Por Andrea Palomas Alarcón
Desde el rostro azorado de Julio
Bazán frente al anuncio del primer Papa argentino al día de hoy han pasado
miles de años.
O la política argentina que es lo
mismo.
Cuando en nuestro ánimo se
dibujaba la idea de que este país era inviable y que el único motivo por el que
no lo abandonábamos como a un buque al garete eran esos mil quinientos pobres
tipos, tomados como rehén de nuestro fracaso… llegó el asombro.
Por culpa, por gratitud, por
lealtad no dejábamos esta nave agujereada irse a pique con la Cámpora y sus
granujas a bordo porque se llevan a nuestros queridos viejos con ellos, al
fondo del mar.
Habría sido un buen momento para
empezar una nueva Nación, en otro lado, sin tanto parásito prendido, ni tanto
canalla en el gobierno. Sólo nuestros presos nos tenían anclados.
Ya casi ni rezábamos por la
Patria a la que creíamos perdida, vencida por un grupo de vándalos que asaltó
el Poder: rezábamos por ellos, nuestros rehenes. Pensando que Dios no nos
escuchaba porque estábamos en el fin del mundo.
Y entonces un platillo volador de
color blanco descendió sobre la Basílica de San Pedro y se hizo de día. No sé
muy bien qué cambió pero ahora todo es diferente. Me descubro todo el tiempo
con una risa tonta en los labios sin alcanzar a descifrar por qué.
EL PAPA ES ARGENTINO
Lo cascotearon al principio,
pensando en medir fuerzas con la Iglesia lo que demuestra una vez más el
talento de los que nos vencieron.
Y midiendo fuerzas cedieron al
alud y cambiaron de estrategia, una y otra vez, para un lado y el contrario.
Una montaña se les vino encima y
no saben cómo, ni cuándo, ni cómo se sale de eso.
Sólo por un basal sentido de
supervivencia, el mismo que los orilló a entregar camaradas, esposas, amigos… a
poner a los bebés como escudo cuando entraban a buscarlos comenzaron a gritar: “¡VIVA EL PAPA!”
Asistimos atónitos a un viraje
deshonroso, degradante. Un enano de jardín llamado Pérsico declarando que “Iglesia somos todos”. Un Barone
poniendo cara de monaguillo en el panel de 6,7,8; denunciando solemnemente que
la “Corpo” fue la que desató el
malentendido: el kirchnerismo fue y será siempre Católico y siempre estuvo al
lado de Bergoglio, hasta cuando hacían el Tedeum en Santiago del Estero. Una
Presidente azorada, adulándolo torpemente como “un gran cuadro político de la Iglesia”.
Yo no lo quería a Bergoglio. Yo…
no ellos. Aquí mi propia culpa y mi propia humillación.
No me voy a sumar a los que
siempre estuvieron y lo conocían desde chico, del barrio. Nunca viajé en subte
con él y nunca me dio la bendición ni se la pedí. Incluso alguna vez le mandé
una carta documento. Contaba impaciente los días para su jubilación.
Pero ante cada espejo me descubro
con una sonrisa tonta y me digo que es la felicidad de verlos a “ellos”, tan humillados, tan asustados,
tan serviles. Pisoteando todo lo que han proclamado siempre, escupiéndolo. Me
digo que sólo por ese placer me alegra que Bergoglio sea Papa.
Pero es más. Hay algo todavía
indefinible que sabe a triunfo, a victoria. No es una victoria nuestra porque
los argentinos de bien, los que queremos bien a la Patria hicimos todo mal para
que esa manga de degenerados se adueñara del país. No es nuestra victoria;
nosotros también deberíamos ser humillados pero Dios nos favorece.
Este golpe es difícil de medir
pero no cabe ninguna duda, es nuestro golpe aunque no lo asestamos nosotros.
EL PLAN
“Tu eres Pedro” dijo Jesús a su discípulo… Petrus… la piedra… “la piedra angular sobre la que edificaré mi
Iglesia”.
Pedro no fue tal vez el más sagaz
de sus discípulos, frecuentemente metía la pata y Jesús lo retaba con
vehemencia. En alguna ocasión Pedro lo negó tres veces.
Pero Cristo lo eligió y a eso no
hay con qué darle.
Que el Cardenal Bergoglio haya
sido elegido Papa es un plan que sólo Dios pudo diseñar en nuestro favor. Los
que peleábamos ya sin fuerzas por esta Nación diezmada nunca lo hubiéramos
ideado mejor.
Este plan de Dios demuestra dos
realidades incuestionables.
1) Dios es más inteligente que
nosotros.
2) Dios escucha nuestras
plegarias.
LA MENTE Y LA FE
Personalmente siempre recé: a
veces con esperanza, otras no tanto pero nunca dejé de rezar. Ahora SÉ que Dios
escucha. No lo presiento ni lo imagino. LO SÉ. No hay otra explicación.
La mente de Dios nos supera en
fuerzas. También la Fe que deposita en nosotros es mayor que la que tenemos en
nosotros mismos. La Fe que se esconde hasta en la oración más apagada es la
fuerza de Dios en nosotros. La Fe y la esperanza, rebeldes ante cualquier
realidad como una planta que florece en la terraza de una casa que le han
construido encima.
Que Dios haya elegido al Cardenal
Jorge Bergoglio como Papa lo hace su voz sobre la tierra. No hay nada que yo
pueda cuestionar desde el fracaso de mi Nación que también es mi fracaso.
Tú eres Pedro.
Nunca leí nada mejor sobre esta elección Andrea!!!Yo también he rezado para que le aceptaran la renuncia por la edad a Bergoglio. M alegra que sea Francisco por esta lacra que nos gobierna. Seguiré rezando aunque dudo sinceramente con el corazón compungido que Francisco sea el mejor timonel para la Iglesia de hoy.
ResponderBorrarQue sea argentino es lo de menos, lo importanye que es que sea bueno para la Iglesia.
Te felicito por este artículo