miércoles, 28 de marzo de 2012

EL ESCAYOLADOR Y SU REINA


por el Lic.  Gustavo Adolfo Bunse   28/3/2012
  
¿Se habrá dado cuenta ella, en medio de sus vapores de vanidad… que al país le está haciendo ruido su viga maestra?

¿Habrá percibido que hay una sensación de descalabro e indefensión en la sociedad toda, que hace flotar un clima de precolapso moral?

Es evidente que si.    Algo debe haber olfateado.   

Sus últimos “atriles”  muestran el enorme calibre de sus  improvisaciones…  sus inauditas postergaciones y sus infantiles simulaciones.


Como si cada día le enyesaran una parte… el país se parece mucho a un pobre cuerpo escayolado por etapas.    

Una especie de personaje condenado en el Egipto de Tutmosis II  a quien están sometiendo - en vida - a un proceso de  momificación muy lento.

Una silueta que se mueve cada vez con mayor dificultad y que,  con las inmovilizaciones periódicas que va recibiendo… aún se arrastra…

Una verdadera explosión volcánica de prohibiciones, interdicciones y trabas… empieza a derramar sus cenizas sobre quienes hemos leído la Constitución Nacional, dejándonos a todos estupefactos.

Es por algo… de lo que nadie habla. 

Hay una crisis…  hay un precolapso… se huele… se respira… se sabe y se oye en cada diálogo cotidiano… y lo que es más grave… circula ya con un miedo metafísico terrible… porque a cualquiera le cabe… que puedan aplicarle el nuevo aborto de la naturaleza denominado Ley Antiterrorista.

A cualquiera y con cualquier excusa…

Pues para eso… esta hecha esa ley.  

Para poner a raya la crítica, la libertad de acción y la libertad de la palabra 

Frente a un panorama de crisis…  tal como le ha enseñado su difunto esposo, ella reacciona del peor modo     a) Con Agresión   b) Con Desdén.

Como marco a este escayolamiento… otra vez ha caído sobre la sociedad una niebla de inseguridad pública que atraviesa a todos y que se suma a la referida ley antiterrorista…pero no para que los delincuentes se sientan amenazados por ella.  No.   Esa ley no es para ellos.

Para ellos… no se hizo ninguna nueva.

Ella reforma todo…  su rostro, sus carteras, su cuenta en Suiza… todo

El Código Civil  el documento de identidad… los vuelos a Malvinas… todo

Pero el Código Penal… que ahora podría cambiarlo de un plumazo,  no.
Ese no.    Ese lo deja igual o le hace una cosmética de género. 

No vaya a ser cosa que los delincuentes dejen de votarla y por esa única razón…  pierda gratuitamente una parva de apoyos. 

Jamás… ella va a condenar la grave inseguridad pública que por enésima vez se perpetra bajo sus narices, como si fuera un hábito galvanizado al amparo de sus caprichos.

Para que lo haga… debería ocurrir algún episodio en su propia familia.

¿Hará falta es que se le metan en la casa de un Ministro… o peor... que la intercepten a la esposa, la violen… y le manden a unos de sus hijos en una caja de zapatos?

La República sin contrapoderes… navega al garete.

Los otros dos poderes del Estado… se hallan bajo su férreo control…
… y con este  panorama, el evidente sistema feudal  en el que nos hemos convertido… se puede ver en todo su esplendor.

Todos los discursos de sumidero… que le han quedado como reserva a esta mujer… después de casi 9 años, siguen siendo una espantosa pieza retórica sin el menor lustre.    

Casi un gongorismo en su faceta más absurda.

El aumento infernal de su patrimonio…. ya tiene la mirada de los diarios internacionales.   Cuando se encontró con las cuentas  de su marido… ni siquiera atinó a  pensar que eso no era normal.
No.  Lo que se le pone adelante recibe el tratamiento de una Caterpillar.

Heredó una cantidad extravagante de dinero y bienes.  Y es obvio que jamás se pregunto de donde salía…
De cual lugar surgía el dinero a raudales que diariamente era arrojado al cubrecama de su alcoba

Ha usado el centro del poder,  disponiendo indiscriminadamente de las raíces más profundas de la información del Estado.

Llevó la retórica a un grado paroxístico.
Lo retórico, como  máscara, le sirvió siempre para huir de lo esencial y para  no ofrecer un bledo en materia estructural.
Se reduce a arrojar a toda la sociedad,  como un  goteo… la repetición de cien vulgaridades, con la banalización de la muerte en una masacre y con el fomento de la ignorancia de cualquier plan correctivo.

Por eso, el discurso sigue siendo… cada vez, el mismo de antes: 

Un catálogo de expresiones de deseo, un listado de “buenas intenciones” que son la careta de la nada.    Es la “retórica” de la familia.

Para escayolar la República tiene un escayolador.

El escayolador es un tipo vulgar.    Un homínido… sin luces.

Un autómata que ejecuta sus órdenes como Secretario de Precios y como verdugo ambulatorio para arrasar el ejercicio de la  libertad de comerciar consagrada en la Constitución.

Un insultador con perdigones… a cualquier nacionalidad, discriminador a quien sea gordo,… o tenga facetas antropométricas que a él le repugnan.
Vituperador de gobernadores rastreros…  incapaces de reaccionar.
Descalificador de vidas y haciendas… acróbata de la ordinariez.

Un escayolador… más allá de su graciosa contorsión obediente… más allá de su ridiculez operativa ... que sueña con un imperio devastado por sus designios… más allá de sus gritos… de mercader de la infamia… que es un mero brazo ejecutor de las órdenes de la reina…  muy  hábil para concentrar culpas que - en verdad -  le corresponden íntegramente a ella.  

Un adalid “non sancto”…  de una política de filibusteros del poder…  un advenedizo con una aparatosa perspectiva de mujaidín que necesita dar ese perfil un poco más… sabiendo que de ese palio no se retorna fácil.

Así pues… viola la ley, viola la Constitución… y viola su propia dignidad.

Pues ella lo comanda con un joystick.

Y lo observa orgullosa desde el fárrago de anuncios que nos escupe a borbotones prometiendo remediar problemas… sin mover uno solo de ellos…   y  batiendo todos los récords de los  grandes anunciantes de ilusiones.      Riega a la sociedad y la satura con anuncios que nadie se ocupará de verificar, desde créditos hipotecarios a precio de alquiler hasta inversiones llovidas a raudales por la munificencia mas extraña.    

Es la técnica extremadamente fácil… de los fabuladores.

No exenta, sin embargo, de una impresionante subestimación de la gente.

No exenta, sin embargo, de un sufrimiento mayúsculo que, al soportar al escayolador… se lleva puesta a la sociedad… en pedazos    

                                                                   Lic. Gustavo Adolfo Bunse
                                                                    gabunse@yahoo.com.ar

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