Celebro que finalmente la Sra. Estela B. de Carlotto haya recapacitado y llegado a la
conclusión de que sin pruebas
contundentes resulta injusto e ilegítimo acusar a nadie de delito alguno.
Son válidos los argumentos que utiliza para defender al Gral. Milani, argumentos que lamentablemente algunos de nuestros
jueces y fiscales ignoran olímpicamente y que hubieran servido para desestimar
las acusaciones que llevaron a la cárcel a cientos de presos políticos que se hacinan y mueren sin
mínimas atenciones en mazmorras dignas de la edad media, excedidos largamente
los plazos para mantenerlos en prisión sin haber dictado sentencia y a quienes
se les niega el Derecho Humano de cumplir arresto domiciliario. También le
hubiera servido a la Sra. Carlotto
para abstenerse de acusar a los hijos de
Ernestina Herrera de Noble o al mismísimo Santo Padre.
Pero aunque tarde,
vale su reconocimiento.
Juez Federal Sergio Gabriel Torres |
Es de esperar que esta luchadora de los derechos humanos
también haga oír su voz en la causa Nº
14216 caratulada “Esma s/Delito de acción
pública” que instruye el Juez
Torres y en la cual 403 ciudadanos
fueron recientemente imputados por delitos de lesa humanidad apenas por haber
sido temporariamente destinados al Servicio de Inteligencia Naval entre los
años 1975 y 1983. Es decir que todos los oficiales, suboficiales y personal
civil que en ese lapso hubieran prestado servicio en tal repartición fueron
acusados de delitos de genocidio y lesa humanidad. Es esa la única prueba que
aportan los querellantes Patricia Walsh
y Carlos G. Lordkipanidse,
asegurando que “la pertenencia de las
personas enumeradas anteriormente constituye prueba suficiente para
considerarlos prima facie autores penalmente responsables…”.
Sra. de Carlotto,
los ciudadanos respetuosos de la Ley y la Constitución esperamos ansiosos sus
comentarios. Ya asistimos avergonzados a la aplicación de la doctrina de "Portación de apellido" que
frustró la carrera de dignos oficiales por el solo hecho de ser familiares de
presos políticos como para que ahora debamos soportar la perversa doctrina de "Portación de destino".
Juan Manuel Otero
NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
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