miércoles, 5 de septiembre de 2018

NO BASTA SER, SINO PARECER



La Fragata ARA “Libertad” tiene como misión completar la formación profesional de Guardiamarinas, contribuyendo al incremento de sus conocimientos marítimos, náuticos y a su formación en la cultura de trabajo en equipo y el nacimiento de futuros líderes naturales.

A fin de, contribuir a la política exterior de la Nación representando a la República Argentina al difundir las bondades de su  realidad geográfica, cultural y productiva, mostrando su vocación como un país eminentemente marítimo.

En ese sentido, por Decreto Presidencial Nº 727 del 30 de mayo del 2001 el Poder Ejecutivo Nacional designó a la Fragata ARA “Libertad”: “Embajadora de la República con carácter de distinción honorífica y con efecto exclusivamente protocolar”.

Un embajador es el máximo representante de un determinado país ante otro, o ante una organización internacional.


Oficialmente en los países del Occidente a fines del siglo XIX los embajadores tenían un uniforme muy engalanado con bordados pectorales y que recordaba al de un general de ese tiempo, incluyendo a un bicornio (o en francés, que desde el s XVII era el idioma de la diplomacia, un châpeau de bras o casquete o sombrero de brazo).


Actualmente las relaciones públicas exigen un ceremonial dinámico, a tono con las exigencias del tiempo, cuyo valor se acrecienta día a día y con las modalidades del mundo moderno que desecha la pompa, el boato, lo inútil y que busca, por el contrario, lo práctico y ágil, lo sencillo y esquemático.

Es obvio que no entender debidamente esos conceptos modernos del protocolo… produjo un profundo malestar generó en las Fuerzas Armadas la indumentaria con la que el embajador argentino en México, Ezequiel Sabor, recibió a los integrantes de la Fragata A.R.A. Libertad que recaló en el Puerto de Cozumel en su escala mexicana para el 47° viaje de instrucción. El funcionario apareció vestido con una chomba deportiva, pantalones bermudas y zapatillas, mientras los integrantes de la Fragata Libertad se muestran vestidos de gala.  También el cuerpo diplomático de la Cancillería argentina dejó trascender su malestar… no basta con que un embajador efectúe una insólita justificación del embajador en México para explicar por qué uso ropa deportiva para recibir a la Fragata Libertad.


Ese tipo de displicencia por los aspectos formales nos obliga a recordar que el protocolo establece las normas, decretos y reglamentaciones que deberán observarse en el ceremonial; y que este toma del protocolo las herramientas para la organización. Permite crear el escenario, el cuadro, la atmósfera. Es la forma.

Las Fuerzas Armadas de la Nación tienen una formación protocolar y ceremonial muy estricta, las que también tenían a las otras instituciones del estado… desde el 2003 nuestro país se ha ido acostumbrando al desprecio por lo formal y desconsideración faltando el respeto hasta al pabellón nacional. Vayan como simple ejemplo, las siguientes imágenes:

Despedida de la fragata Libertad 2009

Normalmente toda zarpada del Buque Escuela Fragata ARA Libertad era despedida por el presidente de la Nación o altas autoridades del poder ejecutivo nacional. En el año 2009, esa despedida quedó a cargo de la subsecretaria de Formación del ministerio de Defensa, Dra. Sabina Frederic (tercer nivel dentro del ministerio). Sin mayores comentarios.

El 8 de enero de 2013 después de la vergüenza internacional por la detención del Buque Escuela en un puerto de Ghana, debido a una orden judicial empredendida por acreedores de títulos de la deuda de Argentina que piden el embargo de la nave como forma de pago, la presidente de la Nación la recibió con un discurso de neto corte político y un carnaval de militantes. Se usó la llegada del Buque Escuela para un acto político y no para dar su bienvenida, un despropósito.

Bienvenida a la Fragata Libertad

El 2 de abril de 2018 el Presidente Provisional del Senado, Doctor Federico Pinedo, el Ministro de Defensa, Doctor Oscar Aguad, y el Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Teniente General VGM Bari del Valle Sosa, presidieron el acto por el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Es demasiado evidente la “forma” del senador Pinedo respecto al resto de las autoridades… ¿Era un mensaje? ¿Qué quiso expresar?

Ceremonia por la guerra de Malvinas

Podríamos dar muchos ejemplos más, pero preferimos dejar esa tarea a la memoria de nuestros lectores, quienes seguramente recordaran amargamente los bailes en las ceremonias a cargo de la Mancha de Rolando  y otros cumbiancheros.

Cristina Fernández de Kirchner no dudaba en mostrar sus dotes de baile en actos oficiales. (Foto: Getty Images)

Preferimos enfocarnos en las distintas formalidades que se destacaron en el acto de dar un mensaje, para calmar a los mercados, por parte del señor presidente Mauricio Macri.


Creemos que por primera vez se dirigió a los argentinos desde el Salón Blanco de la Casa Rosada, en una jornada colmada de expectativas. Con sus palabras trató de comunicar de manera clara su mensaje, al que también acompañó con un lenguaje no verbal.

Desde la elección del lugar hasta la vestimenta, nada fue dejado al azar durante el mensaje presidencial, se lo apreció con una actitud distinta: saber vestir adecuadamente. El vestuario es la mejor tarjeta de presentación de una persona. Cambiar una mala primera impresión es bastante difícil. Hay que saber vestir de forma correcta en función del qué, cómo, cuándo y dónde. En esta oportunidad/emergencia el señor presidente dejó de lado lo que hasta ese día era habitual en Cambiemos/PRO: los globos, bailes, risas, etc.


Sería bueno que ese cambio en las formas del señor presidente sea acompañado por el resto de los funcionarios de todo el estado y que además de ser, lo sean.


Según cuenta Plutarco en su obra “Vidas paralelas”, Publio Clodio Pulcro, un patricio romano dueño de una gran riqueza y dotado con el don de la elocuencia, estaba enamorado de la mujer de Julio César, llamada Pompeya. Era tanto su amor que un día se infiltró en la casa de César disfrazado como músico, mientras celebraban la fiesta de la Buena Diosa, a la que solo asistían mujeres; allí fue apresado y condenado por engaño y sacrilegio. Además, César reprochó a Pompeya por este hecho; aunque estaba seguro de que ella no había cometido delito alguno, dejó claro que no le agradaba que su mujer fuera sospechosa de infidelidad diciendo: “No basta que la mujer de César sea honesta, también tiene que parecerlo”.


La frase del emperador ha quedado como un paradigma de la conducta que se debe exigir a quien ocupa un cargo de responsabilidad en la sociedad. Ser y parecer deberían ser dos categorías tan ligadas como la teoría y la práctica. La misma frase se ha hecho popular y se ha usado para cualquier caso en el que alguien es sospechoso de haber hecho algo ilícito, incluso cuando no haya dudas de su inocencia.

FUENTE: distintas fuentes indirectas de Internet.

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