"El
peor enemigo de un gobierno corrupto es un pueblo culto".
El sábado 1° de
abril, a las 18:00 horas, ha sido convocada la ciudadanía para expresar, en
todas las plazas del país, su innegociable decisión de vivir en democracia. Se
pide que los asistentes no lleven banderas partidarias, para demostrar que no
se trata de dar apoyo a fuerza política alguna, sino de rechazar todos los
movimientos destituyentes -el llamado "club
del helicóptero"- que hoy pretenden expulsar al circunstancial
ocupante de la Casa de Gobierno para regresar al país que sueñan seguir
depredando impunemente.
Las usinas
kirchneristas llevan semanas enviando por las redes sociales mensajes
contradictorios para impedir esta marcha, y muchos tilingos la criticaron por
haber sido fijada para un sábado, cuando muchos salen de la ciudad; por eso
digo que, si usted no está dispuesto a entregar una tarde, o unas horas, para
defender pacíficamente nuestro sistema de vida, no merece disfrutarlo. Piense
sólo que le está dejando el monopolio del espacio público a quienes quieren
terminar con él y, si logran su propósito, usted será responsable; aquí no hay
opciones, seremos Argentina libre o Venezuela esclavizada, saqueada, hambreada.
En estos días, de la
mano de Baradel y otros impresentables como él, el kirchnerismo puso finalmente
en claro cuáles son sus prioridades: por la vía subversiva tratar de evitar el
futuro carcelario que ya respira en la nuca de su jefa espiritual, y mantener
en la pobreza a su triste clientela, formada por quienes son obligados a seguir
en la ignorancia por la desastrosa educación pública que se les imparte.
Los gobiernos
provinciales, con sus ofertas de "cláusulas
gatillo" en caso de incremento de la inflación y de premios por "presentismo", dejó a los gremios
docentes sin argumentos válidos, y la insistencia en la necesidad de una
paritaria nacional, cuando la Nación no tiene una sola escuela ni un maestro a
su cargo, desnudó la verdadera sinrazón política de las huelgas salvajes, que
prometen continuar. Por su parte, María Eugenia Vidal se ha mantenido firme
frente a la extorsión, justificando las encuestas que la señalan como la figura
política mejor valorada del país.
Después de la
divulgación de la última estadística de la pésima situación en que se encuentra
el aprendizaje de los chicos en la Argentina, creo que sobran las pruebas de lo
dicho, reafirmado por la resistencia a la evaluación de los propios docentes,
que siguen enseñando con formas y contenidos del siglo XIX cuando el mundo
entero ya ha entrado en una nueva revolución tecnológica que, como fue la
industrial en su momento, está cambiando el futuro de la humanidad.
En la marcha que
concretaron el martes, también quedó en claro cómo se aumenta artificialmente
el número de manifestantes, cuando un video "viralizado"
mostró que se repartían guardapolvos blancos a reconocidos piqueteros para
disfrazarlos de genuinos maestros; también fueron difundidas muchas denuncias
que hablan del sistema para reclutar a gente muy humilde, mediante el pago de
una suma fija mensual para retribuir la presencia habitual en los cortes de
calles y avenidas; el dinero que financia todo ese disparate es el mismo que
entrega el Estado a las organizaciones y municipios, sin controlar cómo lo
utilizan.
Ante al desmadre
cotidiano que impide a los porteños concurrir a trabajar y regresar después de
hacerlo, por la permanente ocupación del espacio común que protagonizan quienes
obedecen las directivas que llegan desde el Calafate, finalmente el Gobierno se
puso los pantalones largos. Después de haber cedido mucho frente a la
agresividad de quienes pretenden derribarlo, Macri modificó el tono en la
apertura de sesiones ordinarias del Congreso. Ese cambio fue reafirmado esta
semana por Marcos Peña en su presentación habitual sobre la marcha del país.
El Jefe de Gabinete
no trepidó en responder con justificada furia cuando Axel Kiciloff, responsable
de los mayores desastres ordenados por Cristina contra la economía del país,
dijo que el Gobierno navegaba sin instrumentos; ponderó la metáfora y lo acusó
de haberlos destruido, como fue el caso del INDEC; acto seguido, y con la misma
vehemencia, exigió a los ex-funcionarios y legisladores K que se hicieran
cargo, de una buena vez, de las nefastas consecuencias que dejaron sus más de
doce años en el poder.
Cambiemos, de ese
modo, ha comenzado a reconciliarse con su base electoral, que lleva meses
reclamando que abandone esa postura tan zen que lo hizo olvidar un consejo del
propio peronismo ("a nosotros hay
que cobrarnos al contado y pagarnos en cuotas") y ceder a las
permanentes presiones de quienes usan nuestro dinero para sus acciones
destituyentes. Hizo bien, ya que la tolerancia hacia los abusos que todos los
días se realizan sobre la libertad para circular no le aportaba en ningún caso
la adhesión de los responsables, mientras desilusionaba precisamente a quienes
lo votaron pretendiendo un cambio profundo en las costumbres y hábitos
sociales.
Vale recordar una
reflexión de Fernando Henrique Cardoso, ex Presidente de Brasil: "Leyendo los diarios y revistas,
mirando la televisión, conversando en los bares y paradas de colectivos, en las
antesalas de ministerios, en los corredores del Congreso y aún del gobierno, se
espera, se ruega a veces, por un acto, un gesto heroico, en fin, cualquier cosa
que solucione en seguida las aflicciones del pueblo, o los intereses de algún
grupo. Estos últimos tal vez puedan ser atendidos en un momento. Los intereses
de todo un pueblo, no. Dependen de la acción continuada que cambie prácticas,
mentalidades, estructuras".
Es cierto que la
economía deja mucho que desear todavía, en especial para los más humildes, pero
sólo podrá mejorar cuando lleguen las indispensables inversiones de propios y
ajenos y el país comience nuevamente a crecer. Y esto sólo se verá cuando
podamos ofrecer al mundo un lugar en el que la Justicia desempeña su rol con
independencia, con seriedad y con rapidez; cuando exhibamos un territorio con
paz social, con respeto por la ley, la palabra y los contratos, y con reglas
claras y precisas que no son modificadas abruptamente. Todo, además, sumado a
una sociedad educada y culta, como la que tuvimos cuando Sarmiento logró
terminar, en pocas décadas, con el analfabetismo; esa enfermedad social que,
como inexplicables suicidas, hemos permitido que nos ataque nuevamente, de la
mano de las políticas populistas y clientelistas de los últimos setenta años.
Ayer, las
ex-entidades de derechos humanos (Bonafini reconoció que las Madres son una
organización política), la izquierda trotskista y todos los kirchneristas
celebraron el 24 de marzo en con una nueva "misa"
de memoria tuerta, negándose a aceptar la verdad histórica. En este tema también
sería altamente positivo que el Gobierno cambiara; una forma de hacerlo, sin
necesidad de alterar su discurso políticamente correcto, sería convocar a un
plebiscito, como lo hizo Uruguay, para que la sociedad toda sea quien decida,
democráticamente, si quiere recuperar la concordia y terminar con la inicua
persecución a los ancianos soldados que rescataron a la Patria de las fauces
del marxismo cubano y hoy siguen muriendo en las mazmorras de toda la
Argentina.
Bs.As., 25 Mar 17
Enrique
Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
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