CENTRO DE ESTUDIOS SALTA (CES)
SERIE HECHOS Y PERSONALIDADES DE SALTA
NRO. 19: “CAPITÁN DE FRAGATA (PM) SERGIO RAÚL GÓMEZ
ROCA”
Recopilador: Coronel ® Juan Carlos Jones
Tamayo[1]
Miembro del Centro de Estudios Salta (CES)
El Tipal (Salta), 16 de noviembre de 2020
Con la colaboración de Agustín Gómez Roca[2] y del Capitán de Navío IM (RE) Randolfo Luis Agusti Scacchi[3]
Capitán de Fragata (Post Mortem) Sergio Raúl Gómez Roca
Aviso ARA Sobral |
Fotos del capitán de corbeta Sergio Gómez Roca y del cabo principal Mario Alancay |
I. Relato de los sucesos durante la Guerra de Malvinas
El entonces capitán de corbeta Sergio Raúl
Gómez Roca había nacido en la Ciudad de Salta el 7 de junio de 1942 y fue el
comandante de este pequeño y eficiente buque de nuestra Armada que protagonizo
un hecho histórico. Sus datos biográficos se pueden ver a continuación del
relato bélico de lo ocurrido durante la Guerra de las Malvinas en los primeros
días de mayo de 1982 que lo elevo al reconocimiento eterno de los argentinos.
Gómez Roca tomó el comando de esa unidad de
apoyo de combate en el mes de enero de 1982.
El 27 de marzo de 1982, el Aviso ARA
Alférez Sobral, dotado por 49 hombres, se encontraba en su apostadero de la
Base Naval Puerto Belgrano. Sus tareas en la Armada Argentina era llevar a cabo
diversas tareas auxiliares, tales como remolques en el mar, balizamientos,
apoyo a otras unidades y a las zonas costeras. Entonces su Comandante, Capitán
de Corbeta Sergio Raúl Gómez Roca recibió la orden de alistar el buque y zarpar
de inmediato con la tripulación sin conocer la misión.
El 1 de abril fondeó frente a la ciudad de
Río Gallegos. El 11 se traslada a Puerto Deseado para efectuar un
reabastecimiento y luego ocupar posición al oeste de las Islas Malvinas con
tarea de rescate de las tripulaciones de aviones derribados o náufragos y de
baliza radar para guiar aviones de regreso al continente.
Luego de varios días de mantenerse en medio
de esa posición del Atlántico Sur, caracterizado por no tratar confortablemente
a los navegantes; y durante la noche del 01 de mayo, recibieron la misión de
destacarse hacia un punto dato donde debían buscar y rescatar a dos pilotos de
la Fuerza Aérea, tripulantes del avión Camberra B110 de la Fuerza Aérea
Argentina que había sido derribado. Dicha misión fue ordenada desde el Comando
de Operaciones Navales en coordinación con el Comando de Operaciones Aéreas.
La información decía que las balizas del
avión derribado marcaban una zona en el mar al NO de las islas y más de 400 km
del territorio continental a la que arribo el día 2 de mayo el ARA “Sobral” comenzando
el procedimiento de búsqueda y salvamento durante el día y comienzos de esa
larga noche.
En un momento de la noche ya iniciada, del
día 2 al 3 de mayo, fueron sobrevolados inicialmente por un helicóptero Sea
King que se alejó enseguida. Se ordenó cubrir puesto de combate. La
incertidumbre del Comandante y la tensión abordo iban en aumento.
No muy avanzada la oscuridad y sin luces de
ningún tipo abordo, desde el buque se avistaron dos luces lejanas aparentemente
en aproximación por una de las bandas. El Comandante no perdía las esperanzas
de rescatar a los pilotos y había que hacer lo imposible para no dejar
abandonados a dos compatriotas tras las líneas enemigas. Alguno pensó en las
balizas de los pilotos derribados y en el mar.
Pero en esa total oscuridad con olas de más
de tres metros, esas luces de la esperanza se tornaron en luces de muerte. Eran
dos misiles Sea Skua, uno de ellos, impacto al Aviso y provoco daños y heridos.
El teniente de navío Sergio Bazán, el 2do comandante del buque, fue alcanzado
por una esquirla en su pierna y la onda expansiva lo arrojó hacia el centro del
comando. Sólo se sentían ruidos y se veía mucho humo.
Lo explica Fondevila Sancet, otro joven
Guardiamarina de abordo que explica que pensaba "Ahora entramos en la realidad". Realmente era el
bautismo de fuego de un guardiamarina recién egresado de la Escuela Naval
Militar.
El misil hizo impacto y destrozó la lancha de abordo, voló el mástil de señales y hundió parcialmente el baño del personal. Se pueden ver los daños en las fotos siguientes:
Fotografía del puente de mando y del cuarto de comunicaciones en la cubierta inferior que permanece actualmente en tierra en el Museo Naval de la Nación en Tigre (Buenos Aires) |
Gómez Roca, convencido que vendría un segundo ataque, ordeno a todo el personal protegerse en las cubiertas bajas, permaneciendo él en el Puente de Comando, junto con el guardiamarina Claudio Olivieri que era el Oficial de guardia en el puente y el cabo segundo Daniel Tonina, el timonel de maniobra del buque.
El comandante informó por radio el ataque y
recibió la orden del comando superior de poner proa al continente al
verificarse la posición de los buques enemigos. El comandante ante el cambio de
órdenes cambió su rumbo, pero manteniendo en lo posible la misión de búsqueda y
así, con esos daños sufridos que no afectaban su movilidad, continúo navegando
en la noche.
Simultáneamente ordenó prepara su
artillería y ocupar posiciones de combate, su armamento era realmente poco
importante para disparos nocturnos, pero estaba listo a defenderse de otro
posible ataque. Además, enfatizó en desalojar el puente de mando, quedando él,
con los dos marinos nombrados.
Horas después, aproximadamente a 01.20 del
día 3 de mayo apareció otro helicóptero y el comandante ordenó abrir fuego con
el montaje de 40 mm de proa y las ametralladoras de 20 mm, sin lograr ningún
impacto; preparándose para un nuevo ataque, cambió el rumbo por otro que diera
mayor estabilidad al buque para facilitar la puntería.
Ese día 3 de mayo, habían transcurrido
menos de doce horas después del hundimiento del crucero ARA “General Belgrano”; el aviso ARA “Sobral” recibía el impacto de un misil
que entró al Puente de Comando por la banda de babor y explotó en su interior
produciendo las bajas mencionadas.
La destrucción del Puente fue total, incluyendo
el Cuarto de Comunicaciones ubicado en la cubierta inferior debajo del puente
de mando; se produjo un incendio, se quedaron sin luz ni gobierno. Un fuerte
olor inundaba todos los compartimentos. En esa acción murieron además de los
tres heroicos ocupantes del Puente de Comando, el personal que se encontraba
cubriendo el cuarto de comunicaciones; el cabo principal (Equivalente a
sargento) Mario Alancay; los cabos segundos: Sergio Medina, y Ernesto del
Monte, el marinero Héctor Dufrechou y el conscripto Roberto D’errico que
oficiaba de traductor.
Los helicópteros implicados provenían de
los destructores HMS “Coventry” y “Glasgow”
todos ellos posteriormente identificados como del “Escuadrón Aeronaval 826” de la RN los que fueron quienes hicieron
los lanzamientos de los misiles “Sea
Skua” precisos y letales.
Hubo una Comunicado, que fue la Nº 18 del
Estado Mayor Conjunto del 3 de mayo de 1982 expresando: “El Estado Mayor Conjunto comunica que a las 01.30 horas del día de la
fecha fue alcanzado por fuego enemigo el Aviso ARA Sobral, que concurría en
apoyo del piloto de un avión de Fuerza Aérea Argentina, eyectado de su aparato
el día anterior al norte de Puerto Argentino y cuyo equipo radioeléctrico de
señales para rescate lo ubica en esa zona. Como consecuencia del ataque el
mencionado Aviso recibió daños que motivaron la pérdida del enlace
radioeléctrico con dicha unidad.”
El vicealmirante. Juan José Lombardo,
entonces Comandante de Operaciones Navales, expreso en su libro: “…El aviso Sobral llegó al área a las 15.00
del 2 de mayo y comenzó su plan de búsqueda. Pocas horas habían transcurrido
cuando nos llegaron las noticias del ataque al crucero ARA Belgrano, pero
recién hacia la media noche tomamos conciencia de que había sido hundido por
torpedos. Ante esta novedad, y el vuelco de la situación, decidí retirar al
Sobral. Le enviamos el mensaje G.F.H. 030012 de mayo para que abandonara la
búsqueda y regresara a su estación fuera del área de exclusión. La apreciación
fue correcta. Pero el buque a ese momento no nos había informado que horas
antes había sido sobrevolado por un helicóptero que no lo atacó. Luego que fue
atacado el 030026 al ser nuevamente sobrevolado y atacado con misiles de los
que uno impacta en la estructura produciendo daños sin bajas mortales. A partir
de ese momento no tuvimos por 3 dias comunicación con el Sobral…”
“Por
información posterior de la tripulación supe que a aproximarse un nuevo
helicóptero el comandante del buque resolvió responder con fuego antiaéreo y le
lanzan otro misil. El Sobral, seriamente averiado, habiendo perdido a todo el
personal de guardia en el puente de comando, entre ellos a su comandante, en
ese segundo ataque había sufrido nuevas y serias averías que entre otras cosas
lo habían dejado mudo y sin maniobra. Creímos que había sido hundido pues por
varios días no tuvimos noticias de él.
En la
noche del 2 al 3 de mayo pensamos en el comando que habíamos perdido a los 1000
tripulantes del Belgrano y a la dotación entera del Sobral. Al que creímos
también haberlo perdido. Afortunadamente fue una falsa alarma y así del
Belgrano se pudieron rescatar 700 hombres y el Sobral pudo regresar con la
lamentable pérdida de ocho tripulantes, pero salvando al resto y al buque.
Luego
de los dos ataques el heroico pequeño buque de rescate, en medio de la noche
quedó inicialmente sin capacidad de gobernar sus máquinas ni los generadores
eléctricos por la pérdida de todos los sistemas de control.
La
situación a bordo era muy difícil entre los hierros retorcidos, incendios a
controlar, sin luz, con 8 muertos y varios heridos; sin energía eléctrica y sin
timón, en esa oscuridad total y con un mar embravecido; la dotación comenzó a
recuperar la energía y el control del pequeño buque guiados por el histórico
espíritu de lucha de la Armada y el ejemplo de su Comandante caído a la
cabeza.”
El 2do. Comandante, teniente de navío
Sergio Bazán quien, desde ese momento, se convertía en el Comandante de la
nave, relató: “…no hubo más víctimas
gracias al Comandante que, luego del primer ataque, había ordenado que
permanecieran en el puente de mando y las armas sólo la dotación indispensable;
el resto quedó bajo cubierta… La decisión de Gómez Roca salvó muchas vidas…”
A órdenes Bazán (quien había sido herido en
el primer ataque), y con gran despliegue de toda la tripulación lograron poner
el buque en movimiento y al no tener comunicaciones de ningún tipo, ni sistemas
de navegación o guía por la destrucción sufrida, navegaron por estima
orientándose por el sol y cuando era posible por las estrellas en la inmensidad
del mar y con nieblas persistentes mientras que en las embarcaciones de
salvamento del buque se fueron activando rotativamente las pocas balizas de
socorro que cubren una frecuencia internacional de mediano alcance.
Finaliza el relato el vicealmirante Juan J.
Lombardo expresando: “El 4 de mayo al
medio día se tuvo un primer contacto con el Sobral a través de una radio
costera del sistema operado por civiles y militares como “observadores del mar
y aire”, que escuchó sus señales de emergencia. Luego de esa detección, el
día 5 un avión “Fokker F-27” de la
Fuerza Aérea Argentina (FAA) descubre al Aviso, el cual no responde los
llamados de radio al ser sobrevolado por lo que se envió desde Puerto Deseado
un helicóptero civil, al servicio de la FAA, el cual tomó contacto con el aviso
y procedió a evacuar a tres heridos graves.
Se ordenó salir en su búsqueda al buque de
desembarco ARA “San Antonio” que
estaba en Puerto Deseado, a una lancha de la Prefectura Naval y al destructor
ARA “Py” que volvía del frustrado
ataque naval argentino del 2 de mayo por falta de viento para lanzar los
aviones de nuestro portaaviones.
Con esas informaciones el ARA “San Antonio” se encontró con él a 14.00
horas. Cuando este buque en apoyo quiso pasar remolque el 2do. comandante a
cargo del aviso Sobral rechazo ser remolcado y finalmente entro a Puerto
Deseado, por sus propios medios.
Así arribaron a puerto, salvando su buque,
con gran pena y mucho orgullo los sobrevivientes formados en rol de honores y
con la Bandera de Guerra izada en lugar improvisado, rindiendo un sentido
homenaje a los ocho miembros de la dotación muertos en el combate.
Pasaron los años. En una oportunidad en que
el ARA “Alférez Sobral” estaba
anclado en Ushuaia, y era posible visitarlo, un inglés subió a bordo. Antes de
descender, dejó escrito en el libro de visitas: “Me complació visitar esta hermosa nave con un espíritu de amistad y
como señal de respeto a los valientes hombres que tan bien sirvieron a su país
en el ARA “Alférez Sobral” en 1982”. El visitante era el almirante inglés,
ya retirado, Paul Hoddinott, quien en la guerra de Malvinas era el comandante
del destructor Glasgow, de donde despegaron los helicópteros que habían
protagonizado el ataque.
II.
La personalidad del Capitán Sergio R. Gómez Roca
Cabe recordar que tanto el entonces capitán de corbeta Gómez Roca y el cabo principal Alancay eran salteños.
Capitán de corbeta Sergio Raúl Gómez Roca, guardiamarina Claudio Olivier y cabo principal Mario Rolando Alancay
Foto actual del entonces Banco Español del Río de la Plata en Salta |
Ingresó a la Escuela Naval Militar el 04 de
febrero de 1958, egresando como guardiamarina, con orden de mérito 6to. entre
sus compañeros de promoción, la Nro. 90.
Siendo cadete tuvo el honor de recibir del
gobierno español la condecoración Orden al Mérito Naval de Primera Clase en una
comisión a ese país acompañando con otros cadetes al Presidente Frondizi para
la primera inauguración en Madrid al Monumento al general José de San Martín.
Un compañero que compartió el primer año de
oficial dice de el: “… Sergio era un
excelente compañero, abierto y de confianza plena en todo lo que podíamos conversar.
Más que Colaborar nos ayudábamos, porque muchas cosas nos resultaban difíciles.
Como
aspecto saliente de Sergio, recuerdo que me sorprendía y me admiraba del orden
y la prolijidad con que llevaba todas sus cosas, ficheros, registros y
horarios. Era un hombre que cultivaba el método responsable y la serenidad para
asumir sus obligaciones.”
En 1965, casi dos años después de recibirse, se casó con Juana Rubí Ferrer, su novia desde sus años de cadete naval.
Fue orientado en Máquinas y en 1967 se capacitó
también como oficial de salvamento y buceo y, años después, tras aprobar el
curso de aplicación para oficiales y rendir satisfactoriamente varios cursos de
especialización, fue ascendido a Capitán de Corbeta el 31 de diciembre de 1977.
A fines de 1981, luego de 27 años en la
Armada, se le asignó el comando del aviso ARA Alférez Sobral, una de las
unidades que más millas navegaba al año y de larga tradición en la Armada
Argentina. A fines de abril de 1982, durante la guerra por las Islas Malvinas,
fue destacado a socorrer a los pilotos de aviones derribados en combate que
habían caído en el Atlántico Sur.
Durante el cumplimiento de esta misión, el 03 de mayo, su buque fue atacado por un helicóptero británico artillado con misiles, soportando una primera salva que provocó destrozos materiales. El capitán Gómez Roca ordenó que la tripulación se pusiera a resguardo, quedando él en el puente de comando con un grupo reducido de guardia; pero un misil los impactó directamente, cayendo él y los que lo acompañaban en el puesto de Comando.
El Aviso ERA Sobral al arribar al continenteContinúa
el relato sobre el capitán de fragata Sergio Raúl Gómez Roca
El capitán Gómez Roca fue condecorado con
la Medalla al Muerto en Combate y ascendido post mortem (P.M.) a capitán de
fragata. Fue el primer comandante argentino, en morir en su puesto de mando por
acción de guerra frente al enemigo, en un conflicto internacional del Siglo XX.
Además, Sergio Raúl Gómez Roca fue
declarado héroe nacional por la ley 24 9503 promulgada el 03 de abril de 1998,
y modificada por la ley 25 424 promulgada el 10 de mayo de 2001, junto con
otros combatientes argentinos fallecidos en la guerra de las Malvinas.
La península Gómez Roca en la isla Gran Malvina y en reconocimiento a su entrega, la Armada Argentina ha bautizado con su nombre a la sexta y última Corbeta de la serie MEKO 140, la corbeta ARA Gómez Roca (P-46)[6].
Aviso ARA Teniente Olivieri[7]
Tenía una personalidad muy particular que combinaba seriedad y formalismo con ocurrencias humorísticas lo cual le permitía atemperar situaciones complicadas.
En una publicación titulada Rumbo al Mar,
editada por la Promoción 90 de la Escuela Naval, se dice: “Sergio era una persona chiquita de tamaño y grande de voluntad, valor
y amor por la entrega, todo esto lo sabía; pero no sabía que la Historia le
tenía reservado un lugar de honor.”
Sus hijos, Paula, Agustín e Ignacio lo recuerdan muy cariñoso, con una permanente preocupación para que estudiaran, pero también para que se distrajeran, participando él muchas veces de esos juegos o entretenimientos. Su familia y amigos aún conservan sus escritos en prosa y poesías con los que se entretenía en cada oportunidad que encontraba. Era muy afecto a la lectura y la numismática, también realizaba traducciones inglés-castellano, que sirvieron en su momento para reforzar los tradicionales magros salarios de los militares.
Capitán de corbeta Gómez Roca con su uniforme de diario de verano[8]
Prosiguiendo con la epopeya vivida por el
ARA Sobral y su tripulación, se recuerda que poco antes del 02 de abril de
1982, ese buque había sido destacado a puertos del sur patagónico y navegando
allí se tomó conocimiento de la “Operación
Rosario”[9]. Una semana
después se encontraba en Puerto Deseado (Santa Cruz) esperando ser enviado a
ocupar una posición entre Malvinas y el continente.
Justamente el día que arribaron a ese
puerto, la esposa de Gómez Roca le comunicó por teléfono la gran noticia de que
estaban esperando el cuarto hijo[10].
Al capitán Gómez Roca se le han rendido homenajes en establecimientos educativos de Salta y Corrientes, la Plaza de Armas de la Flota de Mar (Puerto Belgrano, Buenos Aires) y una de las corbetas de la Armada Argentina, entre otros, lo honran. También existe un Monolito en Puerto Deseado (Santa Cruz), la Escuela capitán de fragata Sergio Raúl Gómez Roca en General Güemes (Salta), una calle en Yerba Buena (Tucumán), otra en el puerto de Comodoro Rivadavia (Chubut) también lleva su nombre.
Cenotafio en Puerto Deseado y la actual Corbeta ARA “Gómez Roca” navegando atrás
Busto de Gómez Roca en Puerto Belgrano |
Cabo principal Mario Rolando Alancay
Cabe recordar que, de los 34 caídos
salteños en la Guerra de Malvinas, 23 murieron en el hundimiento del crucero
General Belgrano.
Así, Salta continúa ofreciendo sangre de
sus entrañas en defensa y grandeza de la Patria desde 1810 en su histórico
discurrimiento azul y blanco, incluyendo la Guerra de la Independencia, las
tres guerras exteriores[11]
la Campaña del Desierto, la del Chaco, la Guerra contra la Subversión y
Malvinas.
1.
Carta escrita por Gómez Roca a
su esposa el día que zarpó para su destino de gloria
2.
Relatos de dos capitanes de
navío respecto a la preparación profesional de Sergio Gómez Roca
3.
Alocución en el responso en la
iglesia de la base naval de Puerto Belgrano.
4.
Palabras de Agustín Gómez Roca,
hijo del héroe, en un homenaje al ARA “Sobral”
en Mar del Plata el 3 de mayo de 2012.
Bibliografía
y otras fuentes
· https://es.wikipedia.org/wiki/Sergio_Raúl_Gómez_Roca
·
https://gacetamarinera.com.ar/homenajearon-al-capitan-de-fragata-gomez-roca-en-puerto-deseado/
·
www.centronaval.org.ar/boletin/BCN833/833-HEROES-GOMEZ-ROCA_R
·
https://es.wikipedia.org/wiki/ARA_Gómez_Roca_(P-46)
·
Armada Argentina, promociones
egresadas de la Escuela Naval Militar entre los años 1879 -2014.
·
“Rumbo al mar”, editada por la Promoción
90 de la Escuela Naval Militar.
·
Testimonios verbales de
compañeros de Gómez Roca.
·
Testimonios verbales de
familiares de Gómez Roca.
ANEXO 1 CARTA ESCRITA A SU ESPOSA EL DIA QUE ZARPO PARA SU DESTINO DE GLORIA
Puerto Deseado, Sábado de Pascua 10 de
abril de 1982
Querida esposa mía Juana:
Hace un rato que hablé por teléfono con vos
y recibí la asombrosa y maravillosa noticia que estamos esperando el hijo
número cuatro.
Aparte del impacto por lo inesperado,
realmente estoy muy pero muy contento, Sabe Dios Cuan bienvenido será.
Me preocupa como tomarán los chicos la
noticia, sobre todo Ignacio que dejará de ser el regalón, creo que le hará muy
bien.
Evidentemente, todo este asunto de las
Malvinas significará un cambio fundamental para el país, termine como termine,
y creo que influirá en todas nuestras vidas. ¡Sabe Dios lo que nos tiene
reservado, tanto de penas y sacrificios como del fugaz resplandor de la gloria!
Aprovecho que el Cap. Olveira viaja mañana
a Puerto para enviarte estas líneas, así que si Dios quiere las leerás el
domingo 11.
Creo que el miércoles zarpamos para una
tarea que todavía desconozco. No sé de qué se trata ni si es peligrosa o no,
pero quiero que sepas que todos vamos dispuestos a cumplir con nuestro deber
hasta la última gota de sangre y esto no es literatura, es lo que sentimos y es
lo que vamos a hacer. Siempre dije que una muerte gloriosa dignifica y enaltece
una vida mediocre y a lo mejor ésta es la oportunidad de demostrarlo, además si
uno está preparado, morir es en realidad empezar a vivir para toda la
eternidad.
No quiero dramatizar, lo más probable es
que no nos suceda absolutamente nada, pero la posibilidad existe.
Acabo de escuchar en la radio que fracasó
la misión de Haig, así que habrá que darles a estos ingleses como hace 176
años, miedo no les tenemos.
Buena oportunidad es ésta para reflexionar
sobre lo que uno ha hecho de su vida, y entonces me doy cuenta que no he hecho
nada que realmente me costara un esfuerzo, espero tener la oportunidad de
subsanar este error.
A mi adorada princesita Paula solo habría
que decirle que, si logra ser como su madre, ya estará entre las elegidas.
Agustín es tan noble y puro que me asusta,
pero sé que tiene virtudes que aún no han aparecido.
De Ignacio solo puedo decirte que mi mayor
anhelo es ser digno de la admiración que tiene por su padre (¿Qué habré hecho
yo Dios mío para merecerla?).
Esta carta no es la última ni mucho menos,
estoy seguro por sobre todas las cosas que Dios y la Virgen (de la medalla
Milagrosa) nos protegerá, pero igual quiero que sepas que si algo soy, si algo
valgo, si algo tengo, se debe exclusivamente a vos, a tu fortaleza, a tu
carácter y a tu amor, poco demostrado exteriormente pero profundamente sentido,
en fin, no sé qué más decirte.
Como se llamará, el bebe no tengo aún
pensado nada. ¿Vos pensaste algo? Los chicos tendrían que opinar.
Te imaginas que con todo esto, no sé cuando
voy a ir a Ushuaia, ni cuando voy a estudiar para la Escuela de Guerra, en fin,
Dios dirá.
Bueno mi amor, un beso muy grande para
todos.
-----------------------------------
ANEXO
2 Relatos de dos Capitanes de Navío, de vasta experiencia naval, respecto a la
preparación profesional de Sergio Gómez Roca
Sergio
Gómez Roca, siendo Guardiamarina prestó servicios
en el Aviso ARA “IRIGOYEN” con base
en Ushuaia en 1965. Era época de fricción con Chile en aguas del canal de
Beagle, con frecuentes cruces con torpederas chilenas y destrucción/reposición
de balizas en el islote Snipe.
Participó de la Campaña Antártica de Verano
cumpliendo las múltiples tareas ya descriptas. Parte de la tripulación del
IRIGOYEN eran marineros de mala conducta que no tenían lugar en la Compañía de
Disciplina que funcionaba en la Base Naval y entonces eran destinados al buque.
Es importante señalar que el espíritu de
buque que crecía en los Avisos modificaba la conducta de estos indisciplinados
marineros que se convertían eficientes tripulantes. Esta experiencia antártica
ganada en el IRIGOYEN le resultó muy útil a Sergio cuando, con el grado de
Teniente de Navío, fue destinado al Transporte Bahía Aguirre y participó en la
Campaña Antártica de Verano. Al regresar soportaron un fuerte temporal que los
obligó a aligerar la carga por la inundación de la bodega de proa, actividad
encomendada a Sergio por su capacitación de salvamentista.
Nos
cuenta el Capitán de Navío (RE) Rodolfo Hasembalg
que los pases para el año 1982 a destinos operativos y los comandos, fueron
adelantados al mes de diciembre, en lugar del clásico traslado de marzo En esa
circunstancia se encontró con Sergio en Puerto Belgrano y pudieron juntarse en
varias oportunidades a conversar, siendo por supuesto el tema principal el
hecho de SER COMANDANTES, designación que desde la Escuela Naval consideraban
que era la mayor aspiración de los Oficiales de Comando.
Sergio había tenido una vasta activad
embarcado, primero en el Aviso ARA “IRIGOYEN”,
en la época de graves diferendos en el Beagle con nuestros vecinos, y donde los
Avisos se convertían en la presencia de la voluntad argentina en las aguas del
sur.
En ese pequeño pero bravo navío también
participo de la campaña Antártica y tareas de balizamiento y reparación de
balizas en el duro y accidentado litoral marítimo. En un año había adquirido
una experiencia en el mar y en la toma de decisiones que lo destacaba.
Relato
efectuado por el Capitán de Navío RE Carlos Zavalla: Cuando se asignaron las Orientaciones en las que nos teníamos que
especializar, Sergio fue designado en Maquina, Propulsión. Como en ese entonces
estaba en vigencia el Cuerpo Único, es decir que independientemente de la
Especialización Básica, se podía elegir seguir perteneciendo al Cuerpo de
Comando.
Sergio
Gómez Roca no lo dudó y siguió en el Cuerpo
Comando, alternando entonces puestos de cubierta y de máquinas, lo que lo
convirtió en un oficial totalmente completo en su formación y por supuesto,
bien preparado para el comando gracias a su perseverancia y voluntad de
trabajo.
Pero para él, eso no era suficiente. Quería
saber más de su nuevo buque, Saber todo y no dudaba en preguntar.
Y teniendo en cuenta que su compañero
Rodolfo Hasembalg había sido Segundo Comandante de un buque gemelo al “Sobral” y como tal conocía bastante
bien los detalles de las maniobras de un Aviso tales como el remolque en el
mar, la maniobra de blancos para remolque de tiro de la Flota, la maniobra de
timón roto, cosa poco habitual pero que había sucedido en su buque cruzando el
Estrecho de Lemaire, y cuanto detalle más pudiera aprender de la experiencia ajena.
Gómez
Roca, conocía su buque a la perfección y cuando
salió a su primera Misión, estaba preparado intelectual y emocionalmente en
forma extraordinaria. Los que lo conocimos podemos dar Fe de ello.
Cuando me entere de su actitud, tanto en salir de inmediato a la búsqueda de los camaradas derribados en el medio de la Flota Británica, como en el combate posterior, defendiendo con honor su pequeño buque y su muerte en el Puente de Comando, entendí como nunca antes un pequeño párrafo del Manual del Cadete Naval, que habíamos leído 25 años antes y que decía… “el momento que un soldado entrega su vida en holocausto a su nación, es una Hora Santa…” Sergio Gómez Roca lo había hecho, con honor y coraje, como debe ser un Comandante y así es como debemos recordarlo.
Anexo
3 Alocución en el responso en la iglesia de la base naval de Puerto Belgrano
Sergio
Gómez Roca: esta hora en que vivimos, nos enfrenta
vertiginosamente con la realidad…y más precisamente con la realidad de tu
ausencia. Es momento de balances y de interpretar nuestro verdadero destino…es
momento de justificar nuestra vida y de justificar nuestra muerte.
Nos unen innumerables circunstancias, en
las que hubo dolores, alegrías, logros, éxitos y fracasos; en fin, nos une una
vida en común en la que nos formamos para ser lo que somos.
Tu imagen, tu cara redonda, tus ojos
celestes y tu comentario jocoso, …nos recordarán al hombre bueno, al camarada
leal. No haré un listado de virtudes, no te voy a idealizar, eras un hombre
como nosotros, de carne y hueso.
Pero llegó tu momento supremo; esa obscura
madrugada del 3 de mayo fuiste el primero entre tus hombres. los llevaste con
paso seguro a cumplir con su deber…
Allí tu talla se eleva a la de aquellos
épicos capitanes, los que, como vos, cayeron en el puente de sus buques.
Allí, cobró su máximo sentido para vos,
otro momento que compartimos un lejano 20 de junio de 1958, cuando nos
comprometimos ante dios y la patria a “seguir
constantemente a su bandera y defenderla hasta perder la vida”.
Nos has iluminado el camino, creemos estar
preparados en cuerpo y espíritu para seguirte, si las circunstancias lo
requieren.
No te defraudaremos, sabemos porque y para
que estamos dispuestos a morir en esta ya… gloriosa gesta.
Has tenido el privilegio de ser uno de los
héroes que, como precio histórico, han caído defendiendo la dignidad nacional.
Tu familia, nuestra familia, desgarrada por
tu ausencia tendrá el puntal que significa tu ejemplo.
Tu mujer, tus hijos tendrán hoy y siempre
un norte seguro de hidalguía y honor.
La promoción 90 te despide de esta vida
terrena, por la que ya has dejado de transitar, para subirte al pedestal de la
gloria, tu gloria, que permite, que la hagamos orgullosamente nuestra.
Querido Sergio Gómez Roca: con tu vida y
con tu muerte has justificado tu destino. Dios quiera que podamos justificar el
nuestro. DESCANSA EN PAZ.
(de
un compañero de Promoción de Gómez Roca)
-----------------------------------
ANEXO 4
PALABRAS DE AGUSTIN GOMEZ ROCA 03-05-2012 EN UN
HOMENAJE AL ARA “SOBRAL” EN MAR DEL
PLATA 3 DE MAYO DE 2012
En Puerto Belgrano, el 2 de abril de 1982,
nos despertamos con la noticia (por los medios) que habíamos desembarcado en
Malvinas. Esa no era una noticia más, ese día había cambiado el futuro de
todos, estábamos en pie de guerra.
Yo tenía 14 años, la verdad es que no
entendía mucho lo que pasaba, no sabía cómo asimilarlo, la veía preocupada a
mamá, pero no entendía por qué, yo siempre pensaba que cuando esto termine,
papá volvía y listo, como si nada.
Luego recibimos una carta de papá en la que
nos explica que le asignaron una tarea que podía ser peligrosa y contemplaba la
posibilidad de no volver con vida. Muchos años después, releí esa carta y
empecé a entender; les leeré el párrafo que considero central:
“…creo
que el miércoles zarpamos para una tarea que todavía desconozco. no sé de qué
se trata ni si es peligrosa o no, pero quiero que sepas que todos vamos
dispuestos a cumplir con nuestro deber hasta la última gota de sangre y esto no
es literatura, es lo que sentimos y es lo que vamos a hacer. siempre dije que
una muerte gloriosa dignifica y enaltece una vida mediocre y a lo mejor ésta es
la oportunidad de demostrarlo, además si uno está preparado, morir es en
realidad empezar a vivir para toda la eternidad…”
Quiero destacar varias cosas:
Mi padre no hablaba por sí mismo, sino que
expresaba el sentimiento de toda la tripulación. ¡Hacía realidad en carne propia
aquel “si juro!” gritado en tiempos
de paz.
No buscaban su gloria, sino cumplir con una
misión, anteponiendo la obediencia y la lealtad, inclusive a sus propias vidas.
Y al hablar de una vida mediocre,
claramente está diciendo que nadie es suficientemente bueno ante Dios.
Todos estos valores parecen obvios para
quienes juraron defender con su vida el honor de nuestra patria y nuestra
bandera, pero no lo son para el resto de la gente.
Es por eso que en este aniversario me
siento en la necesidad de resaltarlos para que todos y cada uno de nosotros
aprendamos a seguir su ejemplo; y cuando volvamos a hablar en plural, vamos a
recordar que no estamos solos y todo lo que hacemos tiene que ser en beneficio
de todos, especialmente para nuestros hijos.
Cuando hagamos realidad en nuestras vidas
el “si juro” que alguna vez todos
gritamos nos podremos deshacer de la esclavitud de la cultura del reclamo, para
volver a la cultura de la entrega propia por el bien del prójimo.
Cuando no busquemos nuestra gloria, sino
cumplir nuestra misión en la vida, habremos por fin corregido el rumbo.
Y, por último, cuando nos demos cuenta que
en realidad no somos tan buenos delante de dios, habremos comenzado en esta
vida el camino de la perfección que termina indefectiblemente en la vida
eterna.
Quiero destacar, por último, aunque también
parezca obvio, que no solo fueron héroes los que lucharon en Malvinas
independientemente que hayan vuelto con vida o no.
Y
todo aquel que viste un uniforme de alguna de las fuerzas armadas y de
seguridad ya ha ofrecido su vida por la patria y a aquel que sepa mantener su
juramento, dios le dará la gloria.
Muchas gracias.
[1] Salteño e integrante de la Promoción 93 “Mayor Viola – Mayor Keller” del Colegio Militar de la Nación, equivalente a la Promoción 90 de la Escuela Naval Militar, a la que pertenece el salteño Capitán de Fragata Gómez Roca.
[2] Hijo del Capitán de Fragata Gómez Roca.
[3] Integrante de la Promoción 90 de la Escuela Naval Militar
[4] Punto desde donde comienzan las operaciones sobre algo en
particular.
[5] Relato del hermano del héroe, capitán de navío Raúl Ernesto Gómez
Roca.
[6] La ARA Gómez Roca es parte de la clase MEKO-140A16 Batch 2 (tipo de nave) juntamente con otras cinco como son la ARA Espora; ARA Rosales; ARA Spiro; ARA Parker; ARA Robinson y la ARA Gómez Roca. El Gobierno de Argentina aprobó la construcción con el Decreto 2310/79 del 01 de agosto de 1979. La construcción de la Gómez Roca se inició el 07 de junio de 1983 y su botadura fue el 14 de noviembre de 1983.
[7] Asignado a la Armada en noviembre de 1987. Reacondicionado en el
Quality Shipyard de Hourma, Louisiana (EE.UU.) – astillero donde había sido
construido en 1981 con el nombre de Marsea 10–, afirmó nuestro Pabellón a su
bordo el 1º de octubre de 1987 y zarpó hacia el país el 13 de febrero de 1988,
arribando a la Base Naval Puerto Belgrano. Es el primer buque que lleva este
nombre en la Armada Argentina, en homenaje al Guardiamarina Olivier.
[8] Colaboración de un compañero de promoción de la Escuela Naval Militar de Gómez Roca.
[9] Nombre de la operación de recuperación de las Islas Malvinas.
[10] Ya tenían tres: María Paula, de 17 años; Agustín, de 16 e Ignacio,
de 8.
[11] Con Brasil, Confederación Perú – Bolivia y Triple Alianza.
Estando destinado en Comodoro Rivadavia durante el conflicto, La primera detección de señales del aviso Sobral, se escucha en la estación costera Cómodo Rivadavia a donde concurrí y escuché las confusas señales e informé al en entonces Comando de Operaciones Navales en Puerto Belgrano.i
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