viernes, 8 de junio de 2012

La impunidad del Embajador "ASESINO"


Uno de nuestros socios fundadores, el señor periodista Horacio Palma, nos hace llegar la nota que escribió sobre el acto, presidido por la presidente de la Nación Cristina Fernández Vda. de Kirchner, en la que el poder ejecutivo le ordenó a la Armada Argentina ascender a un traidor y cómplice del asesinato de un camarada de su fuerza.

Cristina Fernández ascendió post mortem a un marino que había pedido su baja en el gobierno peronista.

Por si no se entiende. La presidente de Argentina, ayer firmó un decreto en el que ascendió en dos grados post mortem a un marino integrante de la banda terrorista Montoneros.

Publico al final de estas palabras el video por varias razones.
En los recuerdos que a la presidenta se le vienen a la mente entre caimanes sollozos, uno puede ver claramente la historia... "Néstor visitaba la casa de su compañero, el gordo Devoto", comenta ella como al pasar.

Devoto, según las crónicas y algunos investigadores, datos que han sido volcados en el libro Los Montoneros de su Majestad, fue quien marcó al capitán Bigliardi, para que su cuñado Bettini lo asesinara en enero de 1975.

Curiosamente, o no, dos meses después Devoto, que era oficial de marina y vecino del asesinado, pidió la baja en la marina.

Cristina aquí arregla a su antojo el relato, dice que "Devoto no estaba de acuerdo con las cosas que veía en la marina...".

Sin querer, la presidente, en su afán de cambiar la historia para escribirla a su antojo, da a entender que el gobierno de peronista de entonces, estaba en algo raro... extraño, pues de ser así, tendría que esforzarse en llamar a los estrados judiciales que tanto nombra, a la por entonces presidenta de Argentina, me refiero a María Estela Martínez, viuda de Perón.

Porque hay algo que a la memoria prodigiosa de Cristina militante siempre se le escapa en esta historia, y no es porque se lo olvida sino porque no le conviene para su novelístico relato: Al capitán Bigliardi, Bettini y Devoto lo emboscan y lo asesinan en pleno gobierno democrático peronista.

En realidad, lo más probable es que Devoto haya pedido la baja en 1975, a los pocos meses del asesinato de su vecino a manos de su cuñado Bettini, porque pensó que ya había cumplido en su trabajo de canalla y de traidor para escalar dentro de la orga Montoneros.

Es decir, más de 30 años después, la presidente de todos nosotros realiza una extraña parábola histórica en su relato y asciende dos grados a un marino que voluntariamente había pedido su baja durante un gobierno democrático.

No digo más, escuchen atentamente el relato sobreactuado de Cristina. Observen las caras de los protagonistas. Miren bien las caras de los almirantes y comodoros navales llevados como decorado. Y miren cómo, el asesino del Capitán Bigliardi (Bigliardi también se hallaba retirado para cuando estos dos asesinos le tendieron la emboscada aquél domingo en que iba a comprar pastas)... digo, miren cómo el asesino sonríe suficiente desde la primera fila... con esos aires de saberse amparado por la impunidad.

Evidentemente la Argentina vivió en los 70 una violencia desmedida. Asquerosa. Asesina.

La que empezaron tipos como Devoto, como Bettini, como Vertbisky, como Firmenich, como Walsh... como Santucho. Y mientras esa verdad siga siendo ocultada, la Argentina nueva que miente en ganas nuestra presidente, resultará siempre IMPOSIBLE.


2 comentarios:

  1. Adivina adivinador...quién era la política que acompañó a Bettini en este atentado? Quién fue la política argentina que se quedó en el auto y funcionó de "Campana"? Se abren las apuestas: una ayudita, viste de negro...

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  2. y pensar que el pueblo les paga una jubilación a uds.

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