Se cumplen hoy 57
años del sangriento asesinato de la primera víctima del terrorismo en nuestro
país: una niña de tres años. En la madrugada del 12 de marzo de 1960, durante
la presidencia de Frondizi, un comando del Movimiento Peronista de Liberación
Uturuncos hizo estallar una bomba en la casa del mayor David Cabrera. En el
atentado murió Guillermina, hija menor de Cabrera, y él, su esposa y sus otros
dos hijos, de cinco y seis años, sufrieron gravísimas heridas.
Si bien ninguna
víctima de la violencia que asoló la Argentina debe ser olvidada, son
demasiados los muertos cuya inocencia absoluta no es necesario probar, y que
jamás han sido reconocidos oficialmente por ningún gobierno o ninguna
organización de derechos humanos.
Nuestros legisladores
realizarían una gran contribución a la verdad, la pacificación y la concordia
si se instituyera un Día de las víctimas del terrorismo. Y qué mejor que el 12
de marzo, para que en nuestra memoria colectiva siempre recordemos el cruento
atentado terrorista que inició la espiral de violencia más sangrienta de
nuestra historia, y que se llevó la vida de su primera víctima: Guillermina
Cabrera, una niña de tres años.
Manuel
Pedro Fraga
DNI 12.361.798
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