martes, 25 de noviembre de 2014

CÁMARA DE GAS


La lectora Lita Alberstein ha escrito ayer que es menester exigir: "cárcel común y efectiva a estos genocidas". No me interesa discutir este tema ya que lo que sucedió en Argentina en los setenta fue una guerra y esto fue perfectamente demostrado por los jueces que juzgaron a los comandantes. Que como toda guerra civil fue espantosa, es algo que nadie niega. Hoy, cuarenta años después cabe hacer una reflexión sobre quienes, al igual que Lita Alberstein, persiguen como última razón mantener a militares, gendarmes y policías presos hasta que la muerte termine con cualquier argumento. Es innegable que no hay prisión en Argentina diseñada para albergar a ancianos y que el sistema sanitario de los penales ni siquiera es aceptable para menores de esa edad. Si Lita Alberstein quiere tenerlos allí hasta su muerte sin tener en cuenta lo que han recomendado, sin duda, los médicos forenses está entrando peligrosamente en una zona oscura, la de la venganza. Si esto es lo que ella y aquellos que responderían al llamado vindicativo persiguen, quizás sería mejor, para la economía del país, que el Ministerio de Justicia y DD.HH. instalara cámaras de gas en los penales para acabar con el costo que significa mantener presos a ancianos que apenas pueden valerse por si mismo.

Jose Luis Milia

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