Resulta ya aburrido
reclamar a la Corte Suprema de Injusticia, especialmente al corrupto
prevaricador que la preside, acerca de la situación de los presos políticos.
Saben muy bien ellos, dado que supongo son abogados egresados de las diversas
Universidades de nuestra Patria, saben muy bien decía, que la ley penal no
puede ser aplicada en forma retroactiva… pero no olvidemos que son corruptos,
nombrados muchos de ellos por un gobierno corrupto, dirigidos durante doce años
y el actual gobierno, si bien debemos reconocer tantos buenos pasos dados desde
su arribo, no podemos negar que en algunos cargos tiene a cobardes que no se
atreven a levantar la mano en defensa de los soldados, soldados gracias a
quienes apoyan sus culos en los sillones de sus relucientes despachos. Gracias
a ellos no somos Venezuela, tampoco Cuba, somos la República Argentina, con
todos los pros y contras que sufre nuestra Patria.
Han muerto ya casi
400[1]
soldados abandonados a su suerte, hay unos cuantos que llevan 15 años (¡QUINCE
AÑOS!!!) ¡SIN SENTENCIA!!!
Lorenzetti, Maqueda,
Highton de Nolazco, Rosatti, Rosenkrantz… Bien les vendría leer un poco a don
Carlos Fontan Balestra, o a Sebastián Soler, o a tantos otros excelentes y
honestos doctrinarios del derecho criminal.
Pese a que
oportunamente ha señalado la Corte
Suprema que es
necesario que todos
los tribunales “en
sus respectivas competencias extremen la
vigilancia para el adecuado cumplimiento de
las Reglas Mínimas
y de las
normas que nacional
e internacionalmente imponen el
tratamiento digno de
toda persona privada
de libertad y, en especial,
en lo que
hace a la
tutela de la
vida humana y la
integridad física de los presos”, el estado de abandono de nuestros presos
políticos continúa igual desde el primer día.
No hay en el gobierno
de Cambiemos, pese a los múltiples y cotidianos reclamos, la intención de
ocuparse de ellos y su cruel e ilegítima situación. Parece que la Ley, la
piedad, la misericordia y el perdón, no estaban incluidos en la plataforma
electoral.
Pero hoy quiero
referirme a otro perverso personaje de los que tanto abundan por nuestras
pampas y se enriquecieron gracias a ocupar dudosos puestos en el gobierno sin
tener siquiera la obligación de dar cuenta de sus actos.
Me refiero al todo
terreno de Agustín Rossi quien, siendo Ministro de Defensa de Cristina, dictó
la resolución ministerial N°85 del 2013, por la cual se prohibía a los presos
políticos integrantes de las FFAA atenderse en los hospitales de cada fuerza.
Es ampliamente
conocido el hecho de que las cárceles carecen de los elementales servicios de
salud, tampoco de asistencia de personal idóneo o calificado. Esto lo han
comprobado eminentes representantes de la salud pública.
A causa de tal resolución,
preñada de odio y venganza, fallecieron no pocos militares por falta de
atención médica.
Felizmente el
gobierno de Cambiemos ha derogado tan nefasta resolución, producto del capricho
de un funcionario incapaz que intentó “fundar”
semejante aberración en el hecho de que durante una visita a hospitales se
habían fugado dos militares acusados de genocidas.
Es decir que para don
Rossi, es más fácil prohibir el uso de los hospitales en lugar de reforzar la
vigilancia o adecuar las enfermerías de los penales para que haya una atención
acorde a lo que exigen los Derechos Humanos.
En vigencia de tan
nefasta resolución, debemos recordar que no pocos presos murieron en las
cárceles por falta de adecuada atención médica.
Si esto no es un
delito de homicidio preterintencional y abandono de persona seguido de muerte,
entonces no entiendo nada.
¿No hay ningún fiscal
que acuse a este delincuente?
Juan
Manuel Otero
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