Emilio
Guillermo Nani
7 de junio a
las 17:49 ·
Bergoglio, una
reunión con abogados hispanoamericanos, entre ellos el proxeneta Zaffaroni,
habría manifestado su preocupación por "una
nueva forma de intervención exógena en los escenarios políticos de los países a
través del uso indebido de procedimientos legales y tipificaciones
judiciales", alegando que "el
lawfare (guerra jurídica), además de poner en serio riesgo la democracia de los
países, generalmente es utilizado para minar los procesos políticos emergentes
y propender a la violación sistemática de los derechos sociales", en
una clara referencia a los juicios que se intentan sustanciar en Argentina
contra los políticos y jueces kirchneristas por sus múltiples hechos de
corrupción.
Cuando la
corrupta corporación político-judicial kirchnerista lanzó el "lawfare" -vulnerando cuanta
norma constitucional o jurídica pudieron- para perseguir a los miembros de las
FFAA, de Seguridad y Policiales por su participación en la guerra
contraterrorista que impidió que el proyecto castro-comunista de Montoneros,
del Ejército Revolucionario del Pueblo/Movimiento Todos por la Patria y demás
organizaciones terroristas que asolaron nuestra Patria, sembrando de sangre y
destrucción todo su territorio, se apoderara de nuestras vidas y de nuestra
libertad, para construir, sobre el colchón del millón cadáveres que necesitaba
Mario Roberto Santucho o los 300.000 desaparecidos que anunciaba Mario Eduardo Firmenich, la
"patria socialista" , Bergoglio guardó miserable silencio.
¿Qué creen,
los políticos, jueces, sindicalistas, docentes, periodistas, intelectuales,
empresarios, religiosos de todos los credos y el resto de la sociedad, que
hubiera sucedido con ellos si el proyecto socialista del ERP/MTP o Montoneros
hubieran tenido éxito?
Yo les
respondo:
ó Seguramente
algunos habrían sido miembros de Comité Central del régimen totalitario
instalado;
ó Muchos otros
hubiéramos sido fusilados;
ó Otros
eternamente hubieran sido privados de su libertad en cárceles horrorosas (de
los cuales, con el correr de los días, algunos también hubiesen sido
fusilados);
ú Otros
habrían terminado en granjas colectivas (¡¡¡qué colegio Newman, ni diarios La
Nación, Perfil o Clarín; ni Bridas, ni Arcor, ni SOCMA; ni PRO, ni PJ, ni UCR,
ni Coalición Cívica; qué Comisión Episcopal, ni obispados, ni arzobispados, ni
sinagogas o mezquitas, ni ocho cuartos!!!) y sus mujeres e hijas prostituidas
para poder sobrevivir;
ó TODOS
estarían haciendo largas colas en los depósitos para recibir las migajas del
régimen, para poder alimentarse;
ó Y
ABSOLUTAMENTE TODOS, HABRÍAN PERDIDO SU LIBERTAD, la libertad que quienes están
presos, les aseguraron hasta estos días, libertad que se les ha conculcado a
los libertadores.
Si éstos no
hubieran impedido que las organizaciones terroristas se hicieran del poder,
¿alguien puede creer que Bergoglio sería Papa o Poli arzobispo o Arancedo
presidente de la CEA; o Bulgheroni, Roggio, Macri, Pérez Companc, Born, Pagani
o Balquier, hubieran sido exitosos empresarios; o Mitre, Magnetto o
Fontevecchia, tendrían los medios de comunicación que hoy utilizan para
perseguirlos y para fomentar los odios; o muchos de los que integran o
integraron las corporaciones política y judicial, la docencia, etc., hubieran
llegado a lo que llegaron?.- La lista sería larguísima y no quiero aburrirlos.
Sólo quiero
destacar el asco que me produce la repugnante hipocresía y cinismo que existe
en todo ésto.
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