sábado, 28 de julio de 2018

JUGARSE POR LA VERDAD



Le ruego al lector su empatía para escuchar, trascendiendo prejuicios. Y le pregunto: si hubiese estado desde hace 40 años cumpliendo su deber como soldado y en el presente lo culparan arbitrariamente de un acto indigno, incompatible con su honesta vocación de servicio, ¿cómo se sentiría? ¿Y si solo por haber vivido los años 70 en la Argentina le adjudicasen el título falaz de genocida y torturador, sin poder dar a conocer su situación personal de inocencia y privado de su libertad? Hoy son muchos los soldados subordinados acusados falsamente dentro de los mal llamados juicios de lesa humanidad que no pueden apelar a la voz de la Justicia porque son condenados de antemano, sin que nadie se inmute.


De una vez por todas, nuestro país debe ser transparente y jugarse por la verdad.

Isabel Saravia


NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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