La Argentina es uno de los
países con mayor cantidad de médicos per cápita del mundo. Según la OMS
necesitamos un médico cada mil habitantes (aunque esta cifra parece que ha
quedado desactualizada)
Se ha estimado que en el
país existen más de 220.000 profesionales; en el año 2015 la proporción era
3.94 médicos cada mil habitantes, cuando USA tiene
2.42 por mil y en Alemania 3.69 por
millar. España tiene casi la misma proporción que Argentina, 3.94 por mil y
Cuba 6.72 cada mil habitantes (algunos medios aseguran que ya son casi 9 por
mil) casi el doble que todos los demás países, cosa que nos hace sospechar sobre la formación de estos profesionales
producidos de forma industrial por una universidad cubana.
La distribución de nuestros profesionales varía de acuerdo a la
geografía, mientras en el centro del país hay 6.90 médicos cada mil habitantes,
en el NOA hay 3.05 pero en la Patagonia hay 5.35 por mil.
En el 2017 había 33 facultades de medicina en la Argentina con más
de 15.000 alumnos de los que egresan
6.000 nuevos médicos cada año.
El estudio realizado en el
2012 y publicado en el 2014 en la revista del Ministerio de Salud Pública,
comparte estos datos y destaca como nos encontramos en los niveles de los
países más avanzados.
Sin embargo , hoy ese ministerio no piensa así y en estos día
arriban 200 médicos cubanos que no harán
la cuarentena obligatoria de 14 días;
llegan con una declaración jurada avalada por el gobierno castrista que no tienen
síntomas de covid-19. Sabemos a esta altura que existen pacientes asintomáticos
que puede transmitir la enfermedad. ¿Acaso una declaración jurada es suficiente
para certificar la posibilidad de no contagio?
Es curiosa la afirmación de nuestro
ministro quien, en febrero, declaró que el virus tardaría mucho en
llegar y ahora teme se desate “una
situación inmanejable”. ¿No fue una
sobreactuación entonces, como lo es ahora?
Hace más de 10 años también se planteó el tema de los médicos
cubanos y fue este mismo ministro quién entendió que había problemas de
incumbencias. ¿Estamos saltando las vallas que el mismo Ministerio ha impuesto
a sus connacionales? Hoy hay en la provincia de Bs. As. más de 50.000 médicos,
¿necesitamos más si estamos por arriba de lo requerimientos de la OMS? ¿Acaso
doscientos hacen la diferencia? En todo caso podemos recurrir a los estudiantes
de los últimos años de la carrera en caso de desmadre.
Un
negocio del castrismo
¿Por qué los cubanos van a cobrar cinco veces más que nuestros
médicos (50.000 contra 250.000)? ¿Adónde va ese dinero? Les puedo asegurar que no va al bolsillo de los médicos cubanos .Este
es un negocio del gobierno castrista.
¿Qué garantía tenemos de la idoneidad de estos médicos cubanos? ¿Sabemos cuáles son los niveles de las
facultades donde se han formado? ¿Acaso son mejores o tienen más formación que
nuestros médicos?
Los médicos argentinos que han pasado los exámenes pertinentes, que
se han matriculado, que pagan las inscripciones en los colegios médicos, que
pagan sus impuestos, que perteneces a sociedades de sus especialidades, ¿eso no
sirve de nada? La estructura de profesionales de la salud se barre de un minuto
a otro porque el ministro se asusta y con un simple certificado dado entre
gallos y medianoches ingresan hoy 200 cubanos. ¿Y después?
Penetración
ideológica
En mi opinión, es obvia la
intencionalidad política y de
penetración ideológica que empuja esta decisión. Esto
ya se intentó en otros países con poco
éxito. ¿Acaso por falta de idoneidad? En Italia prescindieron de sus servicios
por “ser costosos y mal preparados”
como declaró el periódico La Nuova Bussola Quotidiana
Vale recordar aquel verso de Neimoller cuando un estado totalitario
(sea de derecha o de izquierda no importa el color porque en la prepotencia se
equiparan) se ensaña con un grupo en particular. Hoy van por unos y al siguiente irán por otros y a la larga irán por
todos.
Demás está decir que se vienen tiempos complicadísimos porque atrás
del virus, cuando tengamos una sociedad diezmada por una economía quebrada, no
sabemos que intentarán imponernos. ¿Vamos
a la destrucción de la clase media, la de los profesionales liberales, los
pequeños empresarios, periodistas,
medios de comunicación, las pymes, en fin, esa gente que asistió a hacer grande
al país?
Hoy son los médicos,
mañana serán los arquitectos o los economistas e ingenieros... no, no es tiempo de hacerse los distraídos, porqué
mañana nadie sabrá a quién le toca. Y cuando vengan a buscarnos, ¿habrá quién
tenga el coraje de enfrentarlos o quién escuche nuestra protesta?
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