Así cómo el Instituto
Balseiro reconoció su error al homenajear a un supuesto desaparecido que nunca
lo fue, nos preguntamos:
¿Cuándo el estado, las
organizaciones político-terroristas –que sembraron el odio y la violencia desde
1955
a la fecha– y las supuestas ONG(s) de DDHH reconocerán su mentira de los 30.000
desaparecidos?
¿Cuándo reconocerán
que sobran placas en el Parque de la Memoria?
¿Cuándo reconocerán que se
pagaron y cobraron indemnizaciones en nombre de falsos desaparecidos, de caídos
en combate, de fusilados por sus propias organizaciones, etc.?
¿Cuándo pedirán perdón
por todo el dolor, daños y víctimas que causaron?
¿Cuándo
pedirán perdón al pueblo argentino?
¿Será que en el
fondo no desean la concordia entre los hermanos que se enfrentaron en una
guerra interna, cómo la definió el tribunal que juzgó a las Juntas Militares?
LA
"DESAPARICIÓN" DE GENTILE: HISTORIAS DETRÁS DE UN ERROR CONSTRUIDO
CON LOS AÑOS
El relato sobre lo
que pasó con el científico del Balseiro fue edificado a base de versiones; un
homenaje permitió descubrir la verdad
Por Fabiola Czubaj
Los preparativos a
comienzo de año para la colocación de tres baldosas con nombres frente a la
sede de la Comisión Nacional de Energía
Atómica (CNEA) reactivaron una búsqueda que años antes no había dado
resultados. ¿Habría que incluir 21 o 22 nombres para el homenaje?, se
preguntaron los organizadores.
La respuesta
pulverizó un relato construido de versiones. En cuatro días, las pistas
condujeron a la reaparición del físico
Antonio Gentile, que vive desde hace décadas en los Estados Unidos. Hasta
ese momento, la comunidad del Instituto
Balseiro de Bariloche, donde se había graduado hace 59 años, lo consideraba
"desaparecido".
Algunos de los
indicios, según pudo reconstruir LA NACION, se habían intentado usar para
corroborar su desaparición en los 70.
Fue en 2012, cuando
para la colocación de una placa homenaje a los egresados
detenidos-desaparecidos o asesinados entre 1976 y 1983, a pesar de que Gentile no figuraba en el listado de la Conadep,
igual se optó por incluir su nombre junto a Susana Grynberg, Eduardo Pasquini y
Manuel Tarchitzky.
Durante el acto en el
Pabellón Guido Beck del instituto, el 23 de marzo de ese año, la física María Teresa Causa dijo: "Se
sabe que desapareció buscando a un familiar, pero no se conocen las
circunstancias que rodearon a su secuestro".
Desde entonces, se
sucedieron otros homenajes a los "cuatro"
desaparecidos del Balseiro, como el
acto en 2015 por el 60° Aniversario de su creación. Recién ese año, según indicaron a LA NACION desde la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, se formalizó en
Río Negro la denuncia de su desaparición.
Pero este año, la Comisión de Derechos Humanos del Personal
de la CNEA (Cdhpcnea), el Ente
Público Espacio para la Memoria y la Promoción
de la Defensa de los Derechos Humanos y la Comisión por la Memoria Belgrano/Núñez decidieron que para el acto
por el 24 de Marzo se instalarían baldosas con nombres en la sede central de la
CNEA, frente a la ex-ESMA. Reunieron los datos de todos los trabajadores y
estudiantes de energía atómica desaparecidos o asesinados. Eran 22, pero solo
21 tenían una fecha para escribir junto al nombre..
Faltaba
Gentile.
Entre las pistas
disponibles había un teléfono en los Estados Unidos. El 1° de febrero pasado,
dejaron un mensaje. El 5 de febrero, él respondió. El hombre, de 85 años, dijo que había abandonado la física por un
emprendimiento comercial, según trascendió. Aclaró, también, que no tenía una
hermana desaparecida.
"Algunas
de las cosas que se contaban de él habían ocurrido en realidad 10 años antes de
las fechas en las que se decía que habían ocurrido. Pero ante versiones tan
fervientes de personas tan renombradas se creó un relato. Esas versiones se
trataron de chequear, pero sin resultado. Fue una equivocación",
confió en diálogo con LA NACION un científico que colaboró en esa búsqueda de
referencias para dar con Gentile.
El lunes pasado,
luego de que el diario Clarín publicara sobre su reaparición, el Balseiro emitió un comunicado. Aclaró
que "la institución nunca realizó
denuncias ante organismos de Derechos Humanos" y que "retiró el
nombre de Gentile de las placas que
se habían incluido en distintos homenajes".
Solo tres personas
habrían recibido los pocos llamados de Gentile,
que el miércoles pasado volvió a comunicarse. Por escrito, él y su familia
expresaron que "se sienten agraviados" y solicitaron que se cierren los expedientes abiertos, según pudo
saber LA NACION.
Una
voz y un código del pasado
Hace dos meses, para
confirmar que la voz del otro lado de la línea era quien decía ser, se le pidió
a un excompañero de cuarto en el Balseiro
que se comunicara con él. Y lo reconoció de inmediato por su forma de hablar.
El tercer llamado que terminaría por confirmar la reaparición ocurrió el 20 de
febrero y fue a la oficina de Carlos
Balseiro, director del instituto en
Bariloche. Como publicó LA NACION, conversaron sobre recuerdos de hace 59
años en esa ciudad rionegrina.
Hizo
pedidos (que se retirara su nombre de cualquier placa de homenaje y listas de
desaparecidos) e insistió en que no se difundieran sus datos para preservar su
privacidad.
Pero también
respondió preguntas que solo podía conocer quien hubiese estudiado ahí. Una
fue, por ejemplo, cómo se llamaba la encargada de la limpieza del pabellón 4,
donde se alojaban los alumnos y que, actualmente, lleva el nombre de esa "signorina".
Cuando murió esa
italiana de carácter fuerte, que no dudaba en llamarles la atención a los
estudiantes, en su cuarto se encontraron boletas de la lavandería que pagaba
con su sueldo por la demora que tenían los pagos a los proveedores.
El 5 del mes pasado,
la comunidad del Balseiro se enteró de la reaparición. El director difundió el siguiente mensaje a los docentes: "Dada la información recientemente
recabada sobre el Dr. Antonio M. Gentile, exalumno de la segunda promoción del
Instituto, la dirección se complace en comunicar que Antonio se encuentra bien,
tiene 85 años y vive en el exterior con su familia. Esta dirección ha podido
comunicarse con él permitiendo así confirmar esta muy buena noticia tanto para
sus compañeros de promoción como para toda la comunidad del Instituto Balseiro
que durante tantos años lo ha recordado preocupada por su ausencia".
Cuando el 17 de marzo
se construyeron las baldosas que se instalaron hace 10 días en la vereda de la
sede central de la CNEA, solo se incluyeron 21 nombres. Si Gentile no se hubiese comunicado, ¿se habría incorporado su nombre?
"Sin mejores datos, no",
respondió Enrique Pasqualini,
cofundador de la Cdhpcnea.
"No
pudimos encontrar ningún registro de que su caso estuviese denunciado en la
Conadep ni en el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado
(Rutve) -precisó-. Tratamos de corroborar la información que teníamos y evitar
inconvenientes. Pudimos detectar que Gentile, una física de la Plata, no estaba
vinculada con Antonio porque su hermana es mayor y no es física. Ahí ya había
un error. También, él se había desvinculado hacía más de 40 años de la
investigación científica y de sus colegas. Todo esto se prestó a gestar un
relato, que se aclaró hace más de un mes. Nos llama la atención que justo
cuando hacemos esta colocación de baldosas surja un hecho, que si bien es
llamativo, es una noticia antigua porque tiene más de dos meses y se está
subsanando".
Y agregó: "Como dije en un programa de radio, se
armó un relato que no fue cierto. Es muy difícil poder interpretarlo porque fue
armado por varias personas, amigos, y es un hecho no fortuito. Pero lo
importante es la noticia de que Antonio Gentile está vivo, como dicen los
comunicados del Instituto Balseiro".
El
grupo de los 12
María
Elena Porta es parte del grupo de los 12
egresados de la segunda promoción del entonces Instituto de Física, que fundó José Antonio Balseiro en 1955.
Compartió estudios durante tres años con Gentile,
a quien, casi seis décadas después, recordó como "una buena persona".
Ella se casó con
Francisco de la Cruz, de la misma promoción, entre agosto de 1956 y junio de
1959. "Con posterioridad -contó a LA
NACION-, no tuve oportunidad de tener contacto con Antonio dado que mis
actividades me llevaron por caminos diversos". Solo supo que se había
dedicado a la física teórica y que vivía en los Estados Unidos.
"¡Lamenté
mucho la noticia de su desaparición! -agregó-. Tampoco sé cómo se originó la
versión y siento una gran alegría de saber que esas noticias fueron
erróneas". Sobre el trabajo académico, ella
solo sabía que él había estado haciendo su tesis de doctorado en la Universidad
de Yeshiva de Nueva York (publicada en 1971) y "que fue un trabajo en física nuclear teórico muy alejado de los
temas" en que ella trabajó.
A la misma promoción
pertenecen Beatriz Cetrángolo, Elia
Obiol, Angel Ferrari, Manuel Mondino, Jorge Agudín, Alberto Bonfiglioli, Peter
Thieberger, José Miguel Cotignola, Walter Mulhall y Oscar Vilches. Profesor
emérito de la Facultad de Física de la Universidad de Washington y especialista
en física de sólidos, Vilches no se
volvió a contactar con Gentile desde que egresaron del Balseiro. "Todo lo que he sabido durante estos 59
años es que había desaparecido mientras buscaba a su hermana desaparecida
-señaló-. No sabía que había estado en Viena [en 1960, con una beca del
Organismo Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas] y Nueva York, y
me enteré por las publicaciones recientes de que había hecho su tesis de
doctorado en Nueva York."
NOTA:
Los destacados no corresponden a la nota original.
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