domingo, 23 de julio de 2017

DECLARACIÓN DEL CORONEL PEDRO ADOLFO LÓPEZ

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Para que lo puedan tener escrito. Verán que no me referí al caso mío en particular, sino que fue en general para todos.

Con el afecto y cariño de siempre.

Abrazos.

Pedro López
Cnl (R) VGM                                                           


Clic para escuchar la declaración

LEER LA DECLARACIÓN

Señor presidente, señores miembros de este honorable tribunal, no voy a comenzar mi declaración, refiriéndome a la causa que se me imputa, porque ya es por todos conocidos lo que en este tribunal y durante el debate expresaron la víctima y los testigos.

Pero sí quiero volver a reiterar que no participé ni conformé ninguna asociación ilícita, de haber sido así, mi asociación ilícita era la de pertenecer al Ejército Argentino.

Tampoco recibí ni impartí órdenes que no fueran las estipuladas en los reglamentos y leyes militares. De haber obrado en contrario hubiera sido juzgado por el Código de Justicia Militar y su reglamentación.

Me voy a referir al contexto personal profesional, histórico general, psicológico y jurídico.

En lo personal, he y hemos escuchado diferentes testimonios de personas que en la mayoría de los casos narraban lo que le habían contado otros parientes, amigos o vecinos y en algunos casos, testigos que aún no habían nacido (en mi caso particular todos eran testigos de oídas, cada uno con relatos o versiones diferentes, reconstruyendo hechos sobre los dichos o expresiones de otros).

También quiero aclarar que no estoy de acuerdo ni comparto el secuestro, tortura, desaparición de personas y /o sustracción o apropiación de menores.

Reconozco que muchos familiares de personas desaparecidas y otras víctimas se hayan expresado de la manera que lo han hecho, porque han perdido a un ser querido y /o soportado otra clase de tormentos.

Sé y comprendo cómo se deben sentir, sobre todo aquellos que sabiendo que un miembro de su familia pertenecía a una organización armada no pudieron hacer nada para revertir esa situación; viviendo con el temor permanente de que algo malo ocurriera.

También recordemos que en muchos casos cuando alguien era detenido, vecinos, amistades y hasta familiares muchas veces ante tal hecho, expresaban “algo habran hecho”.

Digo esto, porque esa época la viví y sufrí en carne propia junto a mi señora y nuestros dos pequeños hijos.

Corría el año 1974, estaba destinado en el B  Ing Comb 101 en San Nicolás, lugar de donde además somos oriundos mi señora e hijos, cuando las organizaciones subversivas terroristas marxistas incrementaron sus ataques a instalaciones militares, policiales, asesinando civiles, militares, gremialistas, empresarios y a todo aquel que se opusiera a sus intereses o intenciones, no importándoles los daños o efectos causados a otros. Ya en enero de 1974 se había producido el ataque a la guarnición militar de azul.

El 4 de abril de 1974 fue asesinado por el ERP, Antonio Magaldi que era el secretario general de la CGT Regional de San Nicolás, su asesinato fue publicado en la revista Estrella Roja N° 32 del 30 de abril de 1974.

Con mi señora e hijos, vivíamos en un chalet sobre la vieja ruta 9 antes del arroyo del medio y era común soportar hostigamiento desde vehículos que pasaban a gran velocidad efectuando disparos de armas de fuego.

Mi señora, muy joven, tuvo que aprender a manejar y usar armas de fuego como fusil, escopeta, pistola o revolver; para defendernos en el caso de ser atacados directamente.

En cada lugar de la casa había armas, disimuladas de tal forma de dar seguridad por nuestros pequeños hijos.

El 12 de noviembre de 1974 me encontraba de oficial de servicio en la unidad y estaba en la plaza de armas hablando con el Tte 1ro. Roberto Carbajo que estaba acompañado por sus dos hijos; siendo aproximadamente las 19,30 horas se despidió de mí.

Habían pasado 20 min cuando me avisan de la guardia que habían atentado contra la vida del Tte 1ro. Carbajo. Llegó a la casa de sus suegros, en la esquina de la plaza Mitre, bajó los hijos del auto y   regresó a su automóvil para cerrarlo con llave, en ese momento desde un vehículo Peugeot 504 por el techo le dispararon con una pistola ametralladora y luego le dieron el tiro de gracia con una escopeta 12/70 desfigurando su cabeza.

Ahí quedó tirado en el suelo bañado en sangre al lado de la puerta de su auto, y sus pequeños hijos (una nena y un varón) y su mujer en la puerta de la casa contenidos por los familiares y vecinos.

El que lo asesina al Tte 1ro. Carbajo, era un viejo amigo, compañero de colegio y de club Regatas que el 12 de enero de 1968 está en mi casamiento al lado de mi señora y mío. También ese asesino era amigo de Carbajo y viejo conocido de la familia.

Ese asesino era Jorge Benito Urteaga (posteriormente muerto en el gran Buenos Aires junto a Santucho).

Se supo luego, en una lista que apareció, que el otro militar a matar era yo, por lo que a partir de ese momento y durante todo el año 1975 mi señora se desplazaba en el automóvil con chofer y armada, situación que se acrecentó aún más después del asesinato del Capitán Viola y su hija el 1ro. de diciembre de 1974.

Mi amigo, mi compañero de colegio y de club,  era quien me iba a matar.

La familia Urteaga (radicales todos) su padre fue presidente de Loteria Nacional y Casinos en el gobierno del Dr. Illia, era amiga de la familia de mi señora y de la mía.

Todo este plan respondía a una orden de la cúpula del ERP llamada Operación Masacre de Capilla del Rosario que determinaba que se debían ejecutar tantos militares como compañeros muertos en el fallido ataque al cuartel de Catamarca.

Señor presidente, por eso les digo que sé lo que se siente cuando uno está amenazado de muerte.

¿Por qué la muerte de Carbajo o la mía? Porque ambos pertenecíamos a familias tradicionales de San Nicolás, mi abuelo había sido dirigente radical, fue intendente en el año 1921, y esa muerte no era solo la de un militar, sino la conmoción que causaba en la sociedad nicoleña.

Vuelvo  a repetir, esa época la viví y la sentí en la propia carne, por eso no acepto que quieran tergiversar la historia. La muerte la tuve a mi lado, aprendí a convivir con ella durante esa época y durante la guerra de Malvinas donde solo pedía a dios me diera valor y dignidad para saber morir.

Sobre el aspecto psicológico y sobre la base de los testimonios aquí oídos, quisiera exponer unos párrafos publicados en el diario La Nación de fecha 21 de marzo del corriente año en su sección Crónicas del Mundo “el país semanal”, redactado por Mónica Ceberio Belaza cuyo título dice: “cuando un falso recuerdo lleva a un inocente a la cárcel”.

En una parte dice: “mezcla de ficción y realidad”.

Textualmente: ¿qué mecanismos operan en la mente de una persona que identifica con total seguridad a un inocente como culpable?

Muchas veces pensamos que la memoria es una grabadora que va almacenando recuerdos que se alojan en el cerebro y que permanecen allí intactos incluso si no podemos acceder a ellos.

De acuerdo con esta teoría, si logramos abrir una ventana, la imagen aflora clara y exacta. Pero la psicología experimental y la práctica forense muestran otra realidad: “que la memoria es dúctil, frágil y poco fiable; que puede añadir recuerdos de cosas que nunca sucedieron, modificar otras y a través de las técnicas adecuadas, ser manipulada por terceros”.

En definitiva, que la mente mezcla muy facilmente realidad y ficción a la hora de construir nuestro pasado.

Es lo que enseña a sus alumnos Margarita Diges Junco, catedrática de psicología de la memoria de la universidad autónoma de Madrid y autora entre otros de “testigos, sospechosos y recuerdos falsos” (Ed. Trotta 2016). Uno de los objetivos de la asignatura es aprender a valorar la fiabilidad de las pruebas de reconocimiento visual.

En otro punto señala:

“A veces es alguna similitud física entre el delincuente y la persona lo que provoca la falla en la memoria. Otras veces el error procede de una sugestión. Los investigadores inducen al testigo voluntaria o involuntariamente a través de un reconocimiento fotográfico o una rueda no realizados correctamente”.

Juan José López Ortega es magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid y uno de los jueces que más atención han prestado a la psicología del testimonio.

En una entrevista celebrada en la universidad Carlos III de Madrid, donde da clases expresa: “como juez es muy dificil sustraerse a la potencia que tiene una víctima reconociendo a un sospechoso” admite, ¡pero hay que hacerlo! Puede estar confundida. ¡No se debería fundamentar una condena si no hay otros elementos de juicio que corroboren la culpabilidad!

El magistrado del Tribunal Supremo Perfecto Andres Ibañez opina que en esta materia se han acumulado dos carencias: una, la falta de información entre los jueces sobre cómo opera la memoria; otra, una mala cultura de la jurisdicción fundada en un sentido psicologísta y autocrático de la libre convicción del juez, que, supuestamente, podría decidir una condena basándose en las impresiones obtenidas de la lectura del lenguaje verbal y gestual de los testigos e imputado.

Ambas cosas han sido seguramente la fuente de muchos errores.

La psicóloga Diges, dice que el problema radica en cómo se investiga y en el valor que se concede a esa prueba.

Señor presidente, dentro del contexto histórico, quiero recordar que la guerra revolucionaria (tal cual lo llamara la Cámara Federal que juzgo a los comandantes) comenzó en la década del 60 cuando la organización terrorista subversiva marxista liderada por Jorge Ricardo Masetti Blanco, conocido como Comandante Segundo, con aproximadamente 30 combatientes de nacionalidad argentina y cubana, armados con fusiles, granadas, lanzacohetes y pistolas, entro al país proveniente del campamento de Emboruzu -Bolivia y se ubicó en la zona de Orán – Salta en septiembre de 1963.

Este grupo había conformado el llamado “Ejército Guerrillero del Pueblo”.

Para participar en lo que denominaron “Operación Sombra”.

Estando en su campamento de Bolivia Masetti redactó el código de conducta al que debían estar sujetos todos los integrantes de la organización y que entre otras cosas estipulaba la pena de muerte por homosexualidad, por traición ante el enemigo y/o por delación de sus camaradas, efectuar el aprovechamiento de la población civil, robar, violar a toda mujer, etc.

El 21 de septiembre de 1963, se instalan cerca del río Pescado.

El gobierno del Dr. Illia, al enterarse de esto envía una mayor cantidad de personal de la Gendarmería Nacional.

A comienzos del mes de marzo del 64, casi cinco meses después de haber ingresado a Argentina, se produce el 1er. enfrentamiento armado con la toma del campamento por parte de la Gendarmería Nacional, la captura de cinco terroristas, armas y provisiones.

Los que lograron escapar se reagruparon con Masetti. Varios murieron de hambre, otros en accidentes y por falta de atención médica, otros fusilados por Masetti por retrasar la marcha.

El 21 de abril, en otro enfrentamiento muere el cubano Hermes Peña y Jorge Guille, deteniendo a los restantes y llevados a juicio. De Masetti no se tuvieron más noticias por lo que se toma el 21 de abril como fecha de su desaparición. Se cree murió de hambre y/o por heridas o accidente.

Rodolfo Walsh, su compañero en Cuba sabiendo de su muerte le dedica un verso:
Masetti no aparece nunca
Se ha disuelto en la selva
En la lluvia, en el tiempo
En algún lugar desconocido
El cadáver del Cte 2do
Empuña un fusil herrumbrado.

El 19 de agosto de 1964 en la Cámara de Diputados el ministro del interior Dr. Juan Palmero, decía: “…el movimiento guerrillero en el país se organiza con el objetivo fundamental de lograr el cambio de estructuras, de atentar contra la constitución, la organización y los métodos y formas de vida de nuestra república”.

En el mismo recinto, el canciller Miguel Ángel Zavala Ortiz sostenía: “…de la guerra revolucionaria; guerra no declarada, silenciosa, pero guerra inexorable, global y permanente… el comunismo se establece en la República de Cuba, se implanta como una organización revolucionaria de guerra permanente, de tipo revolucionario… vemos que Cuba se ha convertido en un foco de perturbación dentro de la sociedad americana… desde las radios de Cuba se está haciendo permanentemente la incitación a la insurrección continental. Se prepara a jóvenes de todos los países. Desde la argentina han ido 800, de los cuales 200 o 300 están recibiendo aprendizaje revolucionario en las escuelas especializadas”.

Después del ataque en enero de 1974 a la guarnición militar de Azul, el Tte Grl Juan Domingo Perón, expresó: “todo tiene un límite… se trata de poner coto a la acción disolvente y criminal que atenta contra la existencia misma de la patria y de sus instituciones… el objetivo perseguido por estos grupos minoritarios es el pueblo argentino y para ello llevan a cabo una agresión integral”. “por ello, sepan ustedes que en esta lucha no están solos, sino que es todo el pueblo que está empeñado en ¡exterminar este mal!...” La estrategia general que conducimos desde el gobierno, nos lleva a actuar profundamente sobre las causas de la violencia y la subversión, quedando la lucha contra los efectos a cargo de toda la población, las FFSS, FFPP y si es necesario de las FFAA.

Luego todos recordarán el discurso del Grl Perón el 1ro. de mayo de 1974 cuando echo a los Montoneros de la Plaza de Mayo.

El Dr. Ricardo Balbín, después del ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29 De Formosa, el 5 de octubre de 1975, en la ciudad de Tinogasta, ratificó y amplió los conceptos del Grl Perón, expresando: “la guerrilla metida en los montes carece de banderas y de sentimientos; no tiene sentimientos porque destruye y no tiene banderas porque es antinacional.  Hay un seguro de vida contra ellos; cuando atacan no miran a quienes matan y cuando los toma la justicia reclaman la solidaridad del pueblo para sacarlos; es decir que la guerrilla con seguro de vida es la guerrilla de los cobardes”. “Cuando los padres entierran a sus hijos, los países se quedan parados -y parece que al país lo quieren parar- enterrando agentes de seguridad, militares, marinos, a sencillos hombres de la democracia, a los cuales les regalamos discursos cuando mueren,  y yo quiero cantarles los seguros de la victoria cuando viven”.

El 16 de diciembre de 1975 el entonces ministro de Defensa peronista Tomás Vottero, refiriéndose a la subversion, dijo: “es determinación del gobierno no dejar de hacer nada de lo que este dentro de nuestras facultades y de nuestro poder de decisión, hasta alcanzar su más completo exterminio”.

El 18 de marzo de 1976, el diputado peronista Stecco, dijo: “que no vaya a ocurrir que cuando llegue la hora del castigo a los asesinos que hacen correr la sangre por nuestras calles, alguien salga en su defensa… hay que perseguirlos hasta sus guaridas y matarlos como a ratas, porque no merecen vivir en este suelo”.

No podemos negar ni ocultar que hubo una guerra y que no comenzó el 24 de marzo de 1976 con el advenimiento del gobierno militar, ni tampoco podemos querer cambiar el nombre de “guerra” porque a organizaciones de DDHH u otros estamentos del estado argentino no les convenga reconocer que “si existió”.

Tampoco podemos caer en la teoría de los dos demonios, porque en realidad los demonios fueron muchos.

Los múltiples demonios que fueron culpables de la tragedia que nos tocó vivir a todos los argentinos, sin que el orden en que serán mencionados haga a unos más responsables que a otros, dado que todos lo fueron por igual, serian:

EL “PRIMER DEMONIO” FUERON LAS ORGANIZACIONES TERRORISTAS que, por medio de la violencia, quisieron hacerse del poder para imponernos el modelo castro-guevarista, o comunista, o maoísta, o estalinista, o marxista-leninista, o como cada uno quiera denominarlo.

El resultado final hubiera sido el mismo. Ya hemos visto los padecimientos de los pueblos cubano, colombiano con las FARC, ELN, venezolano, camboyano, norcoreano,  o de cualquiera de las naciones que adoptaron el comunismo como régimen de gobierno.

EL “SEGUNDO DEMONIO”, LA CORPORACIÓN POLÍTICA, sin lugar a dudas, la de mayor responsabilidad en la tragedia, que alentó tanto a terroristas como a quienes los combatimos, en el proceso de destrucción de la república.

Recordemos lo expresado por Balbín a Videla: “lo que tengan que hacer, háganlo lo antes posible”. Ni hablar de los comunistas y radicales que se sumaron al gobierno “dictatorial” y del resto de los políticos que, contumaces en el oportunismo, no dudaron un instante en sembrar la semilla que germinaría el 24 de marzo de 1976, fecha hoy repudiada hasta por los mismos que la sembraron. Muchos de ellos, aún continúan enquistados en el poder de turno.

EL “TERCER DEMONIO”, LA CORPORACIÓN JUDICIAL que, luego del asesinato del extraordinario Dr. José Vicente Quiroga, no quiso comprometerse ni arriesgarse, negándose a asumir sus responsabilidades en el juzgamiento de los terroristas capturados.

EL “CUARTO DEMONIO”, EL CONSTITUIDO POR LOS PERIODISTAS Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL QUE APOYARON, TANTO A UNOS COMO A LOS OTROS, sin que en aquellos años les importara cómo combatíamos, en tanto y en cuanto se lograran los objetivos fijados.

EL “QUINTO DEMONIO”, LOS INTELECTUALES, que actuaron con la misma “ligereza” que los periodistas, apoyando tanto a terroristas como a las fuerzas legales, según sus ideologías, angustias u oportunismo. Muchos de ellos integraron las organizaciones terroristas.

EL “SEXTO DEMONIO”, LA IGLESIA CATÓLICA, que envió a la muerte a miles de jóvenes enrolados en la teología de la liberación o el tercermundismo, instándolos a sumarse a las organizaciones terroristas.

EL “SÉPTIMO DEMONIO”, LOS DOCENTES DE COLEGIOS SECUNDARIOS Y UNIVERSITARIOS que, al igual que los curas tercermundistas, les inculpaban a sus alumnos reclamándoles empuñar las armas contra la sociedad argentina.

EL “OCTAVO DEMONIO”, EL INSACIABLE EMPRESARIADO Y LA BURGUESÍA  NACIONALES (INDUSTRIAL, FINANCIERA, COMERCIANTES O EL VINCULADO A LA OBRA PÚBLICA) que, por cobardía o connivencia, por un lado, financió a las organizaciones terroristas y, por el otro, nos exigía poner fin al flagelo que los había tomado de rehenes.

EL “NOVENO DEMONIO”, LA PROPIA SOCIEDAD ARGENTINA, que nos reclamaba que le devolviéramos la tranquilidad y le aseguráramos la libertad. Un 10% apoyó a los terroristas, otro tanto a las fuerzas legales y el 80% restante, como bien lo definió el General Perón, obró como “bosta de paloma”.

Pasados los años y aseguradas la tranquilidad y la libertad, con total  impudicia, cinismo e hipocresía, los mismos que nos habían alentado, no tuvieron ningún prurito en levantar su dedo acusador para condenarnos por lo que habíamos hecho, elevando a los altares a aquéllos que en los ’70 los habían agredido.

Todos los “demonios” tuvieron un común denominador: a ninguno le importó la metodología que empleáramos en el logro de los objetivos impuestos. Nadie mayor de 55 años puede alegar ignorancia sobre los hechos del pasado. Sin embargo hoy vemos cómo, sin ningún tipo de vergüenza, los mismos periodistas e intelectuales que fueron miembros de las organizaciones terroristas que asolaron nuestra patria no satisfechos con el daño que nos hicieron en los ’70, hoy continúan agitando las aguas para mantener abiertas las heridas del pasado.

Con la teoría de los dos demonios se pretendió asimilar engañosamente a las fuerzas legales con las subversivas.

La realidad es que no hubieron dos demonios, sino bandas criminales que respondían a los centros del poder marxista internacional, que intentaron sojuzgar a la República Argentina con el empleo del terror indiscriminado, cometiendo horribles delitos.

Para combatir a dichas bandas y superadas operacionalmente las FFPP y las FFSS, el gobierno constitucional dispuso el empleo de las FFAA.


En cumplimiento de tal orden y del mandato constitucional, las FFAA derrotaron a dichas bandas criminales.

En la dinámica de esa guerra algunos de sus miembros pueden haber cometido delitos, aisladamente y por su cuenta y riesgo. Tales hechos debieron ser incluso juzgados por tribunales militares.

Además no puede aplicarse a una guerra -que fue en realidad el conflicto en cuestión- la legislación de época de paz.

Según Luis Alberto Romero, en su excelente artículo titulado "El discurso intolerante de los organismos de derechos humanos", publicado en La Nación del 20 de abril de 2017, plantea que "el 24 de marzo de 2001, el reclamo de justicia que se escuchó en la Plaza de Mayo ya sonaba a revancha y a venganza".

Romero, en su artículo precitado, expresa que "los organismos de derechos humanos ejercen una verdadera dictadura verbal. Nada más tentador para un grupo humano que administrar esa dictadura de la palabra". Mejor definición no puede existir para el "grupo humano" denominado periodismo.

La venganza y el odio no han sido, ni son patrimonio del kirchnerismo. Algún día, los otros demonios, entre ellos, los medios de comunicación y los periodistas y los intelectuales, deberán hacerse cargo de sus responsabilidades respecto de la difusión del “relato” que ha mantenido abiertas nuestras heridas del pasado.

El 24 de marzo del corriente, durante los actos que se llevaron a cabo en la Plaza de Mayo, se leyó un documento que reivindicó el accionar de las organizaciones terroristas contra la nación y el pueblo argentinos, el que contó con la aprobación de reconocidas personalidades de organismos que dicen defender los derechos humanos. Entre ellos Estela Carlotto y Taty Almeyda (quién aplaudió vehemente cada palabra reivindicatoria). En esos actos también se incitó al derrocamiento del actual gobierno para ser reemplazado por quienes fueron derrotados en las elecciones de 2015.

Ante semejante apología de la violencia e incitación a la sedición, la cobarde sociedad argentina, desesperadamente convocó a una concentración el 1ro. de abril  pasado para defender a este gobierno.

¡¡Qué triste, e ingrato al mismo tiempo, que estemos presos por haberle evitado a nuestro país los padecimientos de los pueblos que han sufrido y sufren regímenes totalitarios comunistas!!

¿Qué creen, los políticos, jueces, sindicalistas, docentes, periodistas, intelectuales, empresarios, religiosos de todos los credos y el resto de la sociedad, que hubiera sucedido con ellos si el proyecto socialista del ERP/MTP o Montoneros hubieran tenido éxito?
- Seguramente algunos habrían sido miembros de comité central del régimen totalitario instalado;
-  Muchos otros hubiéramos sido fusilados;
- Otros eternamente hubieran sido privados de su libertad en cárceles horrorosas (de los cuales, con el correr de los días, algunos también hubiesen sido fusilados);
- Otros habrían terminado en granjas colectivas.
- Todos estarían haciendo largas colas en los depósitos para recibir las migajas del régimen, para poder alimentarse;
- Y absolutamente todos, habrían perdido su libertad, la libertad que quienes están presos, les aseguraron hasta estos días, libertad que se les ha conculcado a los libertadores.

Si los periodistas pretenden hacer un "periodismo de calidad", como José Crettaz expresa en su artículo titulado “El periodismo argentino y la urgencia por dejar de hacer lo mismo de siempre”, publicado en La Nación del 15 de abril de 2017, expresa : “lo primero que deberán hacer es dejar de mentir, por cuanto ocultar o tergiversar la verdad, es la forma más repugnante y cobarde de hacerlo, cosa que, por lo reiterada, ya se constituye en una metodología aceptada para engañar a la opinión pública”.

A diario se publican artículos que hacen referencia a hechos protagonizados por militares, mientras sistemáticamente se silencian otros de similar o mayor importancia, como por ejemplo el atentado del 15 de abril de 1953, en el acto de Plaza de Mayo de la C.G.T. (en el que fueron asesinadas 6 personas y otras 90 sufrieron gravísimas mutilaciones) o el ataque a los cuarteles de La Tablada, perpetrado por el Movimiento Todos por la Patria (MTP), en el que murieron 9 miembros del Ejército Argentino (entre ellos 4 soldados conscriptos), dos integrantes de la policía de la provincia de buenos aires y 29 terroristas.

Lo sugestivo es que, como en los hechos criminales mencionados precedentemente, las pocas veces que los periodistas “recuerdan” la otra parte de la historia de los ’70, solamente se refieran a los que tuvieron como protagonistas a los Montoneros, por sus vínculos con el peronismo, haciendo “desaparecer” de los medios de comunicación las acciones criminales perpetradas por el ERP/MTP, con claros lazos con la Unión Cívica Radical, lo que también es parte de la metodología desinformadora adoptada por el periodismo.

Recientemente, el 10 de mayo fue aprobado por el Congreso Nacional una ley que excluye de la aplicación del 2x1 a delitos de lesa humanidad y consecuentemente con eso, las organizaciones de DDHH, organizaciones sindicales, partidos políticos, de toda ideología, se pronunciaron en una multitudinaria marcha apoyando esa postura.


Pero nadie, salvo raras excepciones hizo referencia a los actos de violencia cometidos por las organizaciones subversivas terroristas del ERP, MTP o Montoneros que atentaron contra la Constitución Nacional, sus instituciones y el pueblo argentino.

Ningún periodista hizo referencia al tema porque de hacerlo, seria políticamente incorrecto, aunque en su interior y como ellos mismos dicen , en off, piensen lo contrario.

El 11 de mayo en radio Mitre,  el periodista Willy Cohan a las 07:30 horas hizo un comentario sobre la marcha del dia anterior diciendo: “apoyaba la ley del congreso, pero porque no se hacía lo mismo con los terroristas  que ocasionaron tanto daño a la población, poniendo bombas, asesinando, secuestrando y matando inocentes; donde muchos de ellos están viviendo en el extranjero u ocupando cargos y puestos en el Congreso Nacional, gobiernos provinciales y hasta periodistas haciendo apología de sus actividades terroristas en los 70 y gozan de libertad”.

También escuchamos a la diputada Victoria Donda que dice que sus padres mataban con orgullo, al senador Abal Medina que su tío no asesino al Grl Aramburu, que lo ajustició, al actor Gerardo Romano que dice que los Montoneros mataban con respeto, la periodista Liliana Franco reconoció en el programa de tv que es panelista, haber sido una joven  militante del ERP y junto a otros compañeros, en su casa, solo preparaba bombas molotov para distraer la policía, sinceramente no sabía que a la muerte se la puede categorizar y adjetivizar de diferentes maneras y de acuerdo con quien o quienes la ejecutan y/o contra quienes lo hacen.

Sr presidente, no estoy haciendo una valoracion de este tribunal, sino de toda la sociedad argentina, ya que lo peor que nos puede suceder es que no tengamos memoria y seamos tan hipócritas; nadie recuerda lo que era la provincia de Tucumán hace 42 años atrás. El propio gobernador Juri recurrió al gobierno  nacional solicitando apoyo ya que sus FFPP habían sido sobrepasadas, no tenían instrucción ni equipamiento para enfrentar a la guerrilla armada del ERP y Montoneros.

Como se mencionó anteriormente:

Alguno de ustedes, ¿se puso a pensar que hubiera sucedido si esas organizaciones terroristas marxistas hubieran triunfado y logrado su objetivo de obtener una zona liberada?

Seguro muchos de los que estamos acá en este tribunal no estaríamos presentes.

Niegan que hubo una guerra contra personas organizadas, equipadas e instruidas en Cuba, Angola y otros países, que usaban uniforme y tenían grados que los identificaban y nombres de guerra ocultando el verdadero.

Sí, hubo una guerra y como en todo conflicto armado se cometen excesos y errores pero en ese momento era lo que la situación ameritaba.

Lo lamentable es que se ganó la batalla pero se perdió la guerra; porque se derroto la parte armada pero no se alcanzó a derrotar a la cúpula de esas organizaciones que aplicando el principio  de Mao,  de estrategia sin tiempo, lograron su objetivo y hoy esos prominentes jóvenes idealistas, ocuparon y ocupan cargos y puestos políticos y en otros estamentos del estado; tomando revancha y venganza.

Sí, hubo una guerra y se cometieron muchos errores, los mismos pero menos sanguinarios que los empleados por Stalin después de la II Guerra Mundial  cuando se produjo la purga del Ejército Rojo descabezando a todo su ejército, el mismo ejército que enfrento y contuvo a las fuerzas alemanas en la invasión a Rusia, pero ante el temor que lo pudieran destituir y junto a otros miles de civiles fueron derivados a los campos de trabajo forzados en Siberia; ¿por qué no se aplicó retroactivamente la ley como se hace ahora con nosotros? ¿quién dijo algo? Nadie, porque fue el ganador. !!!La victoria tiene 100 padres, pero la derrota es huerfana!!!
¿Qué hicieron los franceses en la guerra de Argelia? Masacraron un pueblo y ahora quieren dar ejemplo de DDHH y se lleva al presidente a arrojar flores al Río De La Plata.

La hipocresía, la falta de memoria y la mentira afloran permanentemente en los intereses por sobre la verdad y la realidad.

¿Quiénes actúan contra los EEUU y sus aliados y/o contra Rusia cuando en pos de la lucha contra el terrorismo, para abatir un miembro de esas organizaciones arrojan bombas inteligentes matando niños, civiles, destruyendo hospitales, escuelas y ciudades enteras?, nadie, porque quedan redimidos, absueltos de toda responsabilidad o pecado por la bendita frase de “daños o efectos colaterales”.

Esa frase también tendría que emplearse y aplicarse a lo sucedido en el país en la década del 70 y especialmente en Tucumán.

Señor presidente, seamos justos, vuelvo a repetir, la hipocresía, la mentira,  la amnesia y falta de memoria solo conducen al odio, la revancha y venganza.

A continuación transcribo una carta de lectores del 06/05/17 por el señor Guillermo Cesar Vadillo en el diario La Nación que dice:
“Terminada la guerra hace varias décadas, y conocido verazmente el accionar de ambas partes, la justicia debería buscar el justo medio y no caer en un solo bando, ignorando los delitos aberrantes cometidos por la "juventud maravillosa" que asolaba a la nación”.

“El juicio equitativo es aquel que tiene en cuenta el contexto en el que se produce un hecho, sus antecedentes y sus consecuencias”.

Señores miembros del tribunal, no discuto vuestra capacidad, honorabilidad y experiencia, pero para tratar casos que no sean de la justicia militar.

Yo entré al Colegio Militar de la Nación con un Código de Justicia Militar y su reglamentación, con él nos manejamos en nuestra vida militar, luego lo ignoraron, lo destruyeron y nos están juzgando con leyes y/o tratados que se establecieron después de cometidos los hechos (aplicando retroactivamente la ley penal, en este caso, se trata de la convención sobre imprescriptibilidad de los mal llamados delitos de lesa humanidad, que recién entra en vigencia en la Argentina, según telegrama del Secretario de Naciones Unidas el 24 de noviembre de 2003 y se ratifica esta violación con la no aplicación de las disposiciones del Tratado de Roma en sus arts. 22 y 24, que establecen que este tratado rige a partir de su sanción, operándose la misma en Argentina, recién en el año 2001.


El tratado mencionado agrega, además, que cualquier disposición anterior que se oponga a este tratado es nula, corroborando lo dispuesto por la convención sobre el derecho de los Tratados de Viena, que lo dispone de la misma forma en su art. 64, afirmando que los tratados rigen a partir de su sanción y por la adopción de cada uno de los estados que los suscriben).

Hoy nos están juzgando  jueces que no tienen cabal conocimiento de lo que es la organización militar, el rol de combate, las misiones y funciones que corresponden a cada puesto y jerarquía, los reglamentos y directivas militares, que es la disciplina militar, el cumplimiento de órdenes, la impartición de órdenes, la obediencia, la lealtad, la subordinación, el honor, la autoridad, la dignidad, el valor, la responsabilidad del ejercicio del mando y del comando, la confianza, el sacrificio que impone el cumplimiento de una orden del servicio, el dejar la familia sin saber si va a volver a verla, el no poder disfrutar de sus hijos y de lo que es un conflicto armado.

No saben lo que es un enfrentamiento armado donde no solo se juega la propia vida, sino que se  tiene que velar por la vida de sus subordinados; tienen que ver la muerte a su lado de camaradas, amigos y soldados; sangre derramada en defensa de las convicciones para lo que fuimos instruidos, educados y capacitados. Así se conoce lo que es la “verdadera y auténtica guerra”, sea convencional o revolucionaria.

Sr. presidente, la mayoría de los militares que nos encontramos procesados y/o condenados, en la época que se produjeron los hechos éramos todos personal subalterno, es decir que no teníamos poder de decisión, solo cumplíamos las órdenes impartidas por los superiores.

¿Saben señores miembros de este excelentísimo tribunal, en mi DNI como parte destacada figura “ex combatiente, héroe de la guerra de Malvinas”? ¿De qué sirve todo esto?

Cuando se aprobó el Código de Justicia Militar, Além dijo: que se hacía especialmente porque “los militares cumplen actividades y funciones diferentes, se visten diferentes y hasta caminan diferente”.

Sr. presidente, usted en alguna oportunidad se ha referido que cuando trabajaba como periodista en el diario Noticias, un grupo de subversivos quiso entrar a colocar explosivos en las rotativas para impedir la circulación del diario y tenían seguridad policial lo que produjo un enfrentamiento y muere un policía, dándose los delincuentes subversivos a la fuga.

Ud. Pensó que la muerte de ese policía que cumplió con su deber de defender y proteger el objetivo asignado posibilitó que a lo mejor usted no muriera y hoy tiene el honor de estar integrando la presidencia de este tribunal.

Sr. presidente, como dije anteriormente no estoy haciendo una valoración de este tribunal, sino de toda la sociedad argentina, por eso, es que debemos terminar con la hipocresía, la mentira y falsedades y por una vez en la vida seamos honestos con nosotros mismos y con los demás.

Así mismo, quiero recordar un viejo adagio reconocido por varios ejércitos del mundo cuyo autor desconozco que dice: ¡CUANDO LA PATRIA ESTÁ EN PELIGRO, SE RECURRE A DIOS Y AL SOLDADO, CUANDO EL PELIGRO PASA, DIOS ES OLVIDADO Y EL SOLDADO ABANDONADO, A LO QUE AGREGO, JUZGADO!

Y recuerde Sr. presidente, ¡Que se vive más muerto, que vivo!

Gracias Sr. presidente.


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