El domingo de Pascuas
el obispo castrense, Santiago Olivera, llegó a Campo de Mayo en su tarea
pastoral a bendecir y saludar a los militares presos. Llegó acompañado, según
fuentes muy confiables, de un diácono y un sacerdote para que lo asistan, ya
que son cientos los presos políticos alojados allí. Me informan que el SPF no
permitió el ingreso del sacerdote y el diácono, por lo que todos debieron
retirarse, dejando a estas personas ancianas y enfermas que llevan años
privadas de su libertad, en la mayoría de los casos por haber cumplido órdenes
y defendido a la patria, sin asistencia espiritual en un día tan importante
para los católicos. ¿Quién se hace responsable de esto? ¿Nadie controla estas
medidas arbitrarias y absurdas? ¿Qué está pasando allí adentro? ¿Quién brega
por la salud del alma y del cuerpo de estas personas ancianas? ¿De quién
dependen estás medidas?
Qué difícil construir
la paz en este país golpeado. Qué lejos estamos del respeto y de la caridad.
Que doloroso que se pongan trabas para que los sacerdotes no puedan ingresar
libremente a un penal. Tristeza enorme en un domingo de Pascuas donde tampoco
han podido recibir a sus familiares.
Luz
García Hamilton
Win horror que Dios perdone quien dio EDA orden
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