miércoles, 4 de mayo de 2016

MISERICORDIA


Escuché ayer a María O'Donnell, en su programa radial, hacer un comentario sobre la foto de tapa del diario Página 12, que muestra al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, mientras asiste "a una misa en memoria del represor Miguel Ángel Egea, imputado por ser una pieza clave en la estructura de los grupos de tareas de la ESMA". La periodista, después de aclarar que evidentemente se trataba de una relación de amistad entre las familias, considera que fue una actitud nada favorable mostrarse allí cuando cumple una función dentro del Gobierno "rindiendo honores a un represor."

A mi entender, es una muy buena oportunidad para comprender, aun sin practicar la fe católica, lo que el papa Francisco trata de explicarnos desde el 8 de diciembre de 2015 sobre la importancia de vivir el Jubileo de la Misericordia. Darnos cuenta de lo que es capaz Dios y de lo que somos llamados también nosotros a ser: misericordiosos. Una de las obras de misericordia espiritual es precisamente rezar por los difuntos. Nada se dice que haya que abstenerse de aquellos muertos que cometieron graves delitos, porque en verdad pedimos por su alma para que luego de purgar su falta, por la misericordia de Dios, alcancen el perdón y la gloria eterna. Esto no es rendir honor.

María Araceli Pittaro
DNI 12.109.218


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