Colegios tomados por
puñados de alumnos que perjudican a la gran mayoría de sus compañeros quienes
pretenden estudiar y aprovechar la oportunidad de capacitarse laboralmente.
Usurpadores
trasandinos disfrazados de pueblos originarios que invaden propiedades
privadas, destrozan y atacan con furia a ciudadanos y autoridades.
Piquetes a toda hora
reclamando “beneficios” que no les
corresponden, cortando calles, avenidas y rutas, destrozando bienes públicos,
perjudicando a los ciudadanos que deben cumplir con sus tareas laborales, de
asistencia, estudiantiles, etc.
Boicot a empresas que
despiden legítimamente a un empleado indemnizándolo conforme la ley, tomando la
planta –aunque los propios empleados se opongan– y provocando que la empresa
levante su actuación en el país, perjudicando así a cientos de trabajadores…
Cierre de
Aeropuertos, causando millonarios daños y perjuicios al Estado y pasajeros, en
queja por la competencia de líneas aéreas “low
cost” que pretenden abrir fuentes de trabajo legítimas en el país, competir
legalmente y ofrecer vuelos a precios razonables.
Siempre son los
mismos impulsores del caos: la zurda vernácula, la desfalleciente Cámpora y los
desorientados militantes.
Todos dirigidos por
cómodos zurdos burgueses desde sus escritorios opulentos, como por ejemplo un
ex terrorista doble agente de la Fuerza Aérea, asesino y entregador de
compañeros, subvencionado por el Foreign Office que hoy la va de Defensor de
los Derechos Humanos de los terroristas, o la aberrante Rectora de la Universidad
de las Madres y tantos otros zánganos que bien conocemos, azuzadores de turbas
ignorantes…
Mientras tanto,
quienes nos salvaron de ser hoy Venezuela o Cuba, van muriendo lentamente
abandonados en crueles y miserables cárceles, víctimas de juicios payasescos,
dirigidos por jueces prevaricadores, impulsados por fiscales venales y basados
en falsas denuncias, pasando años sin sentencia, sin el legítimo derecho del
arresto domiciliario, sin derecho humano de ninguna naturaleza.
Por si no bastare
esta aberrante persecusión, aplicando la ley penal con retroactividad, lo cual
está prohibido por el derecho criminal, el código procesal, la Constitución
Nacional y el mismísimo Estatuto de Roma.
Esa es nuestra “Justicia Ilegítima”.
Y en el medio,
quienes de buena fe creímos esperanzados que “el curro de los Derechos Humanos” acababa…
Eso sí, por la
criminal Milagro Sala los reclamos de esos mismos militantes de la perversión,
permitieron que siga viviendo en su mansión con todo el lujo y comodidades que,
por supuesto, no podría justificar en ningún país serio…
¿Hacia dónde va
nuestra querida Patria?
Juan
Manuel Otero
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