Sr. Ministro de
Defensa
Dr. Oscar Aguad
Le escribo esta Carta
Abierta en mi carácter de Presidente de la Unión del Personal Militar
Asociación Civil y –como tal– en representación de una considerable cantidad de
militares en actividad y retirados, y también de pensionados y familiares de
los mismos.
Entre todos los temas
que ya hemos tratado en varias oportunidades y llevado hasta las puertas de su
despacho, hay dos que por su gravedad y su alcance afectan seriamente a toda la Familia Militar.
El primero de ellos
es el de la demorada recomposición
salarial.
Hace poco más de un
año, dábamos cuenta de una referencia pública a los haberes militares, por
parte del entonces Ministro de Defensa, Julio César Martínez:
“El ministro precisó que el
reajuste en los haberes, además de implicar una suba del 6% de bolsillo,
implica "un 3% de blanqueo" de distintos ítems en los sueldos.
"Con esto llegamos al 67 por ciento. El objetivo es 85%, que la idea es hacerlo en la menor cantidad de
años posible", informó acerca de los objetivos de gestión en materia
de regularización salarial”.
Pocos días después se
cristalizó una recomposición parcial por medio de la Resolución 271/17, del 24
de febrero de ese año, que modificaba la escala jerárquica llevándola de 4,27 a
1 (que regía desde el año anterior) a 4,45 a 1, reduciendo los suplementos por
Responsabilidad Jerárquica y por Materiales, los que pasaron a integrar el
haber mensual.
UPMAC
criticó la lentitud de este procedimiento, difundiendo un informe técnico que
evidencia los años que demorará arribar a la solución que legalmente
corresponde y que es lo que estamos reclamando legítimamente. Y lo hacemos por
distintos medios, sin por ello renunciar a la vía judicial en marcha.
Recién
el 21 de febrero pasado, en oportunidad de asumir sus
funciones el nuevo Jefe del Estado Mayor General del Ejército, Grl Br Claudio
Pasqualini, usted mismo, seguramente advertido de la importancia que los mandos
e integrantes de las FFAA asignan a este tema y la insistencia de nuestra
Asociación, ante tropa formada y numeroso público, manifestó entre otros
conceptos:
“En el aspecto salarial se están
corrigiendo los suplementos no remunerativos, que eran soluciones ficticias para el personal en actividad y una estafa para
los retirados”.
“La recomposición en las remuneraciones puesta en marcha por el
presidente Macri se mantendrá sin pausa, cumpliendo con el primer tributo
que el Estado debe a sus soldados: ayudarlos a cuidar de sus familias”.
Coincidimos con el
diagnóstico, pero transcurrido más de un mes de tan vehemente declaración no se
ven resultados concretos. Todo parece indicar que solo se trataba de dar
respuesta a las precisas palabras del Jefe saliente, para que en unos pocos
días todo quede en el olvido.
La
segunda cuestión acaba de salir a la luz. En un reciente
programa periodístico televisivo, el Sr. Roberto García –que se caracteriza por
su seriedad– dio cuenta de una reunión llevada a cabo en la Jefatura de
Gabinete en la que se consideró la propuesta de un empresario de la salud para
privatizar las Obras Sociales de las Fuerzas Armadas. Concretamente, el actual
IOSFA.
Esto es indignante.
No se conforman con haber arrebatado el manejo de la salud y el bienestar
familiar de manos de sus Afiliados para ponerlos en las de un funcionario
político, sino que a puertas cerradas especulan con negocios (o negociados)
gigantescos sin siquiera haber pedido estudios o evaluaciones sobre la
viabilidad o aplicabilidad de una alternativa de esa naturaleza.
Las pruebas están a
la vista: la unificación de las obras sociales que parecía fácil de resolver
todavía no está terminada, al punto que todavía subsisten las obras sociales “residuales” pasado más de un año de la
fecha límite establecida por su decreto de creación. No solo eso, UPMAC está estudiando distintos
informes presentados de los que no surgen todavía procedimientos claros y
ajustados a lo que las buenas prácticas contables y administrativas y la ley
misma recomiendan.
Ni qué hablar de la “mayor eficiencia” prometida por los
políticos que todavía no se puede medir, pero que no parece estar a la vista de
los usuarios. Con evidente mala fe, se atribuyó ineficiencia a lo que en
realidad era bajos ingresos de las OOSS debido a los bajísimos salarios en
blanco del personal militar, que en los últimos años se han ido revirtiendo. Y
esa supuesta ineficiencia fue el argumento esgrimido para la estatización de lo que se construyó en
muchos años con nuestros aportes.
Ahora el "NUEVO DUEÑO" se siente en
condiciones de decidir arbitrariamente sobre cuestiones tan delicadas, y no
hemos visto que el señor Ministro salga a reclamar vehementemente ante el
Presidente de la Nación que otros funcionarios hablen de negocios a sus
espaldas (queremos creer que fue así) sobre asuntos de su competencia.
En todo caso, si es
que ya han comprobado que la unificación fue una mala idea, y si el problema no
es que el Estado deje de hacer los aportes que como empleador le corresponde,
lo racional es que se consulte a los afiliados sobre las distintas alternativas
posibles y con absoluta transparencia.
Debe recordar el
señor Ministro que los militares no
podemos sindicalizarnos y llamar a un paro nacional o una movilización para
reclamar por nuestros derechos. Esto significa que carga sobre sus hombros la
doble responsabilidad de conducirnos y a la vez representarnos, para que las
necesidades básicas del Soldado se encuentren cubiertas. La tibieza o la
inacción del conductor se traduce fácilmente en descreimiento y la falta de
autoridad en indisciplina, que es el peor mal para cualquier organización
militar.
Urge, entonces,
encontrar una rápida solución a los problemas planteados.
Buenos Aires, 26 de
marzo de 2018
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Unión
del Personal Militar Asociación Civil - U.P.M.A.C.
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