes?

¿Algún día se han detenido a pensar en la decenas de uniformados en retiro que están prisioneros?

¿O en los centenares que están sometidos a proceso y que terminarán tras las rejas?

¿Nunca han pensado en las familias de todos esos hombres? Yo sí pienso en ellos todos los días y me duele profundamente.

Me duele compartir con mi familia, sabiendo que la familia de mi amigo está triste.

Me duele jugar con mis hijos, sobrinos, o nietos, sabiendo que mi compañero de curso no lo puede hacer.

Me duele ver las estrellas en la noche sabiendo que ese buen hombre que un día fue mi superior, nunca más las podrá ver.

Me duele caminar con los míos por la playa y sentir el ruido del mar, sabiendo que hay una mujer con sus hijos que darían cualquier cosa por hacer lo mismo con el hombre que aman, ese que lo dio todo por su Patria, ese que injustamente está tras las rejas.

¿A ustedes no les pasa lo mismo?

¿Cómo pueden ser tan insensibles?

¿Se olvidaron tan fácilmente de esos hombres con los que tantas veces compartieron las bondades de nuestras carreras?

Les voy a decir algo muy sincero. Ustedes están muy equivocados si creen que lo están haciendo bien.

No crean que su actitud obedece al “irrestricto respeto a la Constitución y al Estado de Derecho”. Eso lamentablemente en Chile dejó de existir.

Desde el momento en que las más altas autoridades del gobierno, y me refiero a la Presidenta de la República, a un ex Ministro de Defensa, y otros personeros que ocupan altos cargos, tuvieron vinculaciones o militaron derechamente en movimientos terroristas involucrados en hechos de sangre, asaltos y secuestros, la Constitución perdió su peso.

Desde el momento en que la Ley encarcela a Militares, Marinos, Aviadores y Carabineros, e indulta terroristas criminales y delincuentes, el Estado de Derecho no existe. Eso es un hecho que connotados juristas podrán confirmarles.

¿En qué país están viviendo ustedes?

¿No han pensado que en esos hombres que viven tras diez candados, están representados todos ustedes?

¿Dónde estarían hoy si la orden la hubieran recibidos ustedes y no ellos?

¿Cuántos de ustedes mañana correrán la misma suerte cuando se saquen el uniforme? No sean insensatos. ¿De qué les sirve un presente ameno pero tan corto, cuando mañana van a estar solos?

¿De qué les sirven los temporales privilegios de sus investiduras, si mañana van a ser nada?

Mediten, señores Generales y Almirantes, aún tienen tiempo para reivindicarse con su propia conciencia, sus camaradas, sus subalternos y con una inmensa masa ciudadana que observa perpleja lo que ocurre casi a diario.

Nadie, y lo repito, nadie les pide que “den un golpe de Estado”, eso sería ridículo, sería atentar en contra de la institucionalidad que ustedes y nosotros construimos y que tanto bien ha hecho a Chile.

Nunca les pediría algo así. Pero ustedes saben perfectamente bien lo que sin apartarse de la Constitución y la ley… ¡puede y debe hacerse!

Busquen en las cárceles estadounidenses o europeas a algún militar prisionero por cumplir con su deber. Ustedes saben que nunca lo van a encontrar.

Lo que pasa, es que esas naciones que por años combatieron en contra de la sucia izquierda marxista, o cualquiera otra barbarie, saben lo que significa el Honor. Ese inmaculado concepto que ustedes simplemente dejaron en el olvido.

Sí, lo dejaron en el triste olvido, a pesar de la altísima investidura que la Patria les dio, porque me niego a pensar, una y otra vez, que hayan podido aceptarla a cambio de olvidar.

¿No les da vergüenza? Abran los ojos señores Generales y Almirantes.

No sólo nosotros los uniformados en retiro los observamos. Sus actuales subalternos lo hacen, y es un país entero el que no da crédito a su penosa y débil actuación.

¿Con qué cara se presentan públicamente en actos y ceremonias? ¿Se sienten por casualidad “dignos hombres” cuando se paran frente a sus subalternos?

¿No se dan cuenta de que ellos ya no los siguen por lealtad, sino como esclavos de la disciplina, porque no ven en ustedes aquellos líderes que fuimos y a los que nos formaron?

Señores Generales y Almirantes, ustedes algún día fueron mi jefe, mi compañero o mi subalterno. Yo los conozco muy bien. Yo sé que la tarde del 11 de septiembre de 1973, estábamos dichosos, como lo estaba la inmensa mayoría de los chilenos.

Yo sé que ustedes sirvieron fielmente al Gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden.

No se olviden nunca que la contienda de 1973 fue una guerra artera en contra del peor invasor.

Recuerden los arsenales que ustedes mismos encontraron en todos los rincones de Chile, empezando por La Moneda, Tomás Moro y El Cañaveral.

Recuerden la numerosa filmografía, revistas y elementos más propios de un “Porno Shop” que de las residencias del Presidente de Chile.

Recuerden los balcones de La Moneda llenos de terroristas con ametralladoras. Recuerden el rostro venenoso de Allende organizando la defensa de “su Revolución” recorriendo los pasillos de La Moneda con casco de combate y fusil de guerra.

¿Era eso un Presidente Constitucional? No. Ustedes saben que no lo era.

Ustedes saben que ese 11 de septiembre de 1973 y los días posteriores nuestra Instituciones lucharon con un enemigo voraz, con la peor de las hordas que acechaban en ese entonces al planeta.

Ustedes saben que nuestra victoria de entonces, fue el primer combate que esa rapiña perdió en el mundo. Y saben perfectamente bien que esa es la causa principal del odio que sienten hacia nosotros.

¡Ni perdón ni olvido! Han dicho y lo repiten.

Después de 40 años, ¿Qué pasa por sus mentes?

¿Piensan que ustedes habrían hecho las cosas distintas?

¿Piensan que abrían adoptado otras resoluciones? No se engañen. Ustedes habrían hecho lo mismo.

Sí, lo mismo, porque eso era lo único que las circunstancias permitían hacer… ¡COMBATIR! ¿Y si no estaban de acuerdo, por qué no abandonaron sus Instituciones por la puerta ancha, aquella misma por donde un día entraron?

Recuerden además que ese sucio adversario no se quedó tranquilo después de su derrota. Recuerden que nuestro suelo se vio invadido por la más siniestra andanada terrorista. ¿O se olvidaron de los uniformados y también civiles asesinados a mansalva por esa lacra?

¿Se olvidaron ya de ellos? ¿De los centenares de Carabineros asesinados? ¿Se olvidaron de todos los mutilados? Recuerden que esa caterva criminal no se podía combatir con instituciones regulares.

Recuerden que los Organismos de Seguridad nacieron por la imperiosa necesidad de defender a nuestros conciudadanos de ese sucio y criminal adversario.

Recuerden que nuestro suelo estaba invadido por criminales, salvajes criminales organizados y apoyados desde el extranjero.

Recuerden que ustedes mismos sacaron armas de infinidades de reductos luego de descubrir los desembarcos de Carrizal Bajo.

Ahí estaban los Organismos de Seguridad, integrados por gente nuestra, pertenecientes a nuestras Instituciones, y que tuvieron que desempeñarse en ese peligroso frente.

¿Ya lo olvidaron? ¿Qué tipo de amnesia están sufriendo?

Insisto. ¿No han pensado que la orden la pudieron recibir ustedes, y que cumpliendo con su deber habrían tenido que formar parte de esos necesarios Organismos de Seguridad?

¿Cómo pueden permitir que a Hombres de Honor se los trate de delincuentes?

¿O ustedes piensan que verdaderamente son delincuentes? Si fuera así nuestras Escuelas Matrices serían formadoras de delincuentes y ser Oficial sería lo mismo que ser un delincuente.

¡Ustedes mismos serían delincuentes!

Pero la realidad es otra.

Todos nuestros Camaradas Prisioneros Políticos y sometidos a proceso son dignos hombres de nuestro suelo. Son iguales a ustedes, con las mismas capacidades y la misma formación valórica, con la misma Fe y los mismos sentimientos.

Ellos cumplieron con su deber sagrado y derrotaron al enemigo de Chile. Sin embargo, ustedes ahora los desprecian.

Y lo que es peor, de tanto compartir con el que antes fue su adversario y hoy se viste de autoridad, da la impresión de que ya creen todas las falsedades que dicen, y no consideran el odio que brota de ellos, el que cada día le quita la paz a los nuestros y a sus familias.

Reaccionen de una vez. Chile entero los observa.

Sus camaradas de ayer los observamos permanentemente. Sus subalternos los observan día a día. Todos esperamos algo de ustedes. ¡Entiéndalo!

Mientras Chile tenga encarcelado a un uniformado que cumplió con su deber defendiendo a su tierra y a su pueblo, ustedes serán los responsables de su propia suerte.

La historia los espera. Salven su dignidad.

¿O pretenden quedar en el recuerdo de Chile como Hombres sin Honor, como ya tenemos a uno, aquél del “Nunca Más”?

¡Nunca es tarde!

Carta extraída de la página "La Voz de Punta Peuco"