jueves, 21 de febrero de 2013

…Y SOLO FALTA ALINEARNOS CON COREA DEL NORTE.


La mayoría de los analistas políticos y los periodistas serios califican, con un léxico prudente y moderado tal como corresponde a  profesionales de fuste, la política exterior llevada a cabo por la presidente Cristina Fernández, como impredecible, errática y equivocada.
 Pero ese lenguaje medido puede llegar a confundir a aquellos desprevenidos  o incautos que lamentablemente en nuestro país son varios millones.
La política exterior llevada a cabo por el cristinismo es todo aquello que señalan los analistas, pero fundamentalmente es además, y esa es su característica principal, disparatada y groseramente torpe. Es disparatada y torpe, porque no responde a ninguna política estudiada y cuidadosamente planeada en búsqueda del logro de objetivos nacionales fijados con anterioridad.  Inclusive se duda de que haya objetivos políticos nacionales en las relaciones internacionales de nuestro país.
No es el objetivo de esta corta nota relatar los vaivenes de la política de nuestra presidente. Simplemente destacar algunos pocos aspectos salientes de nuestro cada vez más aislado país en un contexto mundial en el que los países tienden a conformar la “gran aldea global” a través del fenómeno que trajo aparejado la globalización, consecuencia del vertiginoso avance de la tecnología.
No es el mundo que se nos viene encima como manifestó nuestra confundida mandataria. Somos nosotros, la Argentina que se cae del mundo, por sus tremendos y desastrosos equívocos y disparates.
Tampoco es el peronismo porque este gobierno no tiene poco y nada del peronismo tradicional. Recordemos que los que conducen las riendas del poder son los que fueron echados de la Plaza de Mayo por el creador y jefe del peronismo. Tampoco es la ideología del partido gobernante, porque todos sabemos que no tienen ideología conocida, salvo el oportunismo político.
Pero inclusive el oportunismo, que podría ser una dudosa pero aceptable táctica política, el kirchnerismo la ejecuta mal y desprolijamente.
A continuación algunos aspectos negativos de la lamentable y desastrosa gestión de Cristina Fernández.
La cancillería y el cuerpo diplomático, en una proporción probablemente la más elevada en el periodo democrático iniciado en el año 1983, está cubierta por nombramiento políticos en desmedro de los de carrera. Y obviamente estos no están en condiciones, por más buena voluntad que pongan, en igualar al diplomático de carrera.
El actual canciller Héctor Timerman, se destaca netamente por su falta de vuelo, idoneidad y torpeza ejecutiva y verbal y seguramente será el peor canciller que se recuerde en nuestra Historia. Su deseo de agradar a la mandataria lo lleva a cometer errores que lo llevan al límite del ridículo, no solo en sus acciones sino también en sus argumentaciones.
La Argentina es actualmente un país en donde todo está por hacerse. Y lo que ya está hecho hay que rehacerlo por su obsolescencia y deterioro por muchísimos años sin el mantenimiento y cuidado adecuado. (Ferrocarriles, carreteras, servicios públicos, etc.)
En un mundo en donde los capitales financieros buscan afanosamente regiones y países en donde invertir con seguridad y rentabilidad, estos evitan cuidadosamente nuestro país para radicarse en los países limítrofes y en América Latina en general.
Este gobierno es el directamente responsable que los capitales extranjeros no quieran radicarse en el país.

El gran “pecado” del cristinismo  es nuevamente dejar pasar de largo el tren de la historia al espantar los eventuales inversores y no tener acceso a créditos y préstamos  con un interés tan bajo que parece irrisorio, por su fantasioso y trastornado “modelo económico”.
Los disparates y errores de la mandataria en la relaciones internacionales, empezaron 1 prácticamente cuando inició su primer gestión presidencial e inclusive aún antes.
En un viaje por España antes de asumir la primera presidencia la impresión que dejó fue muy pobre. Un empresario presente en uno de sus actos públicos la calificó como "vedette populista" y una mujer “frívola”, “frívola y populista” es el término exacto que utilizó. Un debut nada  gratificante para la candidata...ni para el país.
Los desplantes, errores, faltas a la educación y al protocolo aceptado universalmente y su confusa e incontenible verborrea, es una de sus características de la Sra. Fernández en el ámbito de las RR.II.
Recordemos que apenas iniciado su primera gestión presidencial, cuando se descubrió la famosa valija de Antonini Wilson contrabandeando casi un millón de dólares, presumiblemente para el financiamiento de su campaña presidencial, Cristina imprudentemente acusó a EE.UU. de montar una “operación basura” en contra de ella y lo consideró como una intromisión en la política regional.
Y así comenzó, desde el principio, a tensarse las relaciones con el principal potencia del mundo. Con el correr de su gestión la tensión llegó casi a un punto límite. Pasó lo mismo con otros países, inclusive con los españoles, que fueron los principales inversores en la Argentina en la década anterior.

La soberbia, la agresividad y el destrato de la mandataria es casi un aspecto común en las relaciones con otros países. Y esa tensa y mala relación la tenemos con  los principales y más importantes países occidentales: EE.UU. España, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, recientemente Israel y toda la comunidad judía  y seguramente otros países que se me quedan en el tintero.
La misma mala relación que tiene con casi todos los sectores del nuestro país, la tiene con los países con los cuales nos relacionamos. ¡Un verdadero caso de análisis y estudio!
Hay decenas de errores y torpezas de la presidente para narrar y buscar una explicación racional: desde la errática relación con Gran Bretaña por las Islas Malvinas hasta el verdadero asalto a mano armada en la estatización de YPF, perjudicando groseramente a una empresa española.
Para no prolongar esta nota en y a modo de síntesis la buena relación de la Argentina es solo con los  países de gobierno autoritario o dictatorial de América: Venezuela, Cuba, Ecuador y Bolivia.
En el resto del mundo podemos mencionar, la Libia de Kadafi, Angola, (ref.1) ahora Irán y dentro unos pocos días, la peor dictadura de Africa: Guinea Ecuatorial. (ref.2).
Para complementar este sombrío y kafkiano panorama, solo nos falta alinearnos con Corea del Norte para estar dentro de los “Outsiders” del mundo.

            20-Feb-13                                                          Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL                                                                                                                                            
                                                                                              alfredo@weinstabl.com.ar

NOTAS:
(1)  Tanto Angola como Guinea Ecuatorial están gobernados por dos de los dictadores africanos  que más años  están el poder. Ambos son violadores sistemáticos de lós “Derechos Humanos”, bandera política de nuestro actual gobierno.
(2) Guinea Ecuatorial figura entre los 12 países más corruptos del mundo, según Transparencia Internacional. Recordemos que el presidente de este último país, Teodoro Obiang, en el año 2008, fue invitado por la presidente a visitar la Argentina. En esa ocasión esta, reprochó públicamente al invitado la trasgresión de los “Derechos Humanos en su propio país. La respuesta fue inmediata. Obiang se fue del país, furioso. Desde la página oficial de su gobierno dijo que “no viajó a la Argentina para recibir lecciones de democracia y respeto de los derechos humanos”.

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