"Entre
esos tipos y yo hay algo personal".
Joan Manuel Serrat
Joan Manuel Serrat
Para confirmar el
espacio necesario para la realización de la reunión fundacional del Partido de
la Austeridad y la Decencia, el PAD, y construir en ella una plataforma (puede
ver el borrador haciendo click en https://tinyurl.com/y8cyxhto) que reúna las sugerencias
de los presentes y de todos aquéllos que ya las enviaran, le ruego me responda
si tiene interés en asistir, por mail, a ega1@avogadro.com.ar;
estimo que podríamos concretarla en el Barrio Norte de la ciudad de Buenos
Aires, alrededor del 10 de diciembre próximo.
La semana estuvo
signada por un acontecimiento positivo, la aprobación del presupuesto nacional,
una herramienta indispensable para que la complicada gestión del Gobierno
tuviera credibilidad frente a los organismos internacionales y los gobiernos de
los países amigos; es necesario reconocer cuánto contribuyó el peronismo "racional" a su sanción. Pero
también hubo otros sumamente negativos y peligrosos.
Resulta claro que, en
este último punto, me estoy refiriendo a los atentados explosivos que grupos
anarquistas intentaron contra el Juez Claudio Bonadío y contra la tumba del
Coronel Ramón Falcón, en la Recoleta, que culminara con graves heridas a la
mujer que pretendió llevarlo a cabo. Luego, se produjo la detención de algunos
individuos que la investigación que se está realizando vincula a Hezbollah, tal
vez la organización terrorista con mayor capacidad operativa del mundo.
En la medida en que
estos eventos se produjeron tan poco antes de la reunión del G-20 que, con
seguridad, convocará a quienes militan activa y violentamente contra la
globalización y, también, contra toda forma de colaboración internacional, las
alarmas se encendieron en el tablero de control del Ministerio de Seguridad, a
cargo (¡gracias a Dios!) de Patricia Bullrich; en razón de ellos, el blindaje
del escenario de la cumbre y sus alrededores fue incrementado fuertemente. No
es para menos, toda vez que estarán presentes en ella los primeros mandatarios
de los países más importantes del mundo, que aportarán efectivos de sus propias
custodias.
Pero esto nos lleva a
un hecho que el Gobierno ha omitido considerar desde que asumió el poder,
reparando y corrigiendo imbéciles actos. De inmediato, hubiera debido encarar
la restitución de la vigencia del Código de Justicia militar, que fue derogado
para agregar un detalle más al disfraz de izquierda que, según probó Néstor
Kirchner y lo sigue haciendo su viuda, les otorgó los fueros necesarios para
mantener impune la rapiña. Criminalmente, se abandonó una "política de defensa", y se la reemplazó por una falsa "política de derechos humanos".
Por ese proceder
demencial, quienes triunfaron militarmente en el legal combate contra la
subversión armada que las organizaciones guerrilleras ejecutaron contra la
democracia a partir de 1973, hayan sido juzgados como delincuentes comunes por
tribunales integrados, en muchos casos, por miembros de esas mismas formaciones
terroristas. Es obvio que, con tales jueces y tales gobernantes, el destino de
esos militares, cualesquiera fueran sus rangos y sus funciones, era ser
condenados mediante juicios amañados, con testigos falsos y con notorio
apartamiento de las pruebas producidas. Y aquí tenemos otra grave omisión del
Gobierno: la revisión de todos esos procesos, para verificar la legalidad con
que las sentencias fueron emitidas.
Es más, en
reiteradísimas oportunidades, hemos visto que el protocolo de nuestra
Cancillería llevó a los más ilustres visitantes extranjeros a tirar flores al
río en memoria de los asesinos muertos; ¿Mauricio Macri ha sido invitado, tal
vez, a homenajear a los terroristas del World Trade Center (Nueva York) o de la
estación de Atocha (Madrid), entre otros muchos?
Cualquiera sea el
punto de vista desde el cual se mire a las funciones y acciones militares,
éstas no pueden ser evaluadas y juzgadas por las normas que rigen la vida civil
y penal de los ciudadanos. La inexistencia de reglas específicas, y de la
jurisdicción correspondiente, significa que cualquier muerte de un enemigo en
combate, por ejemplo, pueda ser calificada como un asesinato. ¿Qué sucederá
aquí si la violencia terrorista se descontrola durante el G-20 y las fuerzas
armadas y de seguridad se ven obligadas a reprimir con dureza, o deben aplicar
el decreto que autoriza el derribo de aviones sospechosos?
No hay Estado en el
mundo, con la obvia excepción de aquéllos que la han delegado en alguna nación
extranjera, que haya desistido unilateralmente de contar con una fuerza militar
destinada a garantizar la soberanía nacional sobre su territorio y la
protección de sus recursos naturales; y eso es, precisamente, lo que ha hecho
la Argentina, cuyo inmenso territorio terrestre y marítimo, con fronteras extensísimas
y sumamente porosas, hoy no cuenta con la más mínima capacidad de defensa
contra las nuevas agresiones, verdaderas guerras de baja intensidad,
protagonizadas por el narcotráfico, el terrorismo, la trata de personas y las
reivindicaciones indigenistas y separatistas.
Quienes sostienen que
hoy no resultan necesarias las fuerzas armadas porque ya no existen hipótesis
de conflicto con nuestros vecinos, y ninguna invasión convencional en América
Latina sería tolerada por la comunidad internacional, ignora esas nuevas
agresiones que he enumerado en el párrafo anterior. Éstas producen los mismos,
o peores, efectos disolutivos sobre cualquier sociedad, como bien puede
atestiguar la historia reciente de Colombia, México y Brasil o de la ciudad de
Rosario y el Conurbano bonaerense.
A esta altura, ya
nadie duda que continuarán las agresiones contra el Gobierno por parte de
quienes están dispuestos a incendiar el país para evitar que la líder de la
oposición y sus cómplices y testaferros, incluyendo a sus hijos, vayan presos.
En su fantasía, imaginan la destitución del Presidente o un triunfo electoral
que haga cambiar, nuevamente, los vientos que soplan desde Comodoro Py.
Por ahora, y más allá
de los destructivos disturbios que provocaron desde diciembre del año pasado en
la Plaza de los Dos Congresos, el "club
del helicóptero" sólo desata huelgas de todo tipo, comenzando por los "trabajadores de la educación"
de la Provincia de Buenos Aires, que el martes y el miércoles protagonizarán el
enésimo paro de actividades, dejando a cuatro millones de chicos sin clase ni
almuerzo. Los gremios kirchneristas aeronáuticos seguirán complicando la vida
de los ciudadanos, y en esa posición serán acompañados por otros sindicatos
cuyos líderes también están a un paso de ir presos. Seguramente, además, se
intentarán saqueos a supermercados, como es costumbre en nuestro país, para
generar un clima de inquietud que favorezca sus malas intenciones.
Para concluir, una
recomendación: no deje de leer, y difundir la imprescindible nota que Fernando
Iglesias publicó en La Nación esta
semana (https://tinyurl.com/ybhxbakm);
en ella, más allá de criticar al Gobierno por no haberlo expuesto
originalmente, hizo un impresionante cuadro comparativo de la situación
económica; como él mismo dijo, "dato
mata relato".
Por favor, no olvide
confirmar, aunque sea tentativamente, su presencia en la reunión que
organizaré.
Bs.As., 17 Nov 18
Enrique
Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
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