12 de marzo de 2017
Desde 1983, se
persiguió a las Fuerzas Armadas de la Nación, en forma persistente y feroz, no
hay medio de comunicación, que no encontrara forma artera y mentirosa, de
agredir gratuitamente a las fuerzas solo por ser el sostén Formal y
Constitucional de La Nación, más allá de que algunos individuos que las
integraron cometieron delitos para ser condenados por la justicia.
Por: Rodolfo Griffa
Permítame el lector
dedicar la nota a solo algunas de las hirientes mentiras, que profundizan y
ensanchan la "grieta", de
que todos hablan y nadie intenta cerrar, quizás porque el que "divide", triunfa.
Pero llama la
atención ver que en la edición 1243 de la Fundación Malvinas, aparece
reiteradamente un, creo museo, "Che Guevara".
El solo nombre, de ese
personaje nefasto de la guerrilla en Latinoamérica, asesino impiadoso, que nada
dio a su patria de origen, y solo sangre a los países donde desarrolló su actividad
subversiva, sin norte, sin principios, y con nefasto final, para sí y sus
seguidores, no debe mezclarse, con la Imagen impoluta de quienes dieron todo
por su Patria, y no pidieron nada a cambio.
Creo que todo lo
ateniente a Malvinas, debe ser con el nombre de Giachino y todos los que
siguieron sus pasos de Gloria y Honor.
La distancia entre
los héroes y un subversivo sin destino ni grandeza, ofende a los héroes.
De todas maneras,
como editor independiente, elegí publicar los envíos de la Fundación Malvinas,
respetando el nombre y el motivo de la gesta, y como defiendo la libertad de
expresión sin claudicar, publiqué tal como me llega la nota y según mi
compromiso.
Según
el título de esta nota, aclaro
Desde 1983, se persiguió a las Fuerzas Armadas de la
Nación, en forma persistente y feroz, no
hay medio de comunicación, que no encontrara forma artera y mentirosa, de
agredir gratuitamente a las fuerzas solo por ser el sostén Formal y
Constitucional de La Nación, más allá de que algunos individuos que las
integraron cometieron delitos para ser condenados por la justicia.
En este caso es como
si un maestro o portero de una escuela, cometiera un delito, y se condene a
todos los educandos del establecimiento como participes del acto fuera de la
ley.
Con los Veteranos de
Guerra pasó lo mismo, fueron culpables de una guerra, se los ocultó, en lugar
de homenajearlos como correspondía, y mucho menos se les otorgó el amparo y
reconocimiento, de parte de los
políticos y de gran parte del pueblo,
que tiene memoria flaca, y cambia de la euforia al rencor, sin ver sus
propias dudas e irresponsabilidad frente a cada uno de los acontecimientos que
ocurren, de los que participa, pero luego no asume como propios. Cada humano es artífice de su propio
destino, y cada pueblo es artífice de su destino de ser Nación o solo un
territorio compartido, por una casi
sociedad, que no sabe lo que quiere,
como lo quiere, cuando lo quiere, para que lo quiere, y donde pretende ir, sin rumbo,
sin vocación, sin criterio, sin
decisión, sin asumir sus propios errores y tratar de corregir sus faltas y
encaminarse definitivamente a un futuro de grandeza, con todas las condiciones
naturales para lograrlo, pero sin la decisión común de ejecutar
responsablemente el plan adecuado.
Quedando siempre en
las manos de aventureros, corruptos y ladrones,
que abusan de la inconsciencia y laxitud
de los ciudadanos que no arriesgan, esperando el salvador que nunca
llega.
Las que
combatieron al terrorismo apátrida y sanguinario presos.
Los asesinos en
libertad, cobrando del Estado Nacional suculentas indemnizaciones por atacar a
ciudadanos inocentes, secuestrar personas,
y poner bombas, entre
tanto, impolutos ciudadanos subversivos, niegan derechos a los héroes que dieron su
vida por la Nación, y por supuesto a las víctimas, nada,
ni Derechos Humanos, ni reconocimiento oficial alguno.
Es la primera de las
notas que publicaré con motivo de denunciar las mentiras de la historia de los
argentinos de hoy.
Perdón por el tono,
por la forma, por el contenido que lástima,
pero la verdad es dura, es cruel,
golpea, pero si es verdad, debe resplandecer a pesar de todo, y los archivos periodísticos, y la Justicia,
la confirman.
Rodolfo Griffa
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