¿Se habrá dado cuenta ella, en medio de
sus vapores de vanidad… que al país le está haciendo ruido su viga maestra?
¿Habrá percibido que hay una sensación
de descalabro e indefensión en la sociedad toda, que hace flotar un clima de
precolapso moral?
Es evidente que si. Algo debe haber olfateado.
Sus últimos “atriles” muestran el enorme calibre de sus improvisaciones… sus inauditas postergaciones y sus infantiles
simulaciones.
Como si cada día le enyesaran una parte…
el país se parece mucho a un pobre cuerpo escayolado por etapas.
Una especie de personaje condenado en el
Egipto de Tutmosis II a quien están
sometiendo - en vida - a un proceso de
momificación muy lento.
Una silueta que se mueve cada vez con
mayor dificultad y que, con las
inmovilizaciones periódicas que va recibiendo… aún se arrastra…
Una verdadera explosión volcánica de
prohibiciones, interdicciones y trabas… empieza a derramar sus cenizas sobre
quienes hemos leído la
Constitución Nacional , dejándonos a todos estupefactos.
Es por algo… de lo que nadie habla.
Hay una crisis… hay un precolapso… se huele… se respira… se
sabe y se oye en cada diálogo cotidiano… y lo que es más grave… circula ya con
un miedo metafísico terrible… porque a cualquiera le cabe… que puedan aplicarle
el nuevo aborto de la naturaleza denominado Ley Antiterrorista.
A cualquiera y con cualquier excusa…
Pues para eso… esta hecha esa ley.
Para poner a raya la crítica, la
libertad de acción y la libertad de la palabra
Frente a un panorama de crisis… tal como le ha enseñado su difunto esposo,
ella reacciona del peor modo a) Con Agresión b) Con Desdén.
Como marco a este escayolamiento… otra
vez ha caído sobre la sociedad una niebla de inseguridad pública que atraviesa
a todos y que se suma a la referida ley antiterrorista…pero no para que los
delincuentes se sientan amenazados por ella.
No. Esa ley no es para ellos.
Para ellos… no se hizo ninguna nueva.
Ella reforma todo… su rostro, sus carteras, su cuenta en Suiza…
todo
El Código Civil el documento de identidad… los vuelos a
Malvinas… todo
Pero el Código Penal… que ahora podría
cambiarlo de un plumazo, no.
Ese no. Ese lo deja igual o le hace una cosmética
de género.
No vaya a ser cosa que los delincuentes
dejen de votarla y por esa única razón… pierda gratuitamente una parva de apoyos.
Jamás… ella va a condenar la grave
inseguridad pública que por enésima vez se perpetra bajo sus narices, como si
fuera un hábito galvanizado al amparo de sus caprichos.
Para que lo haga… debería ocurrir algún
episodio en su propia familia.
¿Hará falta es que se le metan en la casa de un Ministro… o peor... que
la intercepten a la esposa, la violen… y le manden a unos de sus hijos en una
caja de zapatos?
La República sin contrapoderes… navega
al garete.
Los otros dos poderes del Estado… se
hallan bajo su férreo control…
… y con este panorama, el evidente sistema feudal en el que nos hemos convertido… se puede ver
en todo su esplendor.
Todos los discursos de sumidero… que le
han quedado como reserva a esta mujer… después de casi 9 años, siguen siendo
una espantosa pieza retórica sin el menor lustre.
Casi un gongorismo en su faceta más
absurda.
El aumento infernal de su patrimonio…. ya
tiene la mirada de los diarios internacionales. Cuando
se encontró con las cuentas de su marido…
ni siquiera atinó a pensar que eso no
era normal.
No.
Lo que se le pone adelante recibe el tratamiento de una Caterpillar.
Heredó una cantidad extravagante de
dinero y bienes. Y es obvio que
jamás se pregunto de donde salía…
De cual lugar surgía el dinero a
raudales que diariamente era arrojado al cubrecama de su alcoba
Ha usado el centro del poder, disponiendo indiscriminadamente de las raíces
más profundas de la información del Estado.
Llevó la retórica a un grado
paroxístico.
Lo retórico, como máscara, le sirvió siempre para huir de lo
esencial y para no ofrecer un bledo en
materia estructural.
Se reduce a arrojar a toda la sociedad, como un goteo… la repetición de cien vulgaridades, con
la banalización de la muerte en una masacre y con el fomento de la ignorancia
de cualquier plan correctivo.
Por eso, el discurso sigue siendo… cada
vez, el mismo de antes:
Un catálogo de expresiones de deseo, un
listado de “buenas intenciones” que son la careta de la nada.
Es la “retórica” de la familia.
Para escayolar la República tiene un
escayolador.
El escayolador es un tipo vulgar. Un homínido… sin luces.
Un autómata que ejecuta sus órdenes como
Secretario de Precios y como verdugo ambulatorio para arrasar el ejercicio de
la libertad de comerciar consagrada en
la Constitución.
Un insultador con perdigones… a
cualquier nacionalidad, discriminador a quien sea gordo,… o tenga facetas
antropométricas que a él le repugnan.
Vituperador de gobernadores
rastreros… incapaces de reaccionar.
Descalificador de vidas y haciendas…
acróbata de la ordinariez.
Un escayolador… más allá de su graciosa
contorsión obediente… más allá de su ridiculez operativa ... que sueña con un
imperio devastado por sus designios… más allá de sus gritos… de mercader de la
infamia… que es un mero brazo ejecutor de las órdenes de la reina… muy hábil
para concentrar culpas que - en verdad - le corresponden íntegramente a ella.
Un adalid “non sancto”… de una política de filibusteros del poder… un advenedizo con una aparatosa perspectiva de
mujaidín que necesita dar ese perfil un poco más… sabiendo que de ese palio no
se retorna fácil.
Así pues… viola la ley, viola la
Constitución… y viola su propia dignidad.
Pues ella lo comanda con un joystick.
Y lo observa orgullosa desde el fárrago
de anuncios que nos escupe a borbotones prometiendo remediar problemas… sin
mover uno solo de ellos… y batiendo todos los récords de los grandes anunciantes de ilusiones. Riega a la sociedad y la satura con
anuncios que nadie se ocupará de verificar, desde créditos hipotecarios a
precio de alquiler hasta inversiones llovidas a raudales por la munificencia
mas extraña.
Es la técnica extremadamente fácil… de
los fabuladores.
No exenta, sin embargo, de una
impresionante subestimación de la gente.
No exenta, sin embargo, de un
sufrimiento mayúsculo que, al soportar al escayolador… se lleva puesta a la
sociedad… en pedazos
Lic. Gustavo Adolfo Bunse
totalmente de acuerdo
ResponderBorrarExcelente
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