viernes, 3 de agosto de 2012

Así nos leen en España


Internacional

Para Cristina Kirchner, «La España de ahora se parece a la Argentina del 2001»

Buenos Aires afronta hoy el último pago de los bonos del Estado que se emitieron para compensar la confiscación de los depósitos en dólares

Carmen De Carlos/ corresponsal en buenos aires
Día 03/08/2012 - 18.25h

afp

Argentina afrontó hoy, en apariencia, el último pago de los Bodem 2012, bonos del Estado que se emitieron para compensar la confiscación de los depósitos en dólares y su conversión a pesos hiper devaluados, durante la crisis del 2001-2002. Aquella medida, posterior al corralito (límite en la extracción de efectivo), se denominó «corralón» y fue, para los afectados, la gran estafa. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, anunció la noche del jueves que la deuda quedaba saldada de forma definitiva, una verdad a medias ya que su difunto marido, Néstor Kirchner, lanzó otra emisión de Bodem 2012 entre el 2005 y el 2006 —pendiente de pago— para poder colocarlos en el mercado internacional y en manos de Venezuela. Hugo Chávez fue prestamista de Argentina, a tasas superiores a las que le cobraba el Fondo Monetario Internacional, antes de que Kirchner le diera un portazo al principal organismo financiero del mundo.

En un ambiente triunfalista la presidenta, como suele hacer últimamente con cierta frecuencia, aprovechó para poner a España como mal ejemplo a seguir, país que, pese a su crisis, es la octava economía del mundo. «Leí que se suprimían empleos públicos, camas en hospitales públicos…Es imposible sostener una economía en esas condiciones… La España de ahora se parece a la Argentina del 2001», insistió Fernández.

«Es imposible sostener una economía en esas condiciones»

La presidenta, en un particular repaso a la historia, también comparó su país con Europa, «cuando el blindaje (rescate financiero del año 2000) y el megacanje (reestructuración de la deuda) le hicieron creer a los argentinos que sus recursos en los bancos estaban seguros», deslizó en alusión implícita a que un «corralón» podría imponerse en países de la zona euro.
En su intervención, en la sede de la Bolsa de Buenos Aires, Fernández, —con un fabuloso patrimonio que multiplica desde que llegó al poder— arremetió en reiteradas ocasiones contra «los ricos» y, sin nombrarlos, los bancos españoles. Dijo que las entidades bancarias, con casas matrices en el exterior, caso del Santander y el BBV, debían haber saldado la cuenta de los bonos que pagaba el Estado. Asimismo, recordó que el total ascendía a 19.641 millones de dólares incluidos los 2.281 que ayer se pagaron. No obstante, celebró, «nunca ganaron tanta plata bancos y empresas como en este Gobierno».

Con foco en la economía y sus variables Fernández dijo que la deuda, con el desembolso de ayer, pasó de representar el «92 por ciento del PIB —en el 2002—» a «deber solo el 8,4 por ciento en moneda extranjera… El pago del Bodem sirve para comprobar la política de desendeudamiento de este Gobierno»

El diputado de Unión popular, Claudio Lozano, no tardó en retrucar esos argumentos. «No hay desendeudamiento, hay un cambio de acreedores. Los bancos dejan de serlo y la deuda la tenemos con el Anses (Administración Nacional de la Seguridad Social) y el Banco Central (BC) donde se posponen los pagos y, como consecuencia, se genera inflación». Lozano, resumió: «Es un mecanismo de cambio de dueños de la deuda» ya que el estado para pagar el Bodem se financió de los fondos del Anses y del BC.

Gran déficit

Roberto Lavagna, exministro de Economía de Eduardo Duhalde que heredó Néstor Kirchner y artífice de los Bodem y del mayor canje de deuda de la historia, considera que «la Nación enfrenta un gran déficit… Hay un principio de recesión claro. El primer semestre no ha sido bueno. Algunos sectores de la industria y la construcción han sentido fuerte el efecto y hay sobre todo, niveles de incertidumbre muy grandes». Sus declaraciones, en el cierre del coloquio de la Unión Industrial de Córdoba, vienen acompañadas de otras apreciaciones. «La caja en pesos se fue agotando, el superávit fiscal también; al igual que la caja en dólares que también desapareció. Entonces, —añadió— aparecen las restricciones». En alusión a las trabas a la compra de dólares, las importaciones y a una inflación real en torno al 25 por ciento.

Saldado ese penúltimo tramo de la deuda Argentina sigue sin crédito internacional y en suspensión de pagos con el Club de París y una minoría de acreedores conocidos como «hold out» que reclaman el pago íntegro que figura en los bonos del Estado adquiridos antes del crack del 2001.



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