La situación planteada por la decisión personal
del teniente primero (R) Gustavo Ramón De Marchi, quién en
cautiverio se declaró en huelga de hambre, desnuda varias verdades que se
mantienen ocultas o en las penumbras del conocimiento del ciudadano común:
1. La
ley no es igual para todos en la República Argentina, el personal de
las Fuerzas Legales que fue sometido a los llamados juicios de lesa humanidad
es juzgado con un derecho a medida para poder ser condenado (seguramente de
antemano). El resto de los presos en Argentina (comunes y corruptos) gozan de beneficios
legales, que a ellos les son negados.
2.
Una vez más se pone en evidencia que el estado incumplió su obligación
constitucional de garantizar el debido proceso.
3.
De Marchi no reclama nada en especial, solo que le apliquen la ley
igual que al resto de la sociedad.
4. El
Tte. 1° De Marchi se considera un “prisionero de guerra” y como tal su primera
misión en prisión era escaparse (sobran ejemplos de guerra al respecto).
Su
fuga junto a la del Mayor (R) Olivera trajo como consecuencia que el entonces
ministro de defensa, Agustín Rossi, ordenara la prohibición para
que todo el personal detenido en esos juicios no pudiera ser atendido en los
hospitales militares, que por sus respectivas obras sociales les correspondía.
Esa
prohibición produjo malestar y grave consecuencias en esos “presos
políticos”, algunos fallecieron y otros agravaron sus enfermedades al
no recibir la atención sanitaria que por ley les correspondía. El
Servicio Penitenciario Federal reconoció -en varias oportunidades- su
incapacidad para atender las necesidades de cuidado adecuado de la salud que
esa población etaria requiere.
En
consecuencia el único responsable de esa prohibición y sus consecuencias es
Agustín Rossi, casualmente hoy nuevamente a cargo de la cartera
de defensa. Se deja constancia que durante el anterior gobierno se terminó esa
prohibición.
Podríamos
continuar explayándonos sobre porque en la Argentina la vara de la ley no mide
a todos por igual, basta con ver que la actual vicepresidente de la Nación
tiene pendiente varias causas con la justicia, por supuestos delitos de
corrupción y tiene un pedido de prisión preventiva. La coraza que la
defiende de la justicia es la impunidad de la que hace gala.
Los
argentinos hemos dicho basta a la impunidad y en el tema específico de los
“juicios de lesa humanidad”, a través de esta petición (clic acá para firmar),
solo pedimos que se efectúe una auditoría jurídica “global” sobre
todo lo actuado… existen demasiadas denuncias de las arbitrariedades jurídicas
cometidas para llevarlos a cabo.
Hacer
esa auditoría jurídica causa por causa, llevaría demasiado tiempo y su dictamen
llegaría tarde… la mayoría o todos los detenidos ya habrán fallecido en
cautiverio. Ellos mantienen viva la esperanza que algún día recibirán
la justicia que reclaman, el envío de los rosarios por su SS hecho
realidad gracias a una incansable tarea realizada por el Obispo
Castrense, Monseñor Santiago Olivera, reavivó la luz de la esperanza
en los verdaderos presos políticos y sus familias.
Para
un mayor conocimiento del drama del personal afectado por esos juicios, a
continuación le dejamos un oportuno artículo escrito por Mariano de Vedia en el
diario La Nación: https://www.lanacion.com.ar/politica/ayuno-en-la-prision-el-militar-que-empezo-una-huelga-de-hambre-para-reclamar-un-trato-igualitario-nid2324746
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