La Cámara Federal
Penal fue creada en 1971, por Ley 19.053, promulgada por el Gral. Lanusse,
destinada al juzgamiento de los delitos de terrorismo dado que los juzgados
federales estaban desbordados e impotentes para hacer frente a la violencia
armada que se había asentado en el país por parte de los terroristas
entrenados, financiados y armados en Cuba y URSS, o sea “los jóvenes idealistas” cuyo objetivo era implantar en
Latinoamérica el “paraíso comunista”.
La Cámara constaba de
tres salas, integrada cada una por tres jueces de calificadas condiciones,
independencia y amplia formación jurídica. El
Dr. Smart era uno de los jueces de la Sala 2.
Fueron juzgados los
terroristas en un marco de absoluto respeto a la defensa en juicio, condenando
a quienes se les probara los delitos imputados, liberando a quienes cuya
responsabilidad no se hubiera probado.
Desde el 15 de julio
de 1971 al 15 de Mayo de 1972, se instruyeron 3392 causas, en 197 se declaró la
incompetencia, 660 se encontraban en trámite, en 2151 se había dictado
sobreseimientos por autores ignorados, en 208 los sobreseimientos se dictaron a
los imputados o procesados, y 176 pasaron a la instancia de plenario que
terminaron 70 con sentencia condenatoria, 25 declaradas la incompetencia, 7
sobreseimientos provisionales, 3 definitivos, 2 rebeldías y 69 en trámite.
Fue así que los
condenados terminaron en prisión en los penales de Villa Devoto (no muertos,
asesinados ni tirados al río como fabulan los militantes, los ignorantes y los
políticos interesados en tergiversar la historia).
El Gral. Lanusse
había decidido pacificar el país combatiendo y juzgando a la guerrilla para
entregar así el poder en elecciones libres.
Juan Manuel Abal Medina, anuncia que ha logrado la libertad para los presos. “Los compañeros combatientes” estaban nuevamente en la calle |
Cumplido su objetivo,
el 25 de Mayo de 1973 entregó el mando al Presidente electo Dr. Cámpora quien
la misma noche de su asunción ordenó al novio de su hijo, Dr. Righi, Ministro
del Interior, abrir las cárceles y liberar a los criminales asesinos
terroristas traidores a la patria con la lógica consecuencia del reinicio del
baño de sangre de inocentes.
Poco tiempo después,
y como lamentable consecuencia, asumió la Junta Militar que pedía la sociedad
ante el caos que vivía la República. Y viene al caso recordar a Balbín y demás
líderes políticos, periodistas e intelectuales con su reclamo al Gral. Videla
para tomar el poder tambaleante de Isabelita, la bataclana de Panamá City,
antecesora en tres décadas de la exitosa abogada e inigualable arquitecta
egipcia.
Año después,
derrotada la guerrilla y entregado el Poder al Presidente electo, o sea el
defensor de terroristas Dr. Alfonsín, se desarrolló el juicio a las juntas. Y
el mismo Tribunal que las juzgó, expresó los siguientes conceptos sobre la
eficacia de la actuación de la Cámara Federal Penal: “ … a partir de 1970 los
distintos gobiernos de la Nación Argentina dictaron normas tendientes a hacer
más efectiva la defensa del país contra el flagelo terrorista … dirigidas a
reprimir con rigor creciente la actividad subversiva, salvo un momentáneo
eclipse operado en el curso de 1973 … durante este año, por razones políticas
que no corresponde a esta Cámara juzgar, se dictó la ley de amnistía 20508, en
virtud de la cual obtuvieron su libertad un elevado número de delincuentes
subversivos – condenados por una justicia que se mostró eficaz para elucidar gran
cantidad de crímenes por ellos perpetrados – cuyos efectos, apreciados con
perspectiva histórica lejos estuvieron de ser pacificadores”.
Es decir que los
mismos jueces que juzgaron a la Junta Militar reconocían la eficacia de los “distintos gobiernos a partir de 1970” y
por el contrario que la medida del Presidente Cámpora de “liberar” a los terroristas tuvo efectos que “lejos estuvieron de ser pacificadores”.
Esos mismos “jóvenes
idealistas” que fueron liberados y rearmados reiniciaron el Tour de Sangre y
traición a la Patria que todos sufrimos, una de sus primeras víctimas fue
justamente un juez de dicha Cámara, el Dr.
Jorge Vicente Quiroga, quienes estos “valientes”
acribillaron por la espalda al salir de su despacho.
Sería interesante y
provechoso para la República que en las instituciones educativas se enseñe la
historia real vivida en el último medio siglo en lugar de lavar cerebros con
cuentos de militantes “émulos de Robin
Hood”…
De esa forma
seguramente el “curro de los derechos humanos” caería por su propia falsedad
sin necesidad de esperar eternamente el arribo de un funcionario con la
honestidad y valentía necesarias para ello.
Juan
Manuel Otero
NOTA:
Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.
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