Queridos amigos:
El agua es vida. Por eso
desde tiempos inmemoriales los seres humanos se han instalado a la vera de las
costas de los mares, ríos, lagunas y de cualquier otra clase de espejo de agua.
Pero el agua también mata. Lo saben los
marinos que se pierden en ella, los que viven en terrenos inundables, los que
han sido arrasados por tsunamis.
Convivir con el agua es ineludible. Las
tormentas, lluvias y crecidas son inmanejables y generan desastres llamados
naturales. Pero el hombre está dotado de una inteligencia que le
permite actuar sobre el medio ambiente para protegerse y sobrevivir a
la furia ciega de los elementos aunque, a veces, lo que ciega es la ambición o
la desaprensión y entonces se producen desastres humanos que se suman a los
naturales con resultados catastróficos. Y eso fue lo que
vivimos en la semana que pasó.
Primero fue, una vez más, la inundación
en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Pero esta vez,
además de los consabidos daños materiales, se sumó el dolor de la pérdida de
seis vidas humanas. El Jefe de Gobierno de la ciudad estaba de
vacaciones en Brasil. Eso no es pecado y Mauricio Macri no
lo ocultó y regresó de apuro apenas se enteró de la gravedad de los sucesos,
pero fue el detonante para que el gobierno nacional y sus
voceros habituales lanzaron una serie de ataques personales
despiadados antes de hacer el menor esfuerzo por ayudar ante la catástrofe. Fue
simplemente repugnante escuchar a Julio de Vido, D’Elia y
muchos otros funcionarios hablar de vagancia, desidia y tantos otros adjetivos
a los que ellos mismos se han hecho merecedores con frecuencia. Macri se
defendió alegando que las obras necesarias para evitar las inundaciones
requieren fondos que no posee y que el gobierno nacional se niega a darle los
avales para que pueda conseguir la financiación necesaria de organismos
internacionales. Esta acusación es muy grave y no ha sido
refutada. Si para causar un daño político se afecta a una comunidad
hasta llevarla al desastre ambiental se está yendo mucho más allá de
lo que puede aceptarse como un recurso político para caer en una acción
delictual que constituye un verdadero desastre humano.
Pero la tormenta siguió su curso
y cuando aún no se habían acallado las voces críticas ni
reparado los daños, la lluvia alcanzó a la ciudad de La Plata con
toda su furia. En este caso las consecuencias fueron aún peores. Al presente se
llevan contabilizados 51 muertos y hay fundadas sospechas de que puede haber
más víctimas[1]. Los
daños materiales calculados superan los 4000 millones de pesos y hay todavía
miles de evacuados. El Intendente Pablo Bruera también estaba
de vacaciones en Brasil pero en su cuenta de la red social Twitter
apareció como si estuviera repartiendo ayuda a los damnificados en una acción
engañosa y deplorable. Si bien el funcionario atribuyó el engaño a su equipo de
comunicaciones, la cuenta de Twitter es absolutamente personal y
requiere una clave para ser operada por lo que, sea quien sea el que emitió la
información falsa, no exime al señor Bruera de su
responsabilidad y el hecho constituye por sí solo una falta de gravedad
institucional.
Las voces del oficialismo cambiaron
súbitamente el tono y la argumentación cuando la catástrofe alcanzó a un
intendente y a una provincia de su mismo signo político. La tormenta pasó de
ser un fenómeno meteorológico mal atendido a ser un fenómeno
sorpresivo y sin precedentes. Ministros y funcionarios se
desplazaron hasta La Plata, incluyendo a la señora presidente y
las promesas de ayuda brotaron generosas. Pudo allí observarse cómo personas
que no estaban preparadas ni fueron llevadas para aplaudir, le mostraron
a la señora Cristina Fernández su disgusto y ella se mostró
con poca capacidad de respuesta. También fueron maltratados el Gobernador
Scioli y la Ministra y precandidata a diputada
provincial Alicia Kirchner. Quizás estos hechos les permitan entender la
diferencia entre los sentimientos de las masas llevadas a los actos políticos o
seducidas por los espectáculos artísticos gratuitos y los de la gente que sufre
día a día las desgracias cotidianas de una mala administración. Si las
reacciones espontáneas les sorprendieron es porque, evidentemente,
estos dirigentes viven muy alejados de la realidad.
Hay fuertes indicios de que en La Plata
hay también obras pendientes de realización que influyeron en la gravedad de
las inundaciones e incluso un señalamiento de la Corte Suprema de
Justicia de la Provincia de Buenos Aires de un potencial riesgo
a la infraestructura de la ciudad de La Plata enunciado al conceder un amparo a
una organización ambientalista. Estos aspectos forman parte de la
responsabilidad humana y deben ser cuidadosamente analizados a la hora de
evaluar las responsabilidades emergentes de la catástrofe acaecida que incluyó
hasta el incendio de una de las principales refinerías del país.
La última de las cuestiones
que están más vinculadas al desastre humano que al
natural es la referida a la fase de ayuda y apoyo a las víctimas y
damnificados. Según el Decreto 1697/2004, existe en la Argentina una Dirección
Nacional de Protección Civil, integrante del Sistema Federal de
Emergencias dependiente del Ministerio del Interior, cuya
responsabilidad es “implementar las acciones
tendientes a preservar la vida, los bienes y el hábitat de la población ante
desastres de origen natural o antrópico, coordinando el empleo de los recursos
humanos y materiales del Estado Nacional en las etapas de mitigación, respuesta
y reconstrucción”.
La acción orgánica de esta Dirección que
cuenta con su presupuesto y sus medios humanos y materiales fue reemplazada en
la práctica por la acción espontánea de organizaciones civiles y por la acción
personal del Secretario de Seguridad y la Ministra Alicia Kirchner,
funcionarios que actuaron conduciendo las acciones del Estado en una
suerte de competencia por mostrarse en actividad antes que en una maniobra
coherente y coordinada. El extremo de la actitud de aprovechamiento político de
la desgracia fue el mostrado por la agrupación “La Cámpora” que
participó en la entrega de material donado, con pecheras que identificaban su
pertenencia. Esta actitud fue objeto de una pregunta de un periodista de la TV
Pública al referente de esa agrupación, diputado Andrés Larroque,
quien se molestó mucho y lo trató con el tono de un empleador que es
cuestionado por su empleado, terminando el diálogo con la frase “te espero
hoy acá cuando termine el noticiero” en una agresiva invitación a
concurrir a La Plata. Esto forma parte de la miseria humana que es mucho más
lamentable que la desgracia emanada de la naturaleza. En la misma línea puede
encuadrarse el retaceo a la participación de las Fuerzas Armadas que
son quienes poseen la mayor masa crítica de personal
disciplinado, organizado y dotado de recursos logísticos (aún a pesar de las
carencias presupuestarias actuales) y que la ideología predominante evita poner
en juego por el rencor del oficialismo hacia el sector militar y el temor de
que verlos en acción los haría agradables a los ojos del pueblo. Mezquindad
pura en su estado más intenso.
Consideramos que la gravedad de los
hechos acaecidos requieren la implementación urgente de tres medidas
inmediatas: 1) Investigar a nivel judicial si hubo negligencia tanto por parte
de las autoridades de La Plata para ejecutar obras presupuestadas
como del gobierno nacional para avalar los préstamos que permitirían realizar
las obras que requiere la ciudad de Buenos Aires a fin de terminar con los
precedentes de impunidad ante hechos de tamaña gravedad; 2) Suspender
en forma preventiva todas las construcciones y obras en ambas jurisdicciones
que puedan contribuir a agravar el riesgo de emergencia hídrica
hasta que sean avaladas por estudios ambientales; 3)
Exigir en un plazo perentorio de tres meses a todas las jurisdicciones del país
la presentación de sus planes de emergencia ante catástrofes ambientales y al Ministerio
de Defensa que requiera de las Fuerzas
Armadas los planes de contingencia ante inundaciones,
terremotos, grandes derrames de combustible, grandes incendios
forestales y demás desastres ambientales, con la valorización de los elementos
necesarios para su ejecución.
Aunque la mayoría de los ciudadanos
coincidiría con la implementación de estas y/u otras medidas de similar tenor,
las prioridades del gobierno pasan evidentemente por otra parte ya que lo que
se presentará la semana próxima para su discusión y debate es el plan para “democratizar
la justicia”, eufemismo que encierra el último y más elaborado intento por
terminar con los nichos de independencia de ese poder republicano. La buena
noticia es que la oposición en pleno no asistirá a tamaña convocatoria lo que
demuestra que el gobierno ya no puede engañar ni enredar a otros sectores
políticos y que tendrá que asumir en soledad la responsabilidad de sus actos.
La mala noticia es que esto no parece arredrarlo y que apoyado en su mayoría
circunstancial arremeterá contra todo lo que crea que se opone a su voraz
apetito de poder y control, sin que haya desastre que lo detenga.
En medio de estos graves problemas que
se suman a una crisis económica cada vez más difícil de ocultar, un exabrupto
que escapó involuntariamente al aire de boca del presidente del
Uruguay se transformó en una cuestión de Estado. El señor Mujica se
refirió a la presidente Cristina Fernández como “vieja” y “terca” y
al difunto Néstor Kirchner como “el tuerto”.
Aunque no fue dicho en forma oficial, tampoco el presidente Mujica se
encontraba en un ámbito privado por lo que lo suyo fue grosero, irrespetuoso y
poco prudente. José Mujica es un ex
guerrillero Tupamaro cuya investidura presidencial lo
obliga a lidiar con la economía de mercado, las empresas
capitalistas y los frenos republicanos, de modo que su manera de
expresar sus resabios revolucionarios es a través del desprecio a las formas y
a los usos protocolares lo que suele ser muy festejado, pero esta vez, su
estilo ha creado un malestar diplomático. Esto demuestra lo difícil que es
aspirar a una sólida y seria unión sudamericana con tan singulares
protagonistas y es también un nuevo mensaje para la señora
presidente argentina. En una semana pudo comprobar que mucha gente no la quiere
en su propio país y que el pensamiento íntimo de algún o algunos mandatarios de
la región, demuestra el disgusto que sus actitudes provocan. Quizás esto sirva
para indicarle la necesidad de un cambio en sus actitudes personales que suelen
pecar de soberbia y agresividad.
Esas mismas actitudes y la evidente
politización de que se hace objeto a la causa Malvinas, motivaron que los veteranos
de la Provincia de Chubut no concurrieran al acto del 2 de Abril,
celebrado en Puerto Madryn, con la presidente como única
oradora. No podemos dejar de mencionar que hay muchos héroes de esa
contienda que cumplen prisión, acusados de variadas causas, y que se continua
hablando solo de conmemorar a veteranos y caídos en un día en que también
debería incluirse la alegría y el festejo por la victoria militar,
que por más de 70 días nos devolviera la posesión de lo que es nuestro por
historia y por derecho.
Entre tantos desastres naturales y
desastres humanos nos despedimos con el consuelo de la solidaridad
desinteresada que nos hizo llegar el Papa Francisco y con la
esperanza de que ejemplos como el suyo sirvan de luz para iluminar nuestro
difícil camino y nuestro oscuro presente.
Un abrazo para todos.
Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana.
Twitter @NevesJuanCarlos
[1] El
magistrado Luis Federico Arias, y el
defensor de menores de la capital
bonaerense, Julián Axat, alertaron que hallaron un cuerpo en la morgue y
siete en el hospital de Gonnet, cuyos nombres no están en el listado de
víctimas
Si bien el gobierno de Daniel Scioli fijó la última cifra de
fallecidos en 51, tanto Arias como Axat aseguran que hay más víctimas de
las declaradas por el ejecutivo.
Sin embargo, el defensor de menores aclaró que “esto no se trata de una conspiración; más
bien muestra impericias burocráticas al cruzar los datos entre la morgue y los
hospitales. Son crasos errores que exponen al gobernador”.
Algunas noticias hablan que
los fallecidos ya serían más de 350 personas: http://blogs.laverdad.es/noticiasya/2013/04/07/inundaciones-la-plata-argentina/#.UWIbqfAuaTe.facebook
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