A los miembros de la
izquierda vernácula, los montos reciclados y los camporistas diletantes, les
encanta llenarse la boca con palabras como libertad de expresión, independencia
de criterio, y, sobre todo, la tan mentada defensa de los derechos humanos.
Al parecer, para
ellos algunos tienen más derechos que otros, o son más humanos que sus
congéneres. Tal virtud puede atribuirse al hecho de haberse levantado en armas
contra un gobierno elegido democráticamente. Eso los exime de rendir cuentas
ante la justicia o, al menos, hacerse cargo de sus errores y excesos.
Los derrotados en el
campo de batalla se impusieron en su lucha ideológica y generaciones de jóvenes
argentinos fueron criados en las mentiras instaladas por el montonerismo
apátrida sustentado por Cuba y los soviéticos. Fueron ellos quienes
pretendieron implantar su ideología a sangre y fuego y como no pudieron, se
vengaron de aquellos que habían frenado sus aspiraciones cuando se aliaron con
los poderosos de turno.
Esta perspectiva es
la que desarrolla Andrés Paternostro en su film de 45 minutos “Será Venganza”
producido por el Centro de Estudios de
Historia, Política y Derechos Humanos de Salta. Con distintos testimonios
de notables juristas, como Adolfo Vázquez (ex juez de la Corte Suprema) y el
constitucionalista Gregorio Badeni, denuncian la intención de Néstor Kirchner
(improvisado defensor del montonerismo setentoso), de reabrir los juicios
cerrados por las leyes del Punto Final y Obediencia Debida.
Este criterio, de muy
discutible sustento jurídico, le sirvió a Kirchner para armar un andamiaje
ideológico “La izquierda da fueros”,
afirmaba el ex presidente, creando de esta forma una curiosa simbiosis mutua
entre el montonerismo y la cleptocracia que volcó millones de dólares en esta
¿asociación ilícita? que aún “comparte
sueños” impunes.
¿Qué perverso pacto
político permite que esta gente no haya sido castigada? Nuestra Justicia gasta
tiempo y esfuerzos en un revisionismo histórico de 40 años atrás, mientras las
nuevas causas de corrupción juntan polvo en los anaqueles de Tribunales. ¿No
era este un “curro” que había que
terminar? Pues sigue y se multiplica en los vejámenes que deben sufrir los
miembros de las Fuerzas Armadas alcanzados por este criterio retaliatorio.
Sin embargo, y a
pesar del tiempo transcurrido, lo escrito, lo explicado y lo debatido, la Fundación El Libro, haciendo uso de
métodos propios de los momentos más oscuros de nuestra historia, prohíbe la
exhibición de este film, incurriendo en censura de hecho y derecho, coartando
la libertad de expresión que nutre a los libros que se exhiben en dicha feria.
¿Qué está pasando? No
fue este un gesto aislado, esta actitud también se manifestó en el vergonzoso
impedimento a expresarse que tuvo el Ministro Avelluto y Enrique Avogadro para
expresarse en la inauguración de esta feria olvidable.
Asistimos entonces a
la peor discriminación por parte de aquellos que deberían defender este derecho
fundacional de nuestra cultura. Sin disenso, no hay crecimiento intelectual
solo totalitarismo.
“Será
Venganza” no incurre en groserías, ni hace
culto de la violencia. Obviamente expresa su punto de vista de un proceso
histórico controvertido, donde se cometieron excesos, torpezas, injusticias y
crueldades innecesarias por ambas partes.
Limitar la capacidad
de expresión de unos de los bandos no enaltece a la Fundación El Libro y echa un manto de suspicacia sobre sus
intenciones al incurrir en esta falta “Será Venganza”
se convierte, por torpeza miópica en una parte de nuestra intelectualidad, en
el referente histórico de una época oscura sobre la que aún deben echarse luces
para alumbrar el sendero de la Justicia, que debe ser ejemplificadora e
imparcial, pero nunca retaliatoria.
Omar
López Mato
Médico y
escritor
Su último libro es
FIERITA - Una historia de la marginalidad
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