Las raíces de esa revolución cultural pueden ser rastreadas sin mayor dificultad, y de hecho ya han sido expuestas aquí mismo en otras oportunidades.
Hace años sosteníamos ya las peligrosas
coincidencias de lo conocido como el “Decálogo
de Lenin”[1]
con la actualidad de nuestro país. Baste decir ahora que ese decálogo, algunas
veces con pequeñas diferencias, tiene total vigencia. Nunca el comunismo lo dejó
de aplicar, unas veces más evidentes y agresivas que otras, pero siempre fue
continuado en el tiempo y pese al signo político del gobierno de turno.
El origen más claro está en un contemporáneo de Lenin, el teórico italiano Antonio Gramsci[2], creador del Partido Comunista de ese país. Gramsci, desde la cárcel (8 de noviembre de 1926 - 21 de abril de 1937) desarrolló el concepto de que la toma del poder debe ser precedida por un cambio de la mentalidad de las personas. Con esta nueva visión, los intelectuales se convirtieron en combatientes. La enseñanza se convirtió en el arma más importante, y la escuela en el campo de batalla. En sus “Cuadernos” fijaba como objetivos claros a conquistar:
I. La educación
II. La cultura.
III.
Los derechos humanos.
I. No hay duda de que la educación en nuestro país se está volviendo cada vez más “gramsciana”, donde los alumnos (militantes inconscientes hoy, pero que lo seguirán siendo en el futuro, ya que son adoctrinados) “no deben pensar, sólo sentir y ejecutar”. Todo se encamina desde lo puramente emocional. Así, las víctimas aparecerán como victimarios y los transgresores de la ley como “víctimas del sistema”. Las huelgas “por derechos no respetados” provocan que cada vez haya menos clases en las escuelas, colegios y universidades. Los jóvenes entienden entonces nada más el hecho de que el consumismo es lo imperante y que las personas son los sujetos y objetos de ese consumo.
Para el “gramscianismo” el poder discernir, aprender a escuchar, a observar y decidir en forma individual, debe ser combatido y/o eliminado.
II. En el área de la cultura, siempre difusa y permanentemente acosada, se trata de destruir los valores y reactualizar el concepto de Karl Marx de que “la religión es el opio de los pueblos”. Así será más fácil “arrearlos”.
Hoy aparecen posturas o ideas que confunden y se dan en todos los ámbitos, (educación, cultura, ciencia, salud) hasta en una “Justicia Legítima” y sus sostenedores que son seguidores de corruptos o de mesiánicos líderes.
Claro ejemplo de ello es ver lo que pasa en nuestro país con el himno nacional, pocos son ya los que conocen su letra. En las canchas de futbol la “masa” sólo tararea, cual batucada, su introducción. Sin duda, estamos caminando orgullosamente hacia atrás. ¿Hasta cuándo?
Gramsci hablaba de dominar los medios de comunicación (y sólo existía entonces la radio, los diarios, libros y poca gente sabía leer). Ahora esta fase se ha multiplicado y avanzó tanto que es difícil su control. Cada día aparece algo nuevo que presenta esta etapa, el abuso de niños, de mujeres, el cambio de sexo, el matrimonio “igualitario”, la droga, la despenalización del aborto, etc. e impera la idea de que el esfuerzo y el trabajo no son necesarios. Sólo importa el “tener y de cualquier forma”. Para ello el exigir asistencia, pero sin esfuerzos, es lo que los nutre y refuerza.
“En este paso al siglo XXI, estuvo y está signado por la revolución comunicacional que con las nuevas tecnologías alcanzó niveles impensados. Con ello, la globalización borró fronteras y jurisdicciones territoriales a no pocas instituciones, que veían desvanecer su poder de control sobre la formación de las conciencias”[3].
Y hoy todo sigue igual, quizás cambió en algo la forma, pero no su objetivo principal: Conquistar el poder a cualquier precio y de cualquier forma.
Pero al “Decálogo de Lenin” y a las enseñanzas de Gramsci, deben sumarse el accionar de la llamada “Escuela de Frankfurt”[4] y del “Foro de San Pablo”[5]. Sólo basta dar un vistazo a internet para comprobar los fines que este “foro” persigue (sería el continuador de la OLAS[6].
Por su parte, la “Escuela de Frankfurt” buscaría afianzar el marxismo gramsciano, es decir la “revolución cultural”, esa que buscaba transformar y disolver la Europa Cristiana. Recordemos cuáles son algunas de las pautas de esta “escuela”:
a. Fomentar la desintegración familiar.
b. Hacer depender a los ciudadanos del Estado o de los beneficios de éste.
c. Mantener un sistema legal desacreditado, con prejuicios contra los sectores delictivos.
d. Promover el vaciamiento de las Iglesias.
e. Promover las migraciones para destruir la identidad (perder el sentido de pertenencia).
f. Fomentar la destrucción de la autoridad en los establecimientos educativos de todos los niveles.
g. Sustentar la invención del “delito social”.
h. El cambio continuo para crear confusión, entre otras normas.
Esto nos puede parecer escrito en la actualidad, pero lo fue en el siglo pasado, aunque hoy está vigente en toda Latinoamérica.
Cabe recordar que la expresidente Fernández de Kirchner, en Córdoba junto a su secretario de Cultura, firmó acuerdos con la “Escuela de Frankfort”. Acción apoyada por las autoridades de entonces de la Biblioteca Nacional y el Sindicato Unificado de Docentes de Córdoba.
Por otra parte, y en relación al “Foro de San Pablo”, Andrea von Roth[7], economista y defensora de las “Ideas de libertad”, en enero de 2016 escribía sobre el “Plan Comunista / Socialista del Foro de San Pablo para América Latina”. Von Roth, sintetizando, decía:
1ra
Etapa. Implementación de un Gobierno Populista
mediante: Asistencialismo, “sembrar
votos” (subsidios, planes de emergencia, etc.). Aumento de cargos públicos
(un empleo representa 3 o 4 votos). Aumento de salarios y jubilaciones (aún sin
aportes son jubilados). En los medios de comunicación dar lugar a la oposición.
Persecución a las Fuerzas Armadas y de Seguridad. (¿Perseguir a quienes
derrotaron a la subversión?). Persecución mediática y judicial. Corrupción.
Discriminación de los DD.HH. Desvalorización de los símbolos patrios y creación
de nuevos símbolos (¿los pañuelos blancos?) Aumento de la delincuencia.
Inmunidad en hechos delictivos. Ocupación de fábricas no operativas y tierras
fiscales o privadas.
La 2da Etapa. Consolidación de ese nuevo sistema.
La 3ra Etapa. Creación de un Estado Comunista.
“No se puede olvidar que el Foro de San Pablo permanentemente reivindica los movimientos terroristas ocurridos en Sud América en los años "70". Tampoco se puede olvidar que su actual estrategia en Sud América es la mencionada "Guerra sin Tiempos", y que casualmente en su última reunión, celebrada en Nicaragua, recomendó potenciar en nuestro continente los movimientos indigenistas.”[8].
Teniendo en cuenta lo que dijo algún poeta, eso de que "Con la verdad no temo ni ofendo”, repasemos la situación de nuestro país a la luz de lo expuesto en este escrito y veremos cómo al analizar los cambios de valores en nuestra sociedad cobra actualidad la letra de “Cambalache”, tango compuesto por Enrique Santos Discépolo en el año 1934: "hoy resulta que es lo mismo, ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro, generoso, estafador... -Todo es igual!, ¬Nada es mejor! Lo mismo es un burro que un gran profesor".
El RP Santiago Martín FM. (Madrid), en su
Homilía del 27 de mayo de 2018 tenía razón cuando, en forma vehemente, decía
desde el pulpito “Tiempos complicados, sensación de incertidumbre, la sensación
es caótica, creo que avanzamos, orgullosamente hacia atrás”.
“SOLDADO, NUNCA TE ARREPIENTAS NI PIDAS PERDÓN POR DEFENDER A
LA PATRIA”.
[1] Obra atribuida a Lenin, pero no confirmado fehacientemente que
fuera de éste. El “decálogo” se
refiere a 10 tácticas para hacerse con el poder en cualquier Estado y en
cualquier época.
[2] Cerdeña (Italia), 22 de enero de 1891 - Roma, 27 de abril de 1937.
[3] “El nuevo rostro de la
revolución” de Felipe Hipólito Medina. Diario “El Tribuno”. 21 DE ABRIL 2018.
[4] Se le llama “Escuela de
Frankfurt” a un grupo de investigadores que se adherían a las teorías de
Hegel, Marx y Freud y cuyo centro estaba constituido en el Instituto de
Investigación Social, inaugurado en 1923 en Fráncfort del Meno. También se les
considera representantes de la teoría crítica que allí se fundó.
[5] El Foro de São Paulo es un foro de partidos y grupos de izquierda
latinoamericanos, fundado por el Partido de los Trabajadores de Brasil en San
Pablo en 1990. De acuerdo con sus fundadores, el Foro fue constituido para
reunir esfuerzos de los partidos y movimientos de izquierda, para debatir sobre
el escenario internacional después de la caída del Muro de Berlín y las
consecuencias del neoliberalismo en los países de Latinoamérica y del Caribe.
En el momento de su fundación en 1990 el único miembro que ejercía el poder
ejecutivo en un país soberano era el Partido Comunista de Cuba. En Argentina,
los miembros de este Foro son: Frente Grande, Frente Transversal Nacional y
Popular, Movimiento Evita, Movimiento Libres del Sur, Partido Comunista.
Partido Comunista Congreso Extraordinario, Partido Comunista Revolucionario,
Partido Humanista, Partido Intransigente, Partido Obrero Revolucionario Posadista,
Partido Socialista, Partido Solidario y Unión de Militantes por el Socialismo.
[6] La Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) fue una
organización creada en agosto de 1967 en Cuba, compuesta por diversos
movimientos revolucionarios y antiimperialistas de América Latina que, en mayor
o menor medida, compartían las propuestas estratégicas de la Revolución Cubana.
Fue la organización encargada de coordinar los movimientos guerrilleros
comunistas en América.
[7] Preside el Centro de Estudios Estadounidenses, un “think tank” chileno orientado a la
Defensa de las Ideas del Liberalismo Clásico, y las Ideas de los Padres
Fundadores de los Estados Unidos de América.
[8] De “La Guerra sin Tiempos”.
Inédito.
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