martes, 14 de junio de 2011

EL SILENCIO ES EL PEOR NEGOCIO

Primero pusieron bombas, mataron y secuestraron a policías... Pero no dije nada, porque no era policía ni militar.

Después asesinaron a gremialistas, empresarios y ejecutivos. Pero no dije nada porque no estaba entre ellos.


Después masacraron soldados de 18 años que cumplían el servicio militar. Pero no dije nada porque no eran ni mis hijos, ni mis nietos.

Después negociaron su libertad a cambio de delatar a “compañeros” y pasaron buenos años en países del primer mundo que denostaban. Pero yo no dije nada porque por fin nos dejaban tranquilos.

Después se presentaron a cobrar indemnizaciones y yo no dije nada, porque era más caro arriesgar una opinión...

Después escribieron una historia de inocentes catequistas y estudiantes masacrados por las fuerzas de seguridad, se la contaron a nuestros hijos y yo no dije nada “porque había que mirar para adelante”.

Después reclamaron la nulidad de los indultos, de la ley de punto final y de la obediencia debida para poder juzgar a quienes cumpliendo órdenes frustraron su intento de instaurar una dictadura totalitaria marxista y yo no dije nada, porque no era soldado, ni policía, ni cumplía órdenes en un sistema jerárquico.

Después hicieron tabla rasa con las garantías constitucionales al debido proceso, la prescripción de la pena, la ley penal más benigna, el principio de legalidad y los derechos adquiridos promulgados y avalados mediante resoluciones presidenciales, legislativas y judiciales y yo no dije nada porque “así me seguía contratando para cantar en plazas, municipios y embajadas”.

Después reclamaron que los delitos de lesa humanidad sirvieran solo para los militares, no para los terroristas y yo no dije nada porque estaba en tratativas para que protejan mi industria.

Después agregaron en los listados de desaparecidos a sus propias víctimas, a criminales muertos en combate atacando cuarteles en plena democracia y les hicieron monumentos y yo no dije nada porque estaba haciendo buen dinero y no convenía llamar la atención de la AFIP...

Después pidieron indemnizaciones para los que fueron al exilio y yo no dije nada porque tengo un feed lot y los subsidios me venían muy bien...


Después pidieron que la prensa cuente una sola parte de la historia y acusaron de genocidas a los que pretendía contar la otra y yo no dije nada si lo decía perdía la publicidad oficial.


Después me obligaron a mentir los datos del INDEC, del crecimiento, de la pobreza, de la educación y yo no dije nada para que la partida llegue al Municipio.


Ahora vienen por mí.¡Qué suerte que no podrán llevarse nada! Ya tienen a mis hijos y a mis nietos a quienes les han conquistado el cerebro. Tienen mi calle y mi vereda entregada a sus amigos los delincuentes. Tienen mi libertad encadenada al temor a ser secuestrado, asaltado, asesinado. Tienen mi propiedad, simple comodato oneroso a cuenta del usufructo de mi esfuerzo. Tienen mi pasado (del que me está vedado hablar por miedo). Tienen mi presente (del que soy cómplice necesario). Tienen mi futuro (que he hipotecado a cuenta de mi cobardía).


Familiares de argentinos asesinados por Montoneros


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