Oda por el sesquicentenario escrita por Jorge Luis
Borges
ODA
ESCRITA EN 1966
Nadie
es la patria. Ni siquiera el jinete
que,
alto en el alba de una plaza desierta,
rige
un corcel de bronce por el tiempo,
ni
los otros que miran desde el mármol,
ni
los que prodigaron su bélica ceniza
por
los campos de América
o
dejaron un verso o una hazaña
o
la memoria de una vida cabal
en
el justo ejercicio de los días.
Nadie
es la patria. Ni siquiera los símbolos.
Nadie
es la patria. Ni siquiera el tiempo
cargado
de batallas, de espadas y de éxodos
y
de la lenta población de regiones
que
lindan con la aurora y el ocaso,
y
de rostros que van envejeciendo
en
los espejos que se empañan
y
de sufridas agonías anónimas
que
duran hasta el alba
y
de la telaraña de la lluvia
sobre
negros jardines.
La
patria, amigos, es un acto perpetuo
como
el perpetuo mundo. (Si el Eterno
Espectador
dejara de soñarnos
un
solo instante, nos fulminaría,
blanco
y brusco relámpago, Su olvido.)
Nadie
es la patria, pero todos debemos
ser
dignos del antiguo juramento
que
prestaron aquellos caballeros
de
ser lo que ignoraban, argentinos,
de
ser lo que serían por el hecho
de
haber jurado en esa vieja casa.
Somos
el porvenir de esos varones,
la
justificación de aquellos muertos;
nuestro
deber es la gloriosa carga
que
a nuestra sombra legan esas sombras
que
debemos salvar.
Nadie
es la patria, pero todos lo somos.
Arda
en mi pecho y en el vuestro, incesante,
ese límpido fuego misterioso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!