"Con el pasar de
los meses, como me rehusaba a hacer la magia, tantas veces intentada
anteriormente, de terminar la inflación de un solo golpe, aplicando un nuevo
úcase sobre la política económica, un cierto desánimo se abatió sobre los
dirigentes. Hasta hoy no sé dónde encontramos ánimo para resistir tantas
presiones". Fernando Henrique Cardoso
Me despedí el 17 de
diciembre porque, como las siguientes notas hubieran debido salir el 24 y el
31, imaginé que usted no estaría de ánimo en Navidad o Año Nuevo para
digerirlas. Pero las tres semanas en que desaparecí de su computadora se
convirtieron, sin lugar a dudas, en días especiales, no habituales para estas
fechas tempranas.
En la última columna
le conté qué podía suceder en la audiencia que la Cámara de Casación había
convocado para dos días más tarde, ya que en ella se decidiría la suerte de la
denuncia del Fiscal Nisman que, lo creo firmemente, condujo a su asesinato. El
fin de año llevó al Calafate la peor noticia judicial esperable; basta con recordar
cuánto hizo el kirchnerismo para tratar de impedir que, finalmente, llegara.
Ahora, doña Cristina Elizabet Fernández y un montón de sus cómplices será
investigada por encubrimiento al terrorismo internacional; cuando comencemos
todos a escuchar las miles de horas de conversaciones entre los implicados, la
señora se convertirá -si no lo ha hecho ya- en una paria internacional, amén de
terminar con sus huesos en la cárcel.
Desde otros ángulos,
el Juez Ercolini trabó un embargo absolutamente record sobre sus bienes -claro,
los que tiene "en blanco" y
en cuentas bancarias argentinas- y el Juez Bonadío no le da respiro alguno este
verano. Hasta ayer, se sucedieron los allanamientos en Santa Cruz, en pos de
nuevos documentos para analizar las maniobras delictivas cometidas a través de
la obra pública y los retornos pagados a la familia imperial por Cristóbal
López y Lázaro Báez, entre otros. También, como si todo ello fuera poco, es
investigada por traición a la patria, en razón del famoso e inexplicable memorándum
firmado con Irán.
Sigo sin entender por
qué, pese a que ha adulterado notoriamente las pruebas (está comprobada la
falsificación de los libros de sus sociedades cuando ya se encontraban bajo
proceso), no se le impone la prisión preventiva, obligatoria en estos casos; en
especial, la jefatura de una asociación ilícita que se le imputa, un delito no
excarcelable. Hasta el propio Ministro de Justicia, Garavano, ha recordado,
refiriéndose al caso de Milagro Salas, que ésta no es una presa política, sino
que está reciénteme detenida en forma preventiva por la comisión de delitos
comunes, y llegó al colmo cuando reconoció que los presos políticos, militares
y civiles acusados de violar los derechos humanos, están sometidos al mismo
instituto por plazos que exceden en muchísimo el máximo previsto en la
Constitución. Es más, por razones infinitamente menos trascendentes, nuestras
cárceles rebosan de detenidos sin sentencia firme.
Por todo esto, pienso
que el principal objetivo de la sociedad debe ser presionar todos los días al
Consejo de la Magistratura para que limpie al Poder Judicial de tantos
personajes indignos de ejercer el cargo de jueces, que los convierte en dueños
y señores de la libertad, de la honra y de los bienes de todos los argentinos.
A la vez, debe exigirle que, con la mayor celeridad, designe a los nuevos
magistrados necesarios para cubrir las ingentes vacantes hoy existentes y las
que se producirán cuando estos malvivientes deban abandonar su sillas curules.
Es esencial recordar que, "con una
Justicia independiente, ejemplar y rápida, todo será posible; y sin ella nada
lo será".
El mundo, más allá
del imán que -presumo- significarán los Estados Unidos para las inversiones
internacionales a partir de la asunción de Donald Trump, mira a la Argentina y
sigue esperando que se convierta en un país serio y confiable, del cual el
Poder Judicial es un elemento fundamental. La necesita así, básicamente porque
es capaz de producir alimentos para quinientos millones de personas.
El resultado del
blanqueo -sin lugar a dudas impulsado también por el pánico generado por los
cruces de información y las medidas bancarias tendientes a combatir el lavado
de activos, la corrupción y la evasión
impositiva- ha batido todas las marcas previstas y alcanzado un record absoluto
a nivel global. Si se le suma a ello la lluvia de divisas que ingresarán con
las cosechas enormes que se avecinan en el campo argentino, es posible asegurar
que las necesidades de financiamiento están ya cubiertas.
El Gobierno también
hizo lo suyo para asegurar que fuera un estruendoso comienzo de año. Primero,
despidió a Isela Constantini, Presidente de Aerolíneas Argentinas; más tarde,
hizo lo propio con Prat Gay, y dividió su Ministerio en dos: Hacienda (Dujovne)
y Finanzas (Caputo). Estoy convencido de que Mauricio Macri, con estas últimas
designaciones, obtendrá excelentes resultados, pero creo que los modos
empleados para apartar a los funcionarios anteriores fueron, por decirlo de
algún modo, innecesariamente descorteses.
El gasto público ha
continuado creciendo fuertemente y, aunque explicable por el desastre
socio-económico monumental que dejó el kirchnerismo, debe ser contenido en
forma inmediata. Entiendo que el nuevo Ministro de Hacienda irá en esa dirección,
ya que todo el equipo que conduce la economía está convencido de la
inviabilidad de un país que se mueve con los niveles de déficit que mantenemos
desde, al menos, la muerte de don Néstor, el usurero que tanto cuidaba la caja.
La iniciativa del Ministro
de Trabajo, Triaca, de convertir los planes sociales en subsidios a nuevos
empleos me parece una medida excelente, ya que tiende a la regularización de
los trabajadores informales que hoy alcanzan al 40% de la fuerza laboral y, por
no estar registrados no cobran salarios justos ni cuentan con protección social
y, tampoco, pagan impuestos.
Pero debe
acompañársela con educación. Hay que transformar todos los subsidios sociales
para que quienes los reciben demuestren, mes a mes, que se han dedicado a su
perfeccionamiento en artes y oficios, para permitirles en un futuro mediato
reincorporarse a un mundo que, por la falta de preparación y por el progreso de
la tecnología, cada vez los excluirá más. Es necesario reabrir las escuelas
técnicas y fomentar la creación de carreras de corto plazo que tiendan a
vincular específicamente a los alumnos con las necesidades de su entorno, para
favorecer así su arraigo en los pueblos y ciudades del interior.
Y a los impacientes a
los que se refirió Fernando Henrique Cardoso en la cita que encabeza esta nota,
un ruego: piensen que la alternativa a Macri, Michetti y Vidal, era la banda de
ladrones comandada por Cristina Fernández, encarnada en Daniel Scioli, Carlos
Zannini y Anímal Fernández, que nos llevaría hacia la terrible actualidad de
Venezuela. Tal vez así puedan tomar con un poco más de calma la demora en la
recuperación del país.
Bs.As., 7 Ene 17
Enrique
Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
[1] El
título corresponde a una película española referida a la transición hacia la
democracia, dirigida por Cecilia y José Juan Bartolomé
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!