Basta con releer el preámbulo de
la Constitución Nacional de nuestro país, para hacernos la pregunta que titula
esta nota:
Nos, los Representantes
del pueblo de la Confederación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente
por voluntad y elección de las Provincias que la componen, en cumplimiento de
pactos preexistentes, con el objeto de constituir
la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la
defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la
libertad para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres
del mundo que quieran habitar el suelo argentino: invocando la protección de
Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos
esta Constitución para la Confederación Argentina[1].
Texto según el Diario
de Sesiones de la Convención Constituyente de 1860.
El texto original de
1853, a menos de algunos pequeños cambios para modernizar la grafía, se ha
mantenido hasta el presente.
¿Qué nos pasó para que la
República abandonara el camino y finalidades trazados por los constituyentes de
entonces? Son seis los fines que persigue el Estado Federal según el Preámbulo,
hoy sin embargo, vemos que en la práctica no se cumple con ninguno de ellos.
La Declaración de Independencia de la Argentina fue una decisión
tomada por el Congreso de Tucumán
que sesionó en la ciudad de San Miguel de Tucumán de las entonces Provincias
Unidas del Río de la Plata. Con dicha declaración se hizo una formal ruptura de
los vínculos de dependencia política con la monarquía española y se renunció a
toda otra dominación extranjera. Fue
proclamada el martes 9 de julio de 1816 en la casa propiedad de Francisca
Bazán de Laguna, declarada Monumento Histórico Nacional en 1941. En 2016 se
cumple el bicentenario de esa magna decisión, los constituyentes cuando
redactaron el preámbulo no previeron que el enemigo podría no ser extranjero y
ser un hermano nuestro, del interior del mismo vientre materno de nuestra Patria…
en aquellos años era inconcebible que ello ocurriera, hoy con tristeza vemos
que también era posible y ocurrió. Dios salve a nuestra querida Patria y sepa el pueblo votar[2].
Sinceramente,
Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre
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