Clarin.com Opinión23/12/14
En el casino de
cadetes del Colegio Militar de la Nación
un sable brilla en manos de dos coroneles
norteamericanos, O. Swain y R. Olson. Cumplen con el honor de cortar la
torta del lunch del 50 aniversario de la “Promoción 95”. Ambos, veteranos de
Vietnam, se recibieron de oficiales en la Argentina el 22 de diciembre de 1964,
junto a 134 camaradas nativos. Medio centenar de egresados, ya de entre 69 a 71
años, con esposas, hijos y nietos, festejan el medio siglo del egreso. Los
reúne la asociación “My. J. C. Leonetti”,
uno de los dos caídos en lucha contra la guerrilla. A comienzos de 1976, el Cap. Leonetti mandaba la patrulla que
abatió parte de la cúpula del ERP, entre ellos estaba M. R. Santucho, muriendo
en la acción. El otro, Cap. J. A.
Ramallo, murió en Tucumán en mayo de 1976. Luego de misa y debajo del
vitraux del patio de honor que impetra “Gloria, Valor y Orden”, familiares de
22 presos de lesa humanidad oyen decir al presidente de la “95”: “No los vamos
a abandonar”.
El cadete abanderado, R. Brinzoni, jefe
del Ejército con F. de la Rua y E.
Duhalde, y su primer escolta, A.
Rodríguez Giavarini, volverían a encontrarse cuando el primero se negara a
reprimir la revuelta de diciembre de 2001, y el segundo fuera canciller. Apenas
ingresados al CMN serán testigos del derrocamiento de Frondizi en marzo del ´62. Ese año y el siguiente son preservados
de los enfrentamientos militares entre “azules” y “colorados” por decisión del
entonces jefe del cuerpo de cadetes, Tte.
Cnl. J. R. Videla, a cuyo mando revistaban dos tenientes futuros
protagonistas del conflicto “carapintada”: M.
A. Seilneidín y M. A. Balza. Cursando las escuelas de armas, paracaidismo y
comando, los flamantes subtenientes de la “95” custodian las elecciones
legislativas en marzo del ´65. El 28.6.66 les ordenan desenvainar sus sables
-firmados por A. Illia- contra la
República. A caballo de las décadas de los ´60 y ´70, luego de la muerte del
“Che” en Bolivia, crece la guerrilla y estalla el Cordobazo: serán los
tenientes de primera línea en la guerra contrarrevolucionaria. Su hito: el
“Operativo Independencia” de 1975. Sin autonomía decisoria en el “partido
militar”, el golpe del 24.3.76 los halla ingresando a las escuelas de guerra y
técnica, mientras los especialistas en inteligencia hegemonizan el terror de
Estado. En 1980, tres capitanes de la ´95 son expulsados de las filas por
escasa afinidad ideológica con la dictadura. Algunos combatirán con valor en la
penosa guerra de Malvinas. La democracia asciende a coronel y/o general a
quienes seguían en carrera en los ´90. Solidarios
con miles de camaradas que denuncian ser víctimas de una venganza judicial en
lugar de sujetos a justicia verdadera, demandan la “reconciliación” en una
sociedad que, afirman, les debe su libertad. La verdad, que no pertenece a
un solo lado, es mucho más complicada. Reclama compasión, justicia equitativa y
perdón mutuo.
Gustavo
Druetta, Sociólogo (CEPEI)
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