miércoles, 11 de abril de 2012

Cuando la república transita por el mal camino


La República Argentina no tiene nada que agradecerle al recientemente renunciado ex Procurador General de la Nación, Esteban Righi.


Este político y ex funcionario nació el 4 de septiembre de 1938 en Resistencia, Chaco. En 1973, con 35 años, se convirtió en ministro del Interior del entonces presidente Héctor Cámpora.

El 25 de mayo de 1973 el entonces presidente Cámpora y su ministro del interior Esteban Righi decretaron una amplia amnistía refrendada por ley del Congreso (Ley 20.508 del 26 de mayo de 1973) que dejó en libertad a centenares de terroristas condenados y encarcelados (incluyendo algunos presos comunes famosos como el francés famoso capomafia François Chiappe).


La estructura legal federal fue desarmada, y se produjeron amenazas, persecuciones y el asesinato de jueces que habían intervenido en los procesos previos (el caso más conocido fue el del juez Jorge Vicente Quiroga, presidente de la Cámara Federal Penal que los había condenado, y que fuera disuelta por Cámpora, asesinado el 28 de abril de 1974 por los militantes del ERP Raúl Argemí y Marino Amador Fernández). Posteriormente, cuando se quiso rearmar el sistema judicial para contener a un terrorismo incontrolable, hubo jueces que se negaron a integrarlo.


En aquellos tiempos, en junio del ’73, el joven ministro del interior Righi pronunció un recordado discurso ante la cúpula de la Policía Federal:

"Ningún atropello será consentido. La policía tendrá la obligación de no reprimir los justos reclamos del pueblo, respetar a todos sus ciudadanos, considerar inocente a todo ciudadano mientras no se demuestre lo contrario y comportarse con humanidad, incluso frente al culpable".

Esteban Righi prácticamente descabezó la cúpula de la Policía Federal, le quitó atribuciones para combatir el delito y al terrorismo, la atrincheró en las comisarías y no les permitía salir a la calle. Esa oportunidad bien aprovechada por las organizaciones terroristas facilitó al accionar subversivo violento, cruel y despiadado.


La amnistía decretada por Cámpora y Righi no contó con el apoyo de Juan Domingo Perón, quien hizo valer su poder como líder del justicialismo forzando la renuncia de Cámpora y todo su gobierno, quién afortunadamente solo ejerció durante 49 días  la máxima  conducción política de la Nación… dejando desatada una terrible violencia, que aún hoy tiene las huellas vigentes e impide la Reconciliación Nacional Definitiva.


El viejo general rápidamente se dió cuenta que su ex delegado y presidente -elegido por su gran dedo elector- había producido un  enorme daño a la república… poco tiempo después se vió obligado a combatir, mediante la Triple A (AAA) creada por su ministro de Bienestar Social José López Rega, a las organizaciones terroristas que el mismo hechó de la Plaza de Mayo.


Al tiempo, el ex ministro del interior debió exiliarse a México, donde se mantuvo para protegerse. Conocido por sus amigos como "el Bebe", Righi llegó al entorno del Grupo Calafate, que presidía el ex presidente Néstor Kirchner, a través del ex jefe de Gabinete Alberto Fernández.


Righi era jefe de los fiscales nacionales desde 2004, cuando asumió convocado por el entonces presidente Néstor Kirchner y se vió obligado a renunciar luego de la denuncia en su contra presentada por el vicepresidente Amado Boudou, por supuesto “tráfico de influencias del estudio jurídico” que posee con algunos miembros de su familia.

Hoy se lo quiere pintar ante la sociedad como un hombre justo, ético, militante y destacado del derecho… quienes fuimos testigo de la historia del perverso año 1973, no podemos olvidar al inexperto ministro del interior que convalidó la liberación de aquellos terroristas y subversivos que no vacilaron en bañar en sangre a la república toda.

Tampoco la república le tiene que agradecer nada a un vicepresidente sospechado de una de los más grandes hechos de corrupción del actual gobierno, considerado por muchos como el gobierno más corrupto de toda la historia. Nos gustaría ver a un vicepresidente que se renuncia a sus fueros, se presenta ante la justicia y se somete a la investigación judicial para lavar su honor… si no actúa de esa manera, la república está transitando por mal camino.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

No dejar comentarios anónimos. Gracias!