"I have a
dream"
Martin Luther King
La omnipresente mala
pata que acompaña a doña Cristina desde su reasunción, en 2011, llegó en
Navidad transformada en una fractura de tobillo que, ante la falta de
aparatología adecuada en Santa Cruz -¿y la "década
ganada"?- la obligó a regresar a Buenos Aires y, seguramente, la hará
cancelar su inminente agenda internacional.
Desde los tribunales
federales siguen llegando gigantescas olas de malas noticias a las playas de la
Casa Rosada, agravando rítmicamente el grave stress -¿se deberán a eso los
recurrentes problemas de salud?- que padece su inquilina; qué sucederá con ella
cuando sea citado a prestar declaración como imputado el propio Máximo es una
de las grandes incógnitas que plantea el año que iniciaremos el jueves.
Lo más repulsivo de
la semana fue, sin dudas, la información de compras presidenciales de joyas por
más de un millón de dólares anuales que puso en tapa la revista Noticias; ya se
abrió una investigación penal sobre el tema, por la denuncia de una ONG, pero
lo más grave fue la impudicia que trasluce esa actitud de nuestra "reina de los humildes".
Resultará interesante ver a qué dislates apelan los aplaudidores habituales
para justificar esta locura.
La otra mala nueva
provino del campo del Tte. Gral. Milani, cuya indagatoria ha sido pedida en la
causa por la desaparición de Agapito Ledo, cuando éste se desempeñaba como
conscripto a las órdenes del primero; recordemos que, con muchas menos pruebas,
hay 1.600 militares presos, para los cuales no rige el principio de inocencia.
Además, la Cámara
Federal rechazó todas las nulidades planteadas por Guita-rrita, nuestro aún
(increíblemente) Vicepresidente. La lista de funcionarios actuales requeridos
por la Justicia se ha visto engrosada con los nombres de Axel Kiciloff, Julio
de Vido, Florencio Randazzo, Di Cesare (PAMI) y varios segundones enriquecidos,
y pronto llenará tantas páginas como la guía telefónica. ¿Estarán todos ellos
dispuestos a inmolarse solos en el altar cristinista o empezarán a contar lo
que saben, arrastrando a la jefa?
La Presidente
demostró que, como afirmara en la editorial de la semana anterior, se ha
transformado en un club sin semillero para designar testaferros de confianza y
recurrió a toda su familia -Máximo y Florencia, Giselle, Rocío, Romina y
Sancho- para integrar, en un acta llamativamente postdatada, el nuevo Directorio
de Hotesur, del cual desplazó a varios amigos de Bóvedas Báez. La inexplicable
y arriesgada maniobra pone a todos ellos en la primera fila de la línea que
recibirá el fuego graneado de Comodoro Py.
Desde Estados Unidos,
Suiza, Uruguay y Brasil siguen, también, soplando vientos contrarios a los
intereses espurios de la noble viuda. Además de Báez, ahora se investiga por
corrupción a Cristóbal Timba López, que también podría tener algo que ver con
las 123 sociedades de Nevada, a cuyos datos accederá Jorge Lanata en los
próximos meses por decisión judicial.
Esta semana, como
Martin Luther King, debo decir "tengo
un sueño"; si se hiciera realidad, la Argentina podría tener un
promisorio futuro. Lo contaré primero, para luego intentar analizar sus ventajas
e inconvenientes, si es que los últimos existen.
Soñé que Macri,
Massa, Sanz, Aguad, Carrió y muchos otros constituían un grupo de trabajo para
hacer el inventario real de la herencia que dejará la "década ganada" en todos los aspectos: moral, económico,
social, educativo, estadístico, energético, geopolítico, fiscal, laboral,
judicial, de marco legal, de seguridad y narcotráfico, de corrupción, de
defensa, etc. Ese inventario era dado a conocer al gran público, como máximo, a
fines de febrero.
El listado así
confeccionado daba a toda la ciudadanía el pleno conocimiento de cuál es la
verdadera magnitud de los problemas que deberemos afrontar cuando, finalmente,
los Kirchner sean desalojados del poder, y ponía de relieve el gigantesco apoyo
parlamentario y social que se requerirá para adoptar las medidas necesarias
para corregir tantos desaguisados y mamarrachos.
Ese mismo día, todos
ellos anunciaban la designación de Mauricio Macri como único candidato a
presidente de ese conglomerado, acompañado por Sanz como vice, y ambos asumían
el irrevocable compromiso de ejercer los cargos sólo por cuatro años. A la vez,
Sergio Massa era designado como único candidato a gobernador de la Provincia de
Buenos Aires.
Así y con el respaldo
de casi todo el arco político, ambas cámaras del Congreso serán ocupadas por
legisladores que se habrán comprometido a respaldar al Ejecutivo cuando adopte
esas imprescindibles medidas.
Desde el punto de
vista político, creo que si mi sueño se concretara tendría ventajas importantes
para cada uno de los actuales candidatos. Macri, quien parece no haber hecho
pie en la Provincia de Buenos Aires, donde se juega el 40% del padrón
electoral, encontraría allí el respaldo que necesita.
Massa, diez años más
joven que el candidato del Pro, dedicaría sus cuatro años como gobernador a
mostrar qué es capaz de hacer en materia de gestión transparente en el distrito
más grande del país, y despejaría las dudas que aún tiene la clase media
respecto a que sea kirchnerismo con otra cara. A pesar del costoso tren
fantasma que lo acompaña, creo que atribuirle esa posición resulta injusto,
toda vez que su triunfo en el 2013, precisamente aliado con Macri, fue el hecho
que enterró definitivamente el proyecto de modificar la Constitución para
permitir una nueva reelección de doña Cristina.
Los radicales, que
hoy constituyen un partido que ha casi desaparecido de las preferencias del
gran público, brindarían el conocimiento que, sin dudas, poseen sus principales
líderes y, además, recuperarían capacidad de gestión en muchas provincias, hoy
en manos de los señores feudales del más rancio peronismo. Lilita, a quien casi
nadie quiere como presidente pero muchos ven como controlante del poder, será
unánimemente designada como Procuradora General, en reemplazo de la nefasta
¡Giles! Carbó.
El sueño de Martin
Luther King, de integración racial en los Estados Unidos, se ha ido
concretando, a pesar de los esporádicos problemas que acarrea la marcada
disparidad de ingresos entre negros y blancos, sobre todo en el sur del país.
La asunción de Barack Obama como Presidente fue innegablemente, la frutilla que
coronó ese postre, acompañada por la presencia de magistrados afroamericanos en
la mismísima Corte Suprema.
Si todo eso, que
parecía absolutamente inimaginable hace menos de cuarenta años, cuando el
apartheid y la violencia racial se imponían, hoy se ha transformado en una
realidad, ¿podremos nosotros concretar algo tanto más simple si queremos
sobrevivir como país independiente?
Por ahora, y antes de
despertarme completamente, le envío mis deseos del mejor 2015 posible -que no
será mucho- para todos.
Enrique
G. Avogadro
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