Al momento de subirse
a la Web este escrito, habré comenzado la única resistencia que puedo ejercer,
lamentablemente en forma pasiva, a través de una HUELGA DE HAMBRE. Soy
plenamente consciente de las graves consecuencias de ella, dada mi edad. Por
eso le pido perdón a mi esposa, la mujer de mi vida y a mi familia toda, a
quienes involuntariamente he arrastrado a la tristeza y la zozobra. Doy gracias
a aquellos amigos que me apoyan y a todos los que sin serlo, igual dijeron
presente. Este acto, que quizás no tenga trascendencia, gracias a la
manipulación de los medios periodísticos y no ser masivo, es para reivindicar
la dignidad humana que siempre guiaron todos mis actos. Está por encima de todo
razonamiento o conveniencia personal. Es lo que aún en los momentos más
difíciles, me permitió no hacer lo que yo sabía que estaba mal, y lo que
siempre me mantuvo de pie. Hoy en el ocaso de la vida, me da la fuerza
para negarme a ponerme de rodillas, ante tan perverso y gigantesco
Goliat.
Así, considerándome
un buen ciudadano y un policía correcto, que sirvió y protegió, digo: ¡BASTA!
De escuchar a
gobernantes y funcionarios burócratas que ante el exterminio que se está
llevando a cabo, se hacen los ciegos, sordos y mudos al igual que los
legisladores, los hipócritas miembros de la iglesia y los temerosos.
De que se me
considere solo “una cosa”, a la que se puede someter, torturar, y castigar
ilegalmente.
De mentiras y burdas
“inferencias“ judiciales.
De jueces militantes
unos, y pusilánimes otros que se guían solo
por sus beneficios personales, actuando como simples marionetas, de oscuros
intereses. Así hasta llegan a detener a unos por otros, que siguen gozando de
libertad sin merecerlo.
De jueces cobardes
que ante la presión de “ideologizadas agrupaciones de derechos humanos”,
se apartan de toda actuación justa e
imparcial, como sería su obligación.
De Habeas Corpus, que
no me protegen de nada. Me ocurrió con el presentado el 19/11/2015 ante el Juez
de Lomas de Zamora, Dr. ALBERTO PATRICIO SANTA MARINA. Desistí del mismo por
sugerencia del defensor SQUINGO y personal del juzgado mencionado, a cambio de la mediación judicial. Tanto con
el Servicio Penitenciario Federal, como con el ex juez subrogante y militante
ALEJO RAMOS PADILLA (el tercero que dispuso sobre mi persona). Este último,
hizo caso omiso a la mediación. Los primeros en lo referente a la salud, al día
de hoy, pese al largo tiempo transcurrido todavía sigue pendiente la vista de
una TAC de fecha 04-12-2015, por parte
de un HEPATÓLOGO. En este aspecto debo reconocer que yo equivocadamente le
informé con fecha 09/12/15, al citado juez que se había dado cumplimiento a lo
ordenado por él. No tuve en cuenta que faltaba este último paso. Luego teniendo
turno para el día 15/02/2016, no llegó la correspondiente autorización de
traslado del Juzgado UNO de Bahía Blanca a cuya disposición me encuentro. Total
como ya expresé uno es “una cosa”.
De tener defensores
particulares u oficiales que no pueden hacerse escuchar y que por ello hasta
casi ignoran el comportamiento o actuación de sus defendidos, en los hechos
que les imputan. Para ellos, una solicitud de estos últimos, es normal que
sea respondida o no, en meses o años, y que mientras tanto uno esté
en prisión... por supuesto.
De defensores
oficiales como el Dr. HERNÁN ARIEL SQUINGO de la defensoría Oficial DOS de
Lomas de Zamora, quien aparte de “sus consejos“, sostuvo que yo y otros,
tenemos buena asistencia médica en el mentiroso Hospital Penitenciario Central.
A él, le sugiero que continúe en la justicia, pero como fiscal, puesto
apropiado a sus apreciaciones y
razonamientos.
De destinatarios de todos los poderes e
instituciones de la Nación, que no contestaron ninguna de las más de 1270
cartas certificadas que con mi familia, enviamos, haciendo saber lo que
arbitrariamente, me y nos ocurre sin merecerlo, en esta Argentina del Siglo XXI.
La QUINTA juez a cuya disposición estuvo mi vida y mi
destino, en los últimos tiempos, Dra. MARIA GABRIELA MARRÓN, subrogó por menos de 60 días el juzgado federal
UNO, de Bahía Blanca. Ella, el 25 de Febrero pasado, tenía a la firma mi prisión domiciliaria en su
escritorio. No la negó, pero tampoco la
concedió, porque: “las agrupaciones de
derechos humanos se le vendrían encima“. No importó si era una actuación
legítima o no. Si me correspondía o no.
Si un acto legal
mínimo, que representa menos que un mendrugo de pan para un hambriento de
justicia, infunde miedo. Qué ecuanimidad puedo esperar de premiosos de este
tipo? Y algo mucho peor: cuándo?
Ahora dispone de mí,
una SEXTA juez que subroga por otros 60 días, asistiendo a Bahía Blanca UN DÍA
POR SEMANA. Se trata de la Dra. MIRTA SUSANA FILIPUZZI de los tribunales
federales de la ciudad de Viedma. Realmente una cruel burla, no? O tantos
jueces diferentes, en tan poco tiempo,
será producto del CAMBIEMOS?
A TODOS AQUELLOS
BURÓCRATAS INÚTILES, QUE PUDIERON HACER ALGO A FAVOR DE LA VERDAD Y LA JUSTICIA
Y NO LO HICIERON, LOS MALDIGO UNA Y MIL
VECES.
Manejaron y robaron
mis tiempos y los de mi familia. Permitieron que ilegalmente lo hicieran
simples marionetas prevaricadoras. Ahora
mi tiempo y mi destino lo manejo yo, mi mente,
y mi fisiología.
A PARTIR DE HOY 2 DE
MARZO DE 2016, A LAS 12 HORAS, COMIENZO UNA HUELGA DE HAMBRE EN EL PABELLÓN 19,
DE ESTA UNIDAD PENITENCIARIA 31, DE LA QUE NO QUIERO SER TRASLADADO. MUCHO
MENOS AL MENTIROSO HOSPITAL PENITENCIARIO CENTRAL. LO CONSIDERARÍA UN
OCULTAMIENTO DE MI ACCIÓN, Y UN VERDADERO CASTIGO, POR PASAR DE UN RÉGIMEN DE SEGURIDAD MEDIA,
COMO LA DE HOY, A UNO DE MÁXIMA SEGURIDAD.
DURANTE LA HUELGA SUSPENDERÉ TODA
ALIMENTACIÓN O MEDICACIÓN. SOLO INGERIRÉ
AGUA. YO Y EL DESTINO, TENEMOS LA ÚLTIMA
PALABRA.
CLAUDIO
KUSSMAN
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