sábado, 17 de octubre de 2020

EL MINISTRO COMUNISTA


Buenos Aires, 14 de octubre de 2020

Sr. Director:

Que la democracia como forma de gobierno deja mucho que desear, no es una novedad. Pero ocurre que a veces, en ella ocurren cosas insólitas, contradictorias y hasta diría desopilantes para ponerle un poco de humor a tanto despropósito y sin sentido.

De muy chico siempre escuché a los mayores decir en ambientes antiperonistas (casi gorilas diría yo), que a Perón, por lo menos, había que reconocerle algo positivo. Y ese algo era el hecho de que había salvado a la Argentina del comunismo.

Pasaron los años y la Argentina nunca pudo, porque no quiso, separarse de su destino marcadamente peronista. Y los partidos políticos y los políticos en general, llegaron a  la conclusión excluyente que, para existir en política en la República Argentina, había que ser o decir que uno era peronista y certificarlo cantando la marchita en algún acto partidario.

Así fue que a las filas del peronismo fueron a dar los representantes de todo el espectro político criollo, desde la extrema derecha hasta los de la extrema izquierda violenta y subversiva. Pero siempre permanecía la línea histórica nacional que, de una u otra manera encontraba la forma de marcar las diferencias para no confundir a los seguidores. En tal sentido debe señalarse aquella parte del peronismo tradicional que, en su momento, no sólo se opuso, sino que combatió a la guerrilla subversiva que asoló al país en la década del 70. El famoso discurso del general Perón luego del ataque a los cuarteles de Azul en la provincia de Buenos Aires, es tal vez el ejemplo más contundente de esta posición.

Por entonces las posiciones ideológicas parecían estar bien definidas. De un lado el pueblo tradicional Argentino con un sentir nacional y católico dispuesto a defender junto a sus FFAA ese estilo de vida, y del otro, la guerrilla subversiva, terrorista y marxista dispuesta a alcanzar el poder mediante la violencia para instaurar la patria socialista, internacional y atea. Y ya sabemos que se disputó la lucha a lo largo de una década con un saldo importante de derramamiento de sangre argentina. La victoria militar fue para la Argentina tradicional y Católica. Aparentemente…

Y digo aparentemente porque la subversión logró infiltrarse en los partidos políticos usando las libertades sin límites que la democracia ofrecía con exclusividad a la izquierda y, mediante la guerra psicopolítica, durante los períodos de gobiernos surgidos a partir de 1983, trocó la derrota en victoria. Y hoy en 2020, la subversión está en el poder…!!!

Pero con la variante que, los que antes decían que eran peronistas, ahora se muestran ex profeso, como comunistas… Y apellidos históricos como Cafiero, Gioia, Moyano, sólo por citar algunos, ahora resulta que son todos comunistas.

Y aquí comienzan las paradojas, incongruencias y contrasentidos de esta democracia que no es democracia sino revolución socialista y anticristiana. En efecto, al frente de las FFAA tradicionalmente Católicas y Sanmartinianas aparece de ministro de defensa un mediocre y ridículo comunista para conducirlas hacia no se sabe qué objetivos. Es insólita la situación. Es como si Macri presidiera el kirchnerismo…!!!

Y semejante despropósito jamás puede llegar a buen puerto. Y entonces uno concluye que algo no funciona en la democracia argentina. Claro, no funciona por lo que ya dijimos, no estamos en democracia, estamos en una revolución y la revolución es totalitaria y tiránica. Pero dejando de lado este concepto que todavía mucha gente no alcanza a comprender insisto en que, evidentemente, algo no funciona…

¡Ajá!, y entonces los militares que combatieron a sangre y fuego a esa guerrilla que ahora representa el ministro, ¿qué deben hacer?... ¿Obedecer ciegamente al ministro que es contrario a la escala de valores tradicionales que sustenta el pueblo argentino y que los militares juraron defender en la jura de la Constitución?. ¿Obedecer ciegamente a quien los odia y ha dado muestras acabadas de su falta de respeto hacia las instituciones armadas?. ¿Obedecer ciegamente a quien se fotografía con la bandera comunista y con la foto del “che” Guevara?... Algo no funciona en la Argentina y parece que ningún político, supuestamente opositor o ningún general, brigadier o almirante se lo ha planteado.

En el México de la tercera década del siglo XX, producto de la misma revolución anticristiana que estamos describiendo en la Argentina de 2020, se libró una dura guerra conocida como Cristíada. Allí un gobierno masónico socialista, quiso, como aquí, destruir el orden social cristiano y que los mexicanos católicos que eran el 80% de la población renegaran de su Fe. La guerra duró cuatro años y hubo 500.000 muertos… Y la Virgen de Guadalupe siguió reinando sobre México.

En la España del 36’, ocurrió una guerra civil similar con más de un millón de muertos. La Virgen del Pilar siguió reinando por España.

Hay que avisarle al mediocre y ridículo ministro Rossi de Argentina, a Kristina, al comunista Kichiloff y a todos los seguidores que quieren implementar la revolución rusa de 1917 en la Argentina, que la Virgen de Luján los está mirando… digo, por si les interesa.

¡Por Dios y por la Patria!

Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.

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