Documentos recientes confirman
que el columnista estrella del diario Página 12 escribió discursos para uno de
los máximos responsables de la represión durante el último golpe militar
Durante años, el periodista Horacio Verbitsky aseguró que las
acusaciones que lo vinculaban a la Fuerza Aérea durante la última dictadura
eran meras operaciones de los servicios de inteligencia para desprestigiar su
trabajo. Pero ahora, un nuevo libro despeja dudas y aporta nuevos documentos y
pruebas de los trabajos que realizó para los militares entre 1978 y 1982.
Durante años, el periodista
Horacio Verbitsky aseguró que las acusaciones que lo vinculaban a la Fuerza
Aérea durante la última dictadura eran meras operaciones de los servicios de
inteligencia para desprestigiar su trabajo. Pero ahora, un nuevo libro despeja
dudas y aporta nuevos documentos y pruebas de los trabajos que realizó para los
militares entre 1978 y 1982.
La biografía no autorizada es preparada
por el periodista Gabriel Levinas en
colaboración con Pedro Güiraldes, hijo del comodoro Juan José Güiraldes. Durante muchos
años, su padre mantuvo una relación de amistad con el periodista que hoy
publica en el diario Página 12. Fue su padre quien le dio refugio y trabajo en
plena dictadura militar. En aquel entonces, el comodoro se desempeñaba como
presidente de Aerolíneas Argentinas y actuaba como el principal redactor de los
discursos de los Comandantes en Jefe de la Fuerza Aérea.
Luego del golpe del 24 de marzo
de 1976, Verbitsky, quien en ese entonces militaba en la agrupación armada
Montoneros, se escondió durante varias semanas en "La Santa María", una estancia en San Antonio de Areco
propiedad de la familia Güiraldes. Casi 40 años después, en ese mismo lugar
Pedro Güiraldes encontró en abril de este año viejos documentos que prueban no
sólo que Verbitsky hizo trabajos para la Fuerza Aérea, sino que incluso escribió discursos para uno de los
represores más sanguinarios de la historia argentina.
Entre los papeles había un manuscrito de 34 páginas de un discurso
que el represor y comandante de la Fuerza Aérea Orlando Ramón Agosti dio el 10
de agosto de 1979 (Día de la Fuerza Aérea) al poner en funciones al brigadier
general Omar Domingo Rubens Graffigna. No cabían dudas de que esa letra no era
la de Juan José Güiraldes.
Peritos confirmaron que el manuscrito fue redactado por Vertbisky |
Levinas y Güiraldes sospechaban
que el manuscrito pertenecía al propio Verbitsky (ver primer documento
adjunto). Según contaron este lunes en el programa radial de Jorge Lanata, llevaron el texto con un
perito oficial y otro de la Corte Suprema. Ambos coincidieron: la letra
pertenecía al actual titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS),
uno de los principales organismos defensores de los Derechos Humanos.
El dato sobre ese discurso ya
había sido deslizado por la periodista Susana
Viau en la última columna que publicó en el diario Clarín antes de morir.
El texto, publicado el 17 de marzo de 2013, dice: "Hace apenas una semana
se dijo desde esta columna que la Presidenta estaba perdida en el escenario
internacional. Muerto Hugo Chávez, su valedor, su papel se esfumaba en el
bloque regional (......) Al mismo tiempo, la posibilidad de que fuera Jorge
Bergoglio el elegido la dejaba frente a una dura realidad: "Con la Iglesia
hemos topado" (.....) Dijeron, a modo de proscripción, que su pasado era
Guardia de Hierro. ¿Y el del consejero favorito de los patagónicos, Juan Carlos
el Chueco Mazzón, no? Se dijo también que había colaborado con la dictadura, ¿acaso Alicia Kirchner
no?; el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel negó́ el colaboracionismo
bergogliano. La ex defensora de Horacio Verbitsky, Alicia Oliveira, también.
Los Kirchner, en ese plano, no eran una voz autorizada haciendo una fortuna
gracias a la 1050, en aquel contexto un pecado capital. En cualquier caso no fue la mano de Bergoglio la que escribió́ para que
Orlando Ramón Agosti pusiera en funciones al brigadier Graffigna: 'Hemos ganado
la batalla de las armas, que ellas no se contaminen de la pestilencia que
vinieron a limpiar'. Algún día, tarde o temprano, se sabrá́ quien fue el autor
de semejante brutalidad".
En ese entonces, la periodista no
publicó el nombre del acusado. Pero hoy no caben dudas de quién se trata: es el
mismo hombre que desde el CELS y sus columnas defiende al gobierno nacional y
las causas por los Derechos Humanos.
A partir del hallazgo de ese
manuscrito, Levinas y Güiraldes volvieron a hacer una segunda búsqueda entre
los papeles de la estancia "La Santa María". Encontraron entonces una
nueva prueba: un documento del Instituto
Argentino de Historia Aeronáutica Jorge Newbery, órgano dependiente del
Comando en Jefe de la Fuerza Aérea, que prueba que Verbitsky cobró durante seis
meses un sueldo mensual de $700.000 (equivalente a unos $40.000 actuales) entre
octubre de 1978 y marzo de 1979 (ver segundo documento adjunto).
Ese salario le fue pagado
supuestamente para que trabajase en un libro sobre la historia de la Fuerza
Aérea Argentina. Ese texto salió firmado por Juan José Güiraldes bajo el título El Poder Aéreo de los Argentinos. Durante años, el periodista de Página 12 negó haber participado de la
redacción de ese libro.
La pregunta que tanto Levinas
como Güiraldes hijo se hacen es si ese fue el único vínculo que Verbitsky tuvo
con la dictadura militar. ¿Pudo un
conocido militante de Montoneros haber colaborado con la Fuerza Aérea sin que
su vida corriera peligro? ¿Alcanzaban esos textos para salvarle la vida? ¿O
acaso su colaboración se extendía a alguna otra actividad?
Levinas no tiene dudas. "Hay dos respuestas: o hiciste algo
más o eras agente de ellos", respondió en el programa de Jorge Lanata.
Güiraldes tampoco: "Mi padre tenía oficinas en la calle Paraguay 737,
justo enfrente de la entrada del garaje del círculo aéreo de las Fuerzas
Armadas. Si alguien quería levantarlo, lo empujaban y lo metían adentro, como
le pasó a Guillermo Patricio Kelly en ese mismo lugar".
Verbitsky nunca negó su vínculo
con Juan José Güiraldes. Lo que
siempre argumentó es que su amigo no sólo estaba en contra de la represión
ilegal, sino que también había tenido un rol completamente accesorio durante la
dictadura. Sus dichos no se ven desmentidos sólo por el hecho de que el
comodoro fuese el autor de los principales discursos de los comandantes en jefe
de la Fuerza Aérea. Su propio hijo encontró en la estancia "La Santa
María" pruebas de recepciones oficiales a importantes militares, agentes
de inteligencia y hasta los reyes de España que su padre organizó en ese mismo
lugar con fondos oficiales otorgados por la dictadura.
Para conocer la historia completa
habrá que esperar hasta agosto, fecha estimada para la publicación de la
biografía no autorizada. Su título tentativo es más que sugerente: Verbitsky. Con Dios y con el Diablo.
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