Fue durante un
encuentro entre el juez y la familia de un ex represor condenado. Denuncian
violación a los derechos humanos y prevaricato.
Por Luis
Gasulla | 24/09/2014 | 17:03
El despacho
del juez federal Ariel Lijo se
convirtió hoy en el escenario de un inesperado escándalo, luego de que una
joven se negara a realizarse una prueba de ADN y se desnudara en el lugar. El
magistrado había citado a declarar a Irene
Barreiro, hija de Ana Maggi de Barreiro y de Ernesto Guillermo Barreiro,
condenado por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino La
Perla y en el Campo de la Ribera.
En julio,
oficiales de Prefectura habían allanado el domicilio particular de Maggi de Barreiro en busca de pruebas
de ADN de Irene. El juez Lijo había recibido una denuncia
de que la joven, nacida el 22 de noviembre de 1978, era hija de desaparecidos.
Los hombres ingresaron armados, se llevaron ropa interior de la joven, su
cepillo de dientes y revisaron el domicilio durante cinco horas. El video del
allanamiento fue subido a internet por los
Barreiro.
En diálogo con
Perfil.com, Ana Maggi aseguró: "La parí como a mis otros hijos. No es
la primera vez que aseguran que soy una madre apropiadora".
Al recibir a
las mujeres en su despacho de Comodoro Py, Lijo
se desligó del accionar de Prefectura. "No
era la forma de proceder", justificó el funcionario judicial. La
opinión de Irene es otra: el juez "se
lavó las manos de lo sucedido".
Tras el
comienzo de la charla, en tono amable, ante la presencia de la abogada de Barreiro, Andrea Palomas
Alarcón, Lijo le solicitó a la
joven que accediera a que el personal de CONADI le extrajera una muestra de su
ADN, pues "luego del allanamiento
los resultados no habían servido". Irene aseguró que no estaba notificada de la situación y se negó a
realizarse el estudio. Según relató la familia, Lijo solicitó el ingreso de integrantes de la Secretaría de Derechos Humanos, mientras que explicaba a la víctima
que "no era su idea tomar la prueba
a la fuerza". En medio del lugar, Irene
Barreiro comenzó a desnudarse, le arrojó su ropa interior a una de las
secretarias del juez y salió corriendo por los pasillos de Tribunales.
"Nadie se acercó ni me dio su ayuda, me sentí
perseguida y vulnerada como mujer"
aseguró. Su madre gritaba y lloraba. Terminó desmayándose en el tercer piso de
Comodoro Py. Lijo no volvió a
recibir a los familiares de "presos políticos" que
aseguran ser "perseguidos y hostigados por este gobierno que viola nuestros
derechos humanos".
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