"En
política son más atractivos los regímenes
demagógicos hábiles en crear
relatos épicos en tanto la legalidad democrática
parece fría y aburrida".
Juan José Sebreli
demagógicos hábiles en crear
relatos épicos en tanto la legalidad democrática
parece fría y aburrida".
Juan José Sebreli
Para terminar de
convencer a los descreídos, la fotografía del jueves de los candidatos de la
fórmula Fernández² con los gremios que la apoyan hizo caer las caretas detrás
de las cuales se escondían las motivaciones de las huelgas docentes en la
Provincia de Buenos Aires, las marchas de los bancarios, las permanentes
medidas de fuerza que paralizan los aeropuertos de todo el país, las acciones
destituyentes de las dos CTA y, sobre todo, la habitual extorsión de Camioneros
al Gobierno y a las empresas.
Porque, más allá de
las reales penurias que están sufriendo los asalariados, todas ellas, ahora,
tienen nombre y apellido: Cristina Elisabet Fernández. O sea, no se hacen para
defender a los trabajadores sino que tienen una clara intencionalidad política:
atacar al Gobierno y fomentar el caos y, por supuesto, mantener en libertad a
la líder del binomio electoral, a sus hijos y a los miembros de la familia
Moyano.
A mi modo de ver, en
coincidencia con varios analistas, la elección de Miguel Angel Pichetto fue una
positiva sorpresa, tanto para los mercados internacionales cuanto para el
peronismo en su conjunto. Resulta obvio que las apuestas internacionales han
reconocido la enorme cuota de gobernabilidad que el jefe del bloque
justicialista en el Senado aportará a un segundo mandato de Mauricio Macri, y
lo han demostrado con la tranquilidad en la cotización de nuestro pobre moneda
nacional y con la brusca caída en el riesgo país, en su evolución diaria, anual
y quinquenal.
Si bien es cierto que
los mercados no votan, no lo es menos que la suerte del Gobierno en las urnas
dependerá, en gran medida, del comportamiento de la economía que aquí tiene la
conducta del electrocardiograma de un infartado. Y allí es donde adquieren una
importancia fundamental porque, si apostaran en contra de la reelección de
Mauricio Macri, ese habitual infarto obligaría, entre agosto y octubre, a vivir
en terapia intensiva.
También fue recibido
el anuncio de la fórmula oficialista con optimismo en todo el amplio espectro
de líderes que lo apoyan irrestrictamente: Donald Trump, Christine Lagarde,
Felipe González, Jair Bolsonaro, Iván Duque Márquez y Sebastián Piñera -cada
uno a su modo- lo expresaron así. No fue casual que, cuando la Argentina
necesitó la conformidad del FMI para disponer de las reservas aportadas por el
organismo para la eventual defensa de la cotización del peso ante un ataque
masivo, el Senador teóricamente opositor se encontrara en Washington.
Por su parte,
Fernández² intenta, infructuosamente, tratar de convencer al mundo que, si
volviera al poder, todo será distinto esta vez; ya que respetará los tratados
internacionales, pagará la deuda externa, garantizará la libertad y la
democracia, etc., y no convertirá a nuestro país en un nuevo enclave
ruso-cubano en América del Sur, como sucede ya innegablemente en la triste y
ensangrentada Venezuela.
Y digo que no lo
consigue porque, cada dos por tres, se le suelta el indio y vuelve a las
andadas. No sólo Alberto Fernández amenaza a los jueces que juzgan y condenan a
funcionarios y empresarios que saquearon sin misericordia el país durante doce
largos años, sino que a su jurista de cabecera, Raúl Zaffaroni, otro
delincuente, no le tiembla la voz cuando explica que la Constitución debe ser
reformada al gusto de la "Señora".
El claro apoyo que
recibió de SS Francisco, que hasta se permitió utilizar en su discurso una
palabreja reiterada en el léxico de Cristina (lawfare) mientras despotricaba
contra la teórica utilización de la Justicia para hacer política, dejó claro de
qué lado de la "grieta" se
ubica el Pontífice. Pero esta actitud tiene una explicación: Jorge Bergoglio
vivió los años kirchneristas en una probeta, aislado por completo de la
realidad.
La demostración de
esa alienación del Papa es sencilla: si hubiera estado en la Argentina,
recordaría la persecución a Enrique Olivera (falsas cuentas en el exterior), a
Francisco de Narváez (narcotráfico), a Ernestina Herrera de Noble (apropiación
de sus hijos adoptivos) y hasta al último aliado de Fernández², el tan voluble
Sergio Massa.
Como no creo en la
seriedad de las encuestas, todas incapaces de ofrecer pronósticos acertados en
un escenario con 40% de indecisos, los informes de opinión que bombardean mi
casilla de mail cada semana no influyen en mi ánimo. En cambio, sí lo hace la
conducta de los gobernadores; por eso soy optimista.
Es obvio que no
confiaban en la capacidad de tracción de votos de Fernández² puesto que, de lo
contrario, no habrían separado las elecciones locales de la nacional; una
actitud totalmente distinta de la de aquéllos que gobiernan la Ciudad Autónoma
y la Provincia de Buenos Aires. Ahora, varios de ellos, peronistas ya
reelectos, irán con "lista
corta" a los comicios en que se elegirá a los diputados y senadores
nacionales, o sea, las listas de éstos no irán "colgadas" de ninguna fórmula presidencial.
Por su parte, por fin
el Gobierno mejoró la comunicación de su gestión, y las obras que ha realizado
-y sigue construyendo, pese a la recesión- impactan directamente en la vida
cotidiana de sus beneficiarios; muchos habitantes del crucial Conurbano tienen
ahora agua potable, gas, luz eléctrica, pavimentos y mejor transporte público.
Pero los dados están
en el aire, y así seguirán hasta octubre o noviembre. Nos jugamos nada menos
que la República porque, si Fernández² triunfara finalmente, la Argentina que
conocemos desaparecerá y volverán a reinar la corrupción y la impunidad.
Bs.As., 15 Jun 19
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
E.mail: ega1avogadro@gmail.com
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