martes, 27 de noviembre de 2012

Hijos y Nietos de Presos Políticos – San Miguel de Tucumán, 23 de noviembre de 2012

Apoyamos la declaración de la asociación de Hijos y Nietos de Presos Políticos, ellos llevan una larga y desigual lucha en busca de justicia, bajo el principio de la igualdad ante la ley, para sus padres y abuelos. Los conocemos son abnegados jóvenes y adultos que solo claman por un trato justo e igualitario, que no se discrimine a sus familiares por haber cumplido las órdenes emanadas desde los más altos niveles de decisión política y estratégica del estado en la década de los ’70.

Ya es hora de Paz, Concordia, Justicia, Historia completa y Unión; dejemos de lado lo poco que nos desune y rescatamos lo mucho que nos une como argentinos. La Unión hará la Fuerza, mediante le reconciliación nacional seremos un país más fuerte.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva

por una Nueva Década en Paz y para Siempre


Comunicado de prensa Hijos y Nietos de Presos Políticos – San Miguel de Tucumán, 23 de noviembre de 2012

Hijos y Nietos de Presos 
Políticos



Queremos dejar aclarado que esta agrupación, que nuclea a hijos y nietos de presos de quienes son imputados por delitos de lesa humanidad, no pretende, en lo más mínimo, tergiversar ni desinformar.

Pretendemos mostrarle a la sociedad la realidad en la cual nos encontramos inmersos.

Respetamos absolutamente el dolor de las víctimas, como así también el de sus familiares. De la misma forma, entendemos que nuestro dolor tampoco puede ser subestimado.

Comprendemos todos los años invertidos en la búsqueda de la verdad y el dolor que ello les ha generado. Sin embargo, esa razón no puede ser imputada como causal de persecución penal sin límite alguno.

Se insiste en el uso que esta agrupación hace del término “presos políticos”. Nuestros familiares, hoy, SON PRESOS POLITICOS. Usamos esa expresión porque estos detenidos reciben un trato diferencial, y hasta muchas veces discriminatorio, con respecto a cualquier otro detenido. A los mayores de 70 años se les debe otorgar, por ley, arresto domiciliario, para no comprometer su salud. Insistimos en que el principio de inocencia no es respetado. Se es culpable desde el inicio de las causas. Se acusa y se decretan prisiones preventivas excediendo los dos años que marca el debido proceso, y hasta el límite del tercer año excepcional, sin tener pruebas de riesgo de fuga o de interferir con la investigación. Se juzga y se condena por el mero hecho de haber estado en un lugar y tiempo determinado y, en muchos casos, sin ni siquiera haber estado. Se rechazan sistemáticamente todas las presentaciones de las defensas. Muchos hijos han sido despedidos de sus trabajos por “portación de apellido”. Muchos de los militares en actividad son dados de baja por visitar a los que están detenidos.

La reapertura de estas causas ha sido una decisión política, violando incluso la Constitución y los tratados internacionales para hacerlo. A su vez, ratificamos que son presos políticos desde el momento en que el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Luis Lorenzetti, afirma que la prosecución de estos juicios son una política de Estado, en los cuales no hay vuelta atrás, demostrando la interferencia de los demás poderes con el Poder Judicial. Además, las afirmaciones de este magistrado, implican un claro prejuzgamiento, teniendo en cuenta que en su tribunal es en la instancia en la cual quedarán firmes las condenas que se dicten en estos juicios.

Por otra parte, los derechos de los imputados, en cualquier causa penal, no se agotan en que el Estado brinde un abogado defensor. A su vez, tampoco habría que agradecerlo. No es un privilegio. Es lo que corresponde. Los imputados también deben estar amparados por los Derechos Humanos, como cualquier ciudadano del país.

La justicia que se reclama es un ideal muy elevado. ¿Qué es lo justo? Seguramente, lo que es justo para alguno de nosotros, sea injusto para el otro. Lo que sí debemos exigir es LEGALIDAD. Confiamos en que ese principio, que tanto le ha costado a la historia, sea la base y la motivación que guíe a los Señores Jueces del Tribunal Oral Federal de Tucumán para llevar adelante este sexto juicio en la provincia y sirva, y sirvan ellos de ejemplo como magistrados, al resto de los tribunales federales del país.

Con lo que manifestamos, no queremos decir que estamos negando estos procesos o que pretendemos que no se realicen. Queremos que estos juicios sean un ejemplo de como las cosas pueden hacerse bien.

Que la historia, triste historia, no sea el único fundamento de la sentencia de nuestros padres. El pasado no lo podemos modificar. Intentemos un mejor hoy para forjar un futuro donde nosotros no tengamos que pertenecer a bandos antagónicos que lo único que genera es profundizar heridas del pasado, donde podamos confiar en las instituciones de un Estado profundamente democrático y verdaderamente igualitario.


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