sábado, 28 de abril de 2012

Argentina y las 3 Mentiras...


Nuestro socio y amigo, Sr. Horacio Palma, en su columna semanal del diario Gualeguay al Día, en la fecha toca tres temas importantes: la compra de gran parte del multimedio que dirige Daniel Hadad, haciendo la advertencia que el poder de turno viene por todo y todos; la paradoja del ex conscripto Navascués, que de victima –casi boleta- fue denunciado por delitos de lesa humanidad y del Prof. Gaviglio que en un acto publico se animó a desmentir la mentira de la historia oficial. Lectura recomendada e imperdible.

Argentina... bajo un régimen sin pudor

Ni hablar. Entrismo puro. Entrismo con el poder del Poder en sus manos por casi una década y entrismo con el Poder de poderoso Don Dinero.

Eduardo Navascués, Soldado conscripto herido de La Tablada

“Negrito, tuve que vender…” contó González Oro al aire en su programa de Radio 10 con la voz entrecortada. Es que esta semana se confirmó lo que era un secreto a voces: El más aventajado empresario Kirchnerista, Cristóbal López, compró finalmente gran parte del Grupo de multimedios de Daniel Hadad en casi 50 millones de dólares.

Todo parecido con el Menemismo no es para nada casualidad.

El Modelo Kirchnerista necesita imperiosamente palenque ande ir a rascarse… caja para sostener el festival de populismo salvaje, no aceptar preguntas por las incomodidades que éstas conllevan… y la necesidad indeclinable de un relato único. De gente fanatizada que se encolumne detrás de la mentira oficial.
Este sábado el Tono Fiorotto lo pedía desde el programa radial que la Municipalidad de Gualeguay tiene en Radio Gualeguay. El Tono no lo dijo con sus  palabras sino que utilizó las de una persona capaz e inteligente como Discépolo. “Dale vení… o ¿tenés miedo de convencerte?”

Está bien el proselitismo y están bien los fanáticos, si es que no llegan a perder la cordura como sí lo hicieron en épocas de sangre terrorista. Pero lo que inquieta… lo que preocupa es que desde el pensamiento oficial Kirchnerista se ha desatado una guerra voraz por denostar a todo aquél que piensa distinto. ¿Acaso las diferencias no es ese el juego de la democracia que a cada paso se les cae de los bolsillos…? Perdón, ¿de la boca?

Si el régimen Kichnerista triunfara por fin en su lucha militonta de ir por todos y por todas y por todo… ¿no sería ese el fin de la democracia?

El modelo fanático de los Kichner corre desesperado y termina por morderse la cola. En busca de más democracia milita para llegar a un país sin disidentes ni críticas ni siquiera una pregunta.

El relato desesperado de este modelo, que pretende monopolizar el relato para cambiar la historia con mentiras, llega hasta la infamia. En el tren de la desvergüenza viajan hacia la estación del papelón cotidiano.

Esta semana la vida me cruzó con dos personas. Con dos vidas. Con dos historias de una Argentina trágica. Con dos historias que el relato oficial intentan tergiversar.

El miércoles estuve con Eduardo Navascués. Aquí es cuando usted se encoge de hombros y dice… ¿ajá, y éste quién es?

Eduardo Navascués era soldado conscripto, manejaba la ambulancia, cuando el grupo terrorista Movimiento Todos Por la Patria, un grupo fundado entre otros por Enrique Gorriarán Merlo y el recientemente fallecido Eduardo Luis Duhalde (Secretario de derechos humanos del régimen K).

Aquella mañana del 23 de enero de 1989, gobernaba el Dr. Alfonsín. Y como todo acto radical, aquél tiempo eran tiempos tibios. Tal vez por eso los terroristas decidieron tomar el cuartel a sangre y fuego. Entraron armados hasta los dientes, con el camión tiraron abajo el portón de entrada y aplastaron a un soldado que barría el camino.

Eduardo Navascués fue tomado rehén por un grupo de aquellos asesinos terroristas que intentaron aquella mañana derrocar a un gobierno democrático. Nunca se olvidará de la cara ni de los modos de Claudia Bello, la terrorista que comandaba ese pequeño grupo que lo tomó de rehén. Fusil en mano puso Navascués y otro soldado de escudo humano en la ventana. Les apoyó su fusil en la espalda y comenzó a tirar. “Nunca vi una persona tan mala…”. Eduardo Navascués salió con heridas de aquella ventana… su amigo descosido a balazos. Luego los terroristas lo pasearon por medio regimiento mientras combatían con él como escudo. Escuchar el relato de Navascués causa estupor. Siempre le agradece al suboficial Raúl García que lo sacó del infierno…en un descuido de los terroristas, García pudo abatir a su carcelero y escapar.

Nunca el gobierno le pagó una aspirina. Nunca. Nunca el gobierno argentino lo llamó a declarar. Es que a los pocos meses de aquél ataque terrorista, cuando salía de su Mar del Plata natal para Buenos Aires para declarar… un sicario de MTP le tiró un tiro a su camioneta y le atravesó la espalda. “Vas a morir” le habían pintado en la pared de su casa.

El relato oficial luego mutó. Indultó a los asesinos diez años más tarde. Y los asesinos de La Tablada salieron en libertad y se presentaron en tribunales y pidieron indemnización y denunciaron a Eduardo Navascués, soldado conscripto chofer de ambulancia herido en el ataque terrorista y al que quisieron matar para que no hablara, lo denunciaron por delitos de lesa humanidad. Eduardo es un tipo simple con un alma machacada por tiros, esquirlas, amigos muertos, olvidos e injusticias. Tiene un dolor más grande que el de todas sus heridas… y es escuchar cada día el relato mentiroso de un gobierno que apaña a los terroristas que aquella mañana se organizaron para matarlo a tiros… en eso, solo en eso, fallaron.

Aníbal Gaviglio es un reconocido profesor de educación física en San Francisco, Córdoba. Tiene 54 años y con su escuela asistió al acto de inauguración del paseo de la memoria en su ciudad.

Cuando comienza el acto, se escucha el relato ideológico de una historia contada a medias.

Llegó el momento en que la locutora comienza a nombrar a cada uno de los “detenidos desaparecidos” de la ciudad, y por orden alfabético primero lo nombran a José Luis Boscarol, como “víctima de la dictadura militar”.

Aníbal Gaviglio es primo de Boscarol y conoce la verdad de la historia. Convencido de que “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, levanta la mano en pleno acto, se presenta en voz alta como familiar del médico que acababan de nombrar, y cuenta cómo fue que murió su primo.  “Lo de mi primo no fue un asesinato, sino que murió en un accidente automovilístico en el año 74 no fue la Dictadura”.

Efectivamente, el médico J. L. Boscarol, miembro del grupo terrorista ERP, murió en un accidente de auto al volcar su fíat 128 escapando de la policía tras el ataque del ERP a la fábrica militar de Villa María, donde secuestraron a Larrabure.

Tras el “descaro” de Gaviglio al desenmascarar la mentira, Mirta Gallegos, esposa de Boscarol y también ex miembro del ERP, denunció por todos los medios los dichos de Gaviglio.

Mirta Gallegos es miembro de una familia dónde su hermana, su cuñado y hasta su madre pertenecían al grupo terrorista ERP.

El profesor Gaviglio recibió una sanción verbal en su escuela. Curiosamente, no por haber descubierto la mentira del relato, sino por “haber interrumpido un acto oficial”.

Estimado lector, si un régimen de gobierno no tiene reparos en borrar la historia y escribirla a su antojo. Ni reparos en mentir los hechos para justificar a los asesinos… entonces… esperemos sentados a que nos llegue lo peor.

Pero en ese momento no aceparé, quejas de los que hoy callan cómplices.


Horacio R. Palma

El Día de Gualeguay

Gualeguay

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