por Enrique Guillermo Avogadro
"Hoy no basta con contar la verdad.
Hay que destruir las mentiras".
Javier Cercas
Los regímenes democráticos en el mundo
tienen infinidad de formas diferentes, pero hay uno en especial que me produce
envidia: el británico. Se trata de un sistema parlamentario, muy lejos del
presidencialista que nos rige y, sobre todo, distinto a nuestras tradiciones.
Los Comunes (Diputados) son elegidos uninominalmente en jurisdicciones
pequeñas; es decir, no existen allí nuestras lamentables "listas sábana", que cubren a tantos incapaces y
corruptos. Lo más importante es que, para ser ministro del Poder Ejecutivo, el
candidato debe ser miembro de esa cámara y si en las siguientes elecciones
perdiera su banca, dejaría de serlo automáticamente. ¿Se imagina qué pasaría si
adhiriéramos al sistema?
Pero además, y aquí llegamos al meollo de
esta nota, por ser básicamente bipartidista, dividido entre laboristas y
conservadores, ambas formaciones se mueven en espejo. Mientras una ocupa
Downing 10 y tiene su gabinete de ministros, la otra mantiene uno equivalente
en las sombras, el shadow cabinet. Por supuesto, ambos -Gobierno y oposición-
tienen unificada la comunicación política a través de su propio vocero oficial.
Es algo que falta en la Argentina: la oposición, encarnada al menos hasta hoy
en Juntos por el Cambio, parece haber desertado de la función que le encomendó
el 41% del electorado y carece de ambos elementos (gabinete y vocero) y esa
carencia permite al Gobierno mentir impúdicamente, con prisa y sin pausa, y
mantener impertérrito su relato.
Un ejemplo fueron los dichos de Alberto
Pinocho, que acusó a María Eugenia Vidal de no haber hecho, durante su mandato,
nada con los problemas que el río Luján y el arroyo El Gato causaban en sus
riberas. Se trató de una flagrante falsedad, como pueden atestiguar los
habitantes de Salto, Arrecifes, La Plata y otras localidades, ya que durante la
gestión de ex Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, después de casi
ochenta años de inacción, se realizaron obras importantísimas que permitieron
evitar trágicas inundaciones y recuperar miles de hectáreas para el cultivo. La
aludida se limitó a responder en las redes al mentiroso Presidente.
Más grave aún es la conspicua ausencia de
planes alternativos de esa oposición para cada uno de los temas prioritarios
que siguen arrastrando al abismo a nuestra triste realidad: economía y
presupuesto, salud, justicia, relaciones exteriores, defensa y seguridad,
vivienda, pobreza e indigencia, y educación; si existieran, debieran ser dadas
a conocer a la sociedad en su conjunto ya que permitirían aclarar a la
ciudadanía qué se jugará en las elecciones legislativas del próximo año.
¿Por qué esa callada oposición no se
manifiesta con claridad sobre cada acción del Ejecutivo?, ¿por qué no dio
alaridos frente al descarado apoyo de funcionarios a las tomas de tierras en
todo el país?, ¿cómo no grita, por ejemplo, que es insano no permitir el
regreso a las clases presenciales?, ¿no tiene nada que decir frente a la
indefensión de la Nación cuando el presupuesto de 2021 asigna sólo el 0,7% del
PBI a las fuerzas armadas y, además, se concentra y traslada a la Capital
Federal a la Fuerza de Despliegue Rápido, mientras se gastan enormes fortunas
en ministerios absurdos?, ¿por qué no sale a los medios a explicar en detalle
los robos massistas contenidos en el proyecto de presupuesto nacional?
¿No le parece sospechoso que, casualmente
después de habilitar con su voto en el Consejo de la Magistratura el inicio de
las acciones para desplazar a los jueces Bruglia, Bertuzzi y Castelli, la
Diputada Graciela Camaño fuera recompensada con un asiento en ENARCOM, el
organismo que tendrá a su cargo el control tarifario de los servicios de
Internet y telefonía celular? Dado que, en general, la sociedad no entiende de
las cuestiones judiciales, ¿por qué no transforma en un monumental escándalo
los avances del kirchnerismo para sojuzgar a la Procuración General y desplazar
a Eduardo Casal?, ¿cómo no hace lo mismo frente a la colonización de la Oficina
Anticorrupción y de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas?, ¿cómo se
permite sólo mascullar ante la designación del Juez Daniel Bejas para integrar
la Cámara Nacional Electoral?, ¿cómo calla frente al pretendido regreso del
cuestionado Juez Eduardo Farah a la Cámara Federal, a la que tuvo que renunciar
para no ser despedido por su raro enriquecimiento y por haber liberado a
Cristóbal López y a su socio?
En todo el extraño formato que ha adquirido
el poder en la Argentina a partir de la designación por Twitter de Alberto
Pinocho, hay un rasgo que llama poderosamente la atención: el país entero
parece aterrado ante Cristina Fernández. A su dedito se someten y retroceden,
además del Presidente, gobernadores e intendentes, ministros y secretarios,
senadores y diputados. ¿Ignoran que, según las encuestas, la multiprocesada
mandataria es la figura con mayor rechazo del universo político, y su intención
de voto no llega a 25%? Pese a ello, su sola y silenciosa presencia emascula a
todos, oposición incluida (con algunas honrosas excepciones).
Me parece inútil convocar a la ciudadanía a
nuevos banderazos, porque resultan cansadores y, obviamente, no producen
resultados en un oficialismo ciego y sordo; será necesario encontrar otros
caminos para la protesta civil.
BsAs, 14 Nov 20
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