por Enrique Guillermo Avogadro
"He repetido una y otra vez que, a mi juicio, en
democracia la mentira es la mayor perversión
en la que puede caer la
política".
Alberto "Pinocho" Fernández
La falsa opción entre salud y economía, que
nos planteó el cínico y falsario Presidente cuando decretó la "cuareterna" para ocultar las
nuevas trapisondas de su mandante, mostró su peor cara: la OCDE determinó que
la Argentina es el país cuyo PBI más cayó este año, el doble que nuestros
vecinos. El fracaso de todas las medidas sanitarias -el nulo control de las
fronteras, tanto como la ausencia de tests y de seguimiento de los
contagiados-, queda probada porque ya somos cuartos en fallecimientos por millón
de habitantes, y estamos próximos a alcanzar los 40.000 muertos (¿recuerda
cuando Alberto Fernández dijo que, si hubiera gobernado Mauricio Macri,
tendríamos 10.000?) después de compararse -usando falsas filminas con otros
países- y generando los conflictos diplomáticos del caso.
Si el Gobierno no pudo siquiera planificar
el extraño funeral de Diego Maradona y fracasó en su tentativa de adquirir un
nuevo "vestidito negro",
como aquél del que se colgó Cristina Fernández en 2010 para obtener el 54% de
los votos un año después, ¿cómo creer que podrá organizar la complicadísima
logística de la vacunación masiva que promete para 2021?
Y el costo de esos monumentales fracasos
puede medirse en los niveles de pobreza (44,2%, y 64,1% en la infancia),
indigencia y hambre negado, la destrucción de la educación y el adoctrinamiento
escolar, el cierre del Congreso y los tribunales, la devaluación por la
escandalosa emisión (el dólar multiplicó su cotización por tres desde las PASO
de 2019), el creciente endeudamiento (US$ 20.000.= desde el 10 de diciembre),
el derrumbe de las inversiones, el saqueo al Fondo de Sustentabilidad
Previsional y al Banco Central, la incesante creación de nuevos y locos
impuestos, el cierre definitivo de centenares de miles de Pyme's y la fuga de
las grandes empresas, la emigración de nuestros jóvenes más preparados, el
aumento del desempleo (14,2% que, si todos buscaran trabajo, llegaría al 30%),
la proliferación del narcotráfico y la violencia, el extendido aumento de la
corrupción y, por supuesto, las enormes desinteligencias que cada día muestra
la gestión del Gobierno, provocada por el loteo de cada ministerio y la
preponderancia de la PresidenteVice en la toma de decisiones.
Una de esas diferencias quedó patentizado
el miércoles, cuando el H° Aguantadero, que ella conduce con mano de hierro,
frustró al Presidente Pinocho su proyecto de presupuesto para ajustar aún más a
los jubilados, algo que el FMI le exige como parte de su programa de ajuste
fiscal para alcanzar sus facilidades extendidas y regularizar el pago de la
deuda. Que ello se produjera en medio de una dura negociación, claramente, dejó
al Ministro Martín Guzmán sin banquito y colgado de un pincel en Washington,
algo que ya se veía venir luego del confuso episodio que generaron los dichos
del Canciller Felipe Solá sobre la conversación entre su jefe y Joe Biden.
Cristina Fernández tampoco puede
vanagloriarse de logros en su primigenia y principal necesidad, la impunidad
para todos los delitos que ha cometido desde sus lejanos días en Santa Cruz,
como jefa de una asociación ilícita. Lo prueba la ratificación por Casación de
la "ley del arrepentido" y
la consecuente validez de las declaraciones de funcionarios y empresarios que
la incriminan, que se suma al penoso y salomónico fallo de la Corte con
respecto a los jueces que pretende desplazar. Dos de los más emblemáticos
actores del kirchnerismo, Amado Boudou y Lázaro Báez, serán los primeros de la
larga fila de testaferros y otros corruptos que volverán a la cárcel.
Pero hay otros movimientos del Instituto
Patria que siguen a toda velocidad. Además de sus reiterados ataques para
controlar al Procurador General y a los fiscales, y tal como sucediera con el
opositor Alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, durante los mandatos de Hugo
Chávez y Nicolás Maduro, el kirchnerismo está recortando fondos y competencias
a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para pauperizarla. Comenzó con un decreto
que redujo la coparticipación para solucionar el tema salarial de la Policía de
la Provincia de Buenos Aires, continuó con una ley -votada por los diputados
del Frente de Todos que traicionaron vilmente a sus representados porteños
(recuerde: Mara Brawer, Gabriela Cerruti, Carlos Heller, Eduardo Valdez,
Gisella Marziotta y Paula Penacca)- apretó aún más esas clavijas (ya llega a $
65.000 millones la quita) y está estudiando retirar la financiación del
Hospital Garraham y retrotraer la cesión de predios nacionales.
Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de
Gobierno, ya no tiene margen para continuar siendo una "paloma" y debe ponerse las plumas de "halcón". En la medida en que
los actos inconstitucionales del Presidente Pinocho -¿cuándo se dignará la
Corte decidir el tema?- lo obligan a aumentar aún más los impuestos a los
habitantes de la Ciudad, que financian la salud, la seguridad y la educación
que utilizan tantos ciudadanos del Conurbano y de muchas provincias, además de
países vecinos, ¿no será hora de comenzar a cobrarles por ello? Los dirigentes
cristinistas despotrican contra la opulencia de la Ciudad, pero no dicen que,
si en el Conurbano se pretende vivir como sus vecinos porteños, se debe votar
como éstos y sacarse de encima a los eternos ladrones que los mantienen en la
pobreza para obtener su sumisión.
Para concluir, y dada la extrema gravedad
presente y las consecuencias futuras del tema, le recomiendo enfáticamente leer
una editorial de La Nación, ya que se
refiere al peor entre los enormes crímenes que los Kirchner cometieron contra
la Argentina; disiento con su autor solamente en que, para mí, no hubo errores
sino planificado saqueo, que continuará cuando los juicios de New York
concluyan.
Bs.As., 5 Dic 20
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