Tal como expresó el
lector Carlos L. Bosch, “lamentablemente
la tortura existe en la Argentina de hoy”, y no queda circunscripta
solamente a las condiciones de traslado en vehículos inadecuados por parte del
Servicio Penitenciario Federal, sino que se extiende a la estigmatización
permanente que sufren los presos políticos del siglo XXI en los juicios de
venganza que tramitan en el edificio de Comodoro Py 2002. Un claro ejemplo es
la exhibición de los imputados ante los alumnos de secundaria llevados a
presenciar los juicios llamados de lesa humanidad, en donde son adoctrinados,
antes y después de las audiencias, por parte de los querellantes,
organizaciones de DD.HH. e integrantes de organismos estatales que continúan
con los mismos planes del gobierno más corrupto que tuvo nuestra patria, sin
importar la prohibición de ingreso de menores de edad ni la protección
dispuesta por las leyes protectoras de los derechos de niños y adolescentes.
Esta situación debe ser cambiada, pues no es admisible que se continúe con la
misma política educativa del relato militante, imponiendo una visión
parcializada de nuestra trágica historia reciente que fomenta y profundiza la
fractura de la sociedad sobre la base de la ideologización de nuestros niños y
adolescentes e impide concretar el anhelo de paz social. Esto también forma
parte del “curro de los derechos humanos”,
que el señor Presidente se comprometió a terminar cuando era candidato y es
algo por lo que la sociedad clama. Como certeramente expresó monseñor Poli ante
la Virgen de Luján, “construir la paz es
difícil, pero vivir sin paz es un tormento”.
Guillermo
Jesús Fanego
DNI 10.691.837
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