lunes, 14 de septiembre de 2020

NEGAR LA HISTORIA


Llevo largo rato pensando qué tono dar a mis palabras y he decidido hacerlo desde el corazón. Nosotros, los parientes de víctimas de las organizaciones armadas, llevamos profundas heridas en nuestra vida familiar.

La locura de los 70 nos golpeó tempranamente. La muerte violenta (en estos casos por asesinato) de un ser querido deja surcos imborrables. Y si bien el tiempo aminora el dolor, la herida sigue presente y el sufrimiento aparece cada vez que alguien le arroja un puñado de sal o golpea nuestra memoria con medias verdades que terminan conformando una nueva mentira oficial. El Ejército, por orden del Ministerio de Defensa, retiró un tuit en donde se recordaba a un oficial y un soldado que murieron a manos del ERP. Tanto el subteniente Berdina como el soldado Maldonado contaban con apenas 22 años. Argumentan que la decisión se tomó porque ofendió a algunos ciudadanos. Lo curioso es que no se tuvo en cuenta el dolor que causó en otros, la falta de respeto, la indiferencia, el desmerecer haber cumplido con el juramento de defender la patria y obedecer una orden impartida desde el Ejecutivo, Gobierno constitucional, 1975. No intento reivindicar a ninguno de los actores que tuvieron parte en la violencia de los 70. Sin embargo, considero que, a más de 40 años, esta mirada maniquea, lejos de contribuir a la paz entre los argentinos, profundiza las heridas


Haciendo un juego de palabras, la ausencia de nuestros parientes tiene cada vez más presencia y esto se da con el correr de la vida misma. Me gustaría saber si alguien dio una explicación que repare el espíritu a las familias de estas víctimas y, en ese caso, qué les dijeron.

El dolor es infinito al negárseles el derecho a un sencillo recuerdo y homenaje. Se sienten impotencia, profunda tristeza, desamparo. Perdieron lo más preciado, hijos que, como en este caso, servían a la patria, defendían la Constitución.

Me gustaría saber qué explicación darán a los otros caídos en cada aniversario. Inexplicable actitud que se traduce en indiferencia, menosprecio y olvido. Sorprendente, penoso, indolente.

Me pregunto cuál es exactamente el objetivo de tamaña actitud.

No quiero permanecer en silencio, sino expresar mi admiración y reconocimiento por la entrega de estos soldados, que fueron ejemplo de lealtad, dignidad, honor, hombría de bien. Lamento el destrato y la actitud de negar la historia y el heroísmo de nuestros caídos.

Silvia Ibarzábal
Vicepresidenta Asoc. Familiares y Amigos de las Víctimas del Terrorismo en Argentina

FUENTE: https://www.lanacion.com.ar/opinion/carta-de-lectores/de-lectores-cartas-e-mails-nid2449227

NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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