Hace 40 años, el 5 de octubre de 1975, la organización
armada Montoneros protagonizó su bautismo de fuego, al atacar el Regimiento 29
de Monte, en Formosa, copar el aeropuerto internacional de El Pucú y secuestrar
en vuelo un avión de Aerolíneas Argentinas que se dirigía a esa ciudad,
manteniendo privados de su libertad a los pasajeros y familiares que los
esperaban.
En esa operación terrorista, conocida como Operación
Primicia, fueron asesinados diez soldados conscriptos, un policía, un
suboficial y un teniente de 21 años. Sus nombres se incorporan a la lista de
quienes dieron su vida en defensa de la patria y en cumplimiento de su deber:
Argentino Alegre, Antonio Arrieta, Heriberto Dávalos, José Coronel, Dante
Salvatierra, Ismael Sánchez, Tomás Sánchez, Edmundo Sosa, Marcelino Torales,
Alberto Villalba, Hermindo Luna, Víctor Sanabria y Ricardo Massaferro.
La madre de Marcelino Torales recuerda a su hijo, uno de los diez conscriptos asesinados por montoneros |
Era un domingo calmo cuando, a la hora de la siesta, el
denominado ejército montonero, aprovechando la complicidad de un soldado
conscripto entregador, ingresó al regimiento para tomarlo y robar las armas que
allí había. Algunos fueron sorprendidos en su descanso y otros, con su juventud
temeraria, reprimieron con coraje la acción cobarde de los terroristas
mesiánicos que, en plena democracia, atacaban unidades militares, secuestraban,
asesinaban y sembraban miedo en todo el país. Como recuerda el periodista
Ceferino Reato en su libro Operación Primicia, el ataque fue diseñado y
dirigido por Raúl Yaguer, el número cuatro en la conducción de Montoneros, y
los terroristas que protagonizaron el hecho se fugaron en un Cessna 182 y en un
Boeing 737-200 de Aerolíneas, que aterrizó a 700 kilómetros de Formosa, en una
pista clandestina de Santa Fe.
La defensa heroica del regimiento es recordada en Formosa
como el Día del Soldado Formoseño, aunque debería conmemorar en todo el país a
las víctimas del terrorismo, en recuerdo de todos aquellos que fueron
asesinados, heridos, secuestrados o que padecieron de alguna forma la agresión
directa o indirecta de los grupos armados. Sin embargo, para el Estado
argentino el recuerdo de esas víctimas no tiene valor alguno. Sus nombres no se
incluyen en el Monumento a la Memoria ni han sido indemnizados ni homenajeados
por un gobierno que considera que los derechos humanos, por razones
fundamentalmente ideológicas, sólo deben ser otorgados a quienes actuaron en
los grupos subversivos. Aún más, se los ensalza y premia con cargos públicos,
asegurando su impunidad como responsables del dolor de miles de ciudadanos.
La Asociación Civil Centro de Estudios Legales sobre el
Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), que lleva adelante desde hace casi una
década el reclamo de las víctimas del terrorismo, cifra en 17.382 personas las
que fueron agredidas por el terrorismo, de las cuales 1094 fueron asesinadas,
según da cuenta la obra Los otros muertos, de Carlos Manfroni y Victoria
Villarruel.
Las familias de los atacantes terroristas que murieron en el
intento de copamiento del regimiento de Formosa fueron indemnizadas durante el
gobierno del presidente Carlos Menem. Por el contrario, los parientes de los
muertos en la defensa de la unidad militar fueron ignorados y se les denegó un
beneficio similar. El diputado nacional formoseño Ricardo Buryaile presentó un
proyecto de ley para indemnizar a sus familiares, pero el kirchnerismo, gran
conocedor de todas las tretas para obstaculizar iniciativas legislativas,
aprobó una más que modesta pensión y saboteó el de la indemnización, hasta que
perdiera estado parlamentario. Mientras tanto, esta forma asimétrica e
interesada de manejar los derechos humanos se extendió con el otorgamiento de
una pensión mensual vitalicia a alrededor de 10.000 ex detenidos o sus
familiares por haber sido "presos
políticos", un beneficio que es percibido, entre otros, por algunos ex
integrantes de organizaciones terroristas detenidos antes del golpe militar de
1976 y que hoy ocupan funciones en el propio Congreso de la Nación en
representación del kirchnerismo.
Los derechos humanos han sido enlodados al hacer de ellos un
uso político y asimétrico. La calificación de lesa humanidad y la
imprescriptibilidad aplicadas a los delitos en la represión no fueron, como
corresponde en la jurisprudencia internacional, consideradas para los crímenes
de organizaciones armadas con apoyo internacional. Las condenas y detenciones
de miembros de las fuerzas armadas, de seguridad y civiles han desconocido
principios de la justicia como los de cosa juzgada y la irretroactividad de la
ley penal. Mientras tanto, las víctimas del terrorismo sólo esperan
reconocimiento.
FUENTE: http://www.lanacion.com.ar/1836510-cuarenta-anos-sin-reconocimiento-ni-justicia
FUENTE: http://www.lanacion.com.ar/1836510-cuarenta-anos-sin-reconocimiento-ni-justicia
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