Hace unos
pocos días recibí de un amigo, una carta homenajeando a una mujer que es
admirada por la mayoría de los argentinos y a veces una espina en el calzado de
quienes ostentan el poder de turno.
Elegí publicarla
el mismo día de su cumpleaños y rendirle un sentido como respetuoso homenaje.
Por favor les ruego una amplia difusión a través sus contactos.
Buenos Aires,
18 de abril, jueves Santo de 2019
Sr. Director
Es casi una
ley natural que ante situaciones límites el ser humano recurra al sentimiento
de madre. En efecto, ante el dolor, el
sacrificio o la muerte, siempre el pensamiento vuela hacia las raíces,
hacia el principio, hacia donde se encuentra siempre la comprensión, el cobijo
y el consuelo.
Esculpa el homenaje a la madre, por Francisco Reyes en el Paseo de las Esculturas |
Y el
sentimiento de madre jamás pondrá por delante otra cosa que no sea eso, el
sentimiento maternal respecto de su hijo, sea éste bueno o malo, haya
equivocado su camino o no.
En nuestra
querida Argentina, esto está arraigado muy culturalmente y, en una parte
importante de la población, encuentra su justificación y reconocimiento, una
organización de madres de terroristas que causaron muchas muertes y dolor en la
sociedad. Estas madres, lógicamente
incapaces de desprenderse de ese sentimiento maternal que hiciéramos referencia
y que sin dudas tiene su origen en el orden natural, toman sus pérdidas con un
profundo resentimiento y lo transforman en un odio que hacen público ante
toda la sociedad. Y como los vientos que corren por el mundo moderno, responden
al hombre cada vez más alejado de Dios y se muestra lo bueno como malo y lo
malo como bueno, es lógico que estas “madres del odio” sean presentadas
ante el resto del mundo como un ejemplo de lucha, sin tener en cuenta que sus
hijos ponían bombas donde morían indiscriminadamente, soldados, civiles,
mujeres y niños.
Esta
tergiversación de la realidad, más allá del sentimiento incondicional de madre
que ya expresara, sin dudas ha influido en mi pensamiento para llegar a buscar,
inconscientemente, su contrario, es decir alguien que en los tiempos modernos
represente a las Madres de quienes dieron todo por la Patria, de aquellos que
murieron en el acto de amor más grande que es el de dar la vida por los demás,
por sus compatriotas, por sus hermanos, alguien que represente el amor por
sobre todas las cosas. Todas las Madres
de Malvinas, sin duda son la muestra más acabada de lo que es una verdadera,
auténtica y legítima Madre Argentina. Su espíritu estuvo cada noche en las
trincheras de la Patria alentando a sus hijos. Y las que los perdieron, les
queda el consuelo de saber que sus hijos junto a ellas han alcanzado la Gloria
de Dios.
Desde hace
muchos años, más precisamente desde 1982 a la fecha, una Dama Mendocina, una SEÑORA
con mayúsculas, madre del primer héroe
moderno de la Historia Argentina, el señor capitán Don Pedro Edgardo Giachino,
por su voluntad de lucha para continuar la Gesta Gloriosa de Malvinas por otros
medios, sin dudas se ha convertido en la más alta expresión del porta
estandarte Malvinero.
Su
inteligencia, su capacidad para escribir, su inspiración para decir siempre lo
justo, la han distinguido a lo largo de 37 años de post guerra por mantener
siempre encendida la llama de Malvinas. Siempre el mismo discurso Patriótico y Cristiano
que como brújula les marca el Norte a seguir a todos los veteranos y a todos
los patriotas que sienten latir con fuerza en sus corazones el espíritu de Malvinas.
Ella y sólo ella con altura, distinción y firmeza pone en su lugar a presidentes,
políticos y personajes que, confundidos o no, yerran en sus políticas entreguistas
respecto de Malvinas, haciéndoles sentir que la sangre argentina que sembró
nuestro territorio jamás debe ser olvidada y por el contrario, tenida muy en
cuenta como base de la reconstrucción Nacional.
Año tras año
he recibido sus reflexiones, sus escritos y sus valientes testimonios.
Y hace más de
diez, un día, en respuesta a uno de sus correos electrónicos, movido por la
emoción que me embargaba y tomándome una atribución que nadie me había dado,
decidí dirigirme a ella escribiendo: “Sra. María Delicia Rearte de Giachino,
¡Madre de los Patriotas Argentinos!”...
Imaginando su
extrañeza ante mi calificativo, le expliqué que, para mi ella, Madre del primer
héroe Malvinero, por su voluntad de lucha, por su espíritu patriótico, por ser
un ejemplo de Madre Argentina, era merecedora de representar como Madre, no
sólo a los veteranos Malvineros, sino también a todos los Patriotas Argentinos,
por aquello de que: Esta extraordinaria
mujer que transformó la muerte de su hijo en un acto de amor pleno abrazando
con pasión arrolladora la Causa de Malvinas que es la Causa de la Patria misma,
es un faro de luz en medio de la oscuridad. Es verdaderamente un ejemplo de
Madre y mujer luchadora que no se amilana ante nada ni nadie y expresa las
verdades con profunda convicción patriótica.
Vayan pues
estas líneas dirigidas a todos los patriotas Argentinos, con la firme intención
de hacer realidad este título honorífico que propongo para nuestra queridísima SEÑORA María Delicia Rearte de Giachino
como “Madre de los Patriotas Argentinos”.
Quiera Dios llegue a manos de quien pueda concretar tan merecida distinción.
¡Por Dios y
por la Patria!
Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.
NOTA: Las imágenes
y destacados no corresponden a la nota original.
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